Título: La capital
Autor: Robert Menasse
Páginas: 580
Editorial: Seix Barral
Precio: 21 euros
Año de edición: 2018
¿A alguien le resuena una frase que en la
infancia avergonzaba tanto como enrabiaba: «es que tienes el don de la
oportunidad…»? Oportunidad cuyo significado es claro en positivo y que en los
momentos actuales –en los que hay que modificar el lenguaje para parecer más
modernos o entendidos en la materia que se trate- hay quienes refieren como «pertinencia».
Dejemos aparte asociaciones nostálgicas y
disquisiciones semánticas para que quede claro y meridiano que esta novela es
más que oportuna y –por si pareciera poco- pertinente. Lo es en el ámbito
europeo en donde fue premiada el año de su edición, 2017, y lo es en nuestro
país en el que acabamos de ver cómo las alusiones a la patria y otros eslóganes
nacionalistas tienen más seguidores de los que muchos querríamos. Y es que,
como dice el propio autor, la idea base a partir de la que se forjó y construyó
la UE es la superación del sentimiento nacional. Una UE que como también dice
el autor, es un complicado terreno en obras.
Se trata, dicen, de la primera novela no sólo
ambientada en el corazón de la Unión Europea, en su capital, Bruselas, sino en
torno a la cual gira toda la trama y la acción. En un momento determinado, la
capital -una nueva capital-, será también una propuesta utópica que uno de los
personajes formula para no solo evitar cualquier relación con un pasado
histórico complejo como es el caso de Bruselas, sino que la propone como una
creación ex novo y con pleno
sentido, pues se construiría, dice el personaje del viejo profesor, en el lugar
que dio origen y fue la razón del nacimiento de la idea fundadora de la UE:
Auschwitz. Porque la UE es un proyecto de paz para superar los nacionalismos
que acabaron produciendo el horror de los campos y no para crear una nueva
nación al estilo de EE. UU. Una unión que derribe fronteras manteniendo las
singularidades de cada país participante, una Europa de las Regiones alineadas
en torno a la paz.
Es una narración en la que la diversidad de
personajes y la amplitud de la acción, da un resultado que a veces semeja a una
novela de aventuras, otras de suspense y, siempre es un enorme y estimulante
abanico de reflexiones claras y evidentes o sugeridas por el autor para que
quien lee saque sus conclusiones. Pero aún hay más. El conocimiento que el
reputado Robert Menasse tiene de la UE y su conciencia de que el sentimiento de
pertenencia está muy alejado de la ciudadanía europea, hace que exponga muchas
cuestiones referentes a su funcionamiento de una manera didáctica, pues es
sabido que lo que no se conoce no se puede amar. La habilidad es que lo hace
sin que parezca un añadido, sino que nos lo va ofreciendo como algo que viene
al hilo de la trama y los personajes, y los explica. Gran habilidad también en
el despliegue de un humor que en momentos se traduce en situaciones hilarantes y
en otras muchas, es una ironía fina, crítica con gran cantidad de situaciones
que caracterizan a esa UE, que a pesar de ser el mejor proyecto frente a la
globalización –según las mismas palabras del autor-, tiene sus fallos debidos a
que es una organización creada por seres humanos y que funciona por y como
ellos.
Los personajes, que son muchos pues a los cinco
principales se suman otros muchos secundarios que sirven para conformarlos
mejor, son estereotipos bien creados que nos hablan de todo tipo de personas
que actúan y trabajan en la UE: los comprometidos, los aprovechados, los
deprimidos, los ambiciosos… en definitiva, el amplio elenco que somos las
personas en una comunidad en donde la diversidad es una de las mayores bazas.
La UE es el primer proyecto político que ha
hecho del reconocimiento de los
derechos humanos su fundamento constitucional. Quien no reconozca esto y
no lo defienda contra los nacionalistas, asegura Robert Menasse, está ciego a
la historia y al futuro.
Novela muy atractiva, entretenida, en muchos
momentos divertida y con una «moraleja» imprescindible en los momentos que
vivimos los demócratas proeuropeos y en especial los españoles que en un mes
elegiremos a nuestros representantes en algo que es mucho más que una nación de
naciones.
Robert Menasse (foto Rafaella Proel)
Publicado por Paloma Martínez.
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