Título: El miajón de los castúos
Autor: Luis Chamizo
Páginas: 176
Editorial: Espasa Calpe
Precio: 7,95 euros
Año de edición: 1999
«El miajón de los castúos» es una obra publicada en 1921 por el poeta extremeño Luis Chamizo, que se compone de doce poemas largos, escritos en dialecto extremeño sobre la esencia o forma tradicional de ser de la gente de la baja Extremadura.
«El miajón» (aumentativo que resalta la importancia de «miaja», o parte de algo) es la esencia o entraña identificativa de un grupo humano que Chamizo llama «castúos», o castizos, que se supone son los descendientes de los conquistadores, «los nietos de los machos que otros días triunfaron en América».
Lo que quiere decir en mi opinión dos cosas: que en parte lo que aquí se recoge es cultura popular, pero en buena medida fué este singular poeta, que se inventó la palabra «castúo», quien lo aglutinó y le dió forma; y que hay detrás un discurso que suena al más rancio casticismo.
Sin embargo, lo que salva el libro y todo lo que supone es la fuerza exprexiva, la delicadeza poética y la calidad del resultado. Son poemas maravillosos, que conmueven y poseen una belleza extraordinaria y tienen además el encanto de mostrar una manera de pensar y estar en el mundo que, al fin y al cabo, son tipícamente extremeñas. Combinan la energía con una exquisita delicadeza, en una combinación que resulta muy atractiva.
Ya hablamos aquí de «La nacencia», el poema más conocido de los que se incluyen en ete volumen, pero os recomiendo que os adentréis sin reparo en esta rapsodia extremeña. En este enlace podéis leer el libro completo en línea.
Editorial: Espasa Calpe
Precio: 7,95 euros
Año de edición: 1999
«El miajón de los castúos» es una obra publicada en 1921 por el poeta extremeño Luis Chamizo, que se compone de doce poemas largos, escritos en dialecto extremeño sobre la esencia o forma tradicional de ser de la gente de la baja Extremadura.
«El miajón» (aumentativo que resalta la importancia de «miaja», o parte de algo) es la esencia o entraña identificativa de un grupo humano que Chamizo llama «castúos», o castizos, que se supone son los descendientes de los conquistadores, «los nietos de los machos que otros días triunfaron en América».
Lo que quiere decir en mi opinión dos cosas: que en parte lo que aquí se recoge es cultura popular, pero en buena medida fué este singular poeta, que se inventó la palabra «castúo», quien lo aglutinó y le dió forma; y que hay detrás un discurso que suena al más rancio casticismo.
Sin embargo, lo que salva el libro y todo lo que supone es la fuerza exprexiva, la delicadeza poética y la calidad del resultado. Son poemas maravillosos, que conmueven y poseen una belleza extraordinaria y tienen además el encanto de mostrar una manera de pensar y estar en el mundo que, al fin y al cabo, son tipícamente extremeñas. Combinan la energía con una exquisita delicadeza, en una combinación que resulta muy atractiva.
Ya hablamos aquí de «La nacencia», el poema más conocido de los que se incluyen en ete volumen, pero os recomiendo que os adentréis sin reparo en esta rapsodia extremeña. En este enlace podéis leer el libro completo en línea.
Portada de la segunda edición
Es una maravilla que se disfruta verso a verso, un libro curiosísimo y lleno de belleza, con pellizco, como dicen los flamencos, que causa una impresión emocional profunda. No es demasiado conocido y de verdad, que vale la pena. Os lo recomiendo.
Luis Chamizo (Guareña, Badajoz, 1894-1945) nació en una familia de tinajeros. Salió fuera a estudiar, se hizo Perito mercantil en Sevilla y luego acabó Derecho en Murcia. Comenzó a colaborar en la prensa extremeña, pero triunfó como poeta y dramaturgo localista, recreando el habla dialectal bajoextremeña, basada en el castellano con influencias leonesas, el castúo, término que acuñó él mismo. Sus éxitos teatrales le hicieron famoso y le granjearon la amistad de Benavente y otros autores del momento.
Escribió poesía desde niño, a menudo a escondidas, porque eran pesías amorosas y no quería que se enterase su padre. Fué nombrado académico de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla y tomó parte activa en el Sindicato de Espectáculos. Murió joven, con sólo 51 años, en Madrid.
Escribió poesía desde niño, a menudo a escondidas, porque eran pesías amorosas y no quería que se enterase su padre. Fué nombrado académico de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla y tomó parte activa en el Sindicato de Espectáculos. Murió joven, con sólo 51 años, en Madrid.
Luis Chamizo
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario