viernes, 10 de enero de 2025

La hija del coronel - Martín Casariego


Título: La hija del coronel                                                                                                      Autor: Martín Casariego

Páginas: 280

Editorial: Alianza

Precio: 9 euros

Año de edición: 2000

La hija del coronel (1997) es una novela que transcurre en la Legión. Su protagonista es un joven de origen humilde. Trabaja de gañán en un latifundio de Huelva. No acepta su situación. Su condición le resulta humillante. Quiere salir adelante, ascender, ser alguien. Pero su sino es enamorarse de mujeres que son inasequibles para él: la hija del dueño de la finca; la hija de un coronel en Melilla. José cae en el error de la mentira: se hace pasar por el hijo de un rico terrateniente que se ha enrolado en la legión por una discusión con su padre. Casi como en una película de Julien Duvivier. La realidad será implacable con la torpe suplantación de José.  

Estamos en Melilla durante las postrimerías del franquismo. En el norte de África sobreviven los últimos bastiones del colonialismo español. La Legión siempre está pronta a defender su bandera. El coronel legionario es un hombre alto, delgado, enérgico, autoritario, cuyos fríos ojos azules tienen un brillo nada benevolente. Es respetado por sus hombres, pero no querido. 

Entre los legionarios está José, un tipo silencioso que busca pasar desapercibido. Un día observa embelesado a una joven amazona llamada María. Tiene dieciocho años. Es la hija del coronel. Se enamoran. Intentan mantener su romance en secreto. Esto no es posible en un cuartel que tiene las paredes muy delgadas. Pronto se descubre el asunto. María es inexperta e ingenua. José está obsesionado y no razona. El coronel no ve con buenos ojos que su hija se enrede con un simple número de la Legión. Malos presagios. 

El retrato que hace Martín Casariego de la Legión no es nada complaciente. Siempre se ha dicho que el tercio es el último refugio de aquellos que nada tienen que perder. Los compañeros de José son un pintoresco grupo de proscritos sociales. No son muy presentables que digamos: voces cortantes y guturales, áspera camisa verde abierta hasta el ombligo, tatuajes con puñales y calaveras, cicatrices que son como muescas de una vida feroz, orgías con prostitutas, borracheras, hachís y violencia, mucha violencia, hasta el extremo de que un muerto (a tiros, puñaladas o cosas peores) es la cosa más natural del mundo. 

Claro que el credo legionario defiende un compañerismo viril más allá de la tumba. No por nada son los novios de la muerte. Únicamente un viejo sargento que apadrina a José cree sinceramente en ese código de honor y está dispuesto a sacrificarse por su camarada. El resto de la tropa son psicópatas, alucinados, criminales o tarados. José no ha alcanzado todavía semejante grado de deshumanización. Conserva principios morales. En realidad, es casi un extraño en ese mundo. 

Martín Casariego nos permite visitar Melilla. Existe una ciudad oficial con plazas y calles amplias, europeas, majestuosos edificios, graves estatuas de soldados y conquistadores. Pero la otra Melilla es árabe. Un conjunto de callejuelas en donde se oye la voz del almuédano llamando a la oración. A la nariz del visitante llegan mil olores de especias. Venerables ancianos de barba, chilaba y babuchas caminan sin prisa. Tímidas mujeres veladas se apresuran para llegar a su casa. Una nube de chiquillos vende cualquier cosa, corretea o pide limosna. Un bullicio oriental alegra la pobreza. El autor describe brillantemente estas vidas anónimas: 

«Una gaviota se posó en las almenas de una cercana azotea, para reemprender el vuelo seguidamente. Pasaron al lado de un hombre que, con el cuerpo bajo el coche, un viejo Seiscientos, se afanaba en arreglarlo. Una radio en el polvoriento camino desprendía una música que amenizaba su solitaria tarea. En el suelo se esparcían, cubiertas de negra grasa, diversas piezas y herramientas. En un descampado, dos mujeres con finas chilabas de telas de vistosos colores, que el aire hacía ondear, recolectaban hierbas en un saco. Junto a ellas, en bicicleta, portando, atadas a la parte posterior del vehículo, veinte o treinta garrafas vacías, pasó un hombre que correspondió al saludo de las mujeres alzando una mano. Reinaba por el barrio un ambiente de calma, de jornada festiva».

Para terminar: una novela dura, intensa, que no da tregua. En un mundo cerrado y dominado por la violencia es difícil que sobreviva el amor. Las conveniencias sociales son más fuertes que la libertad. Los sentimientos se marchitan asfixiados por la mentira. La disciplina cuartelera es una barbarie organizada. Un determinismo casi ciego empuja a los hombres hacia el desastre. Un libro más que recomendable.   

Martín Casariego

Martín Casariego (1962) es un escritor español nacido en Madrid. Obtuvo la licenciatura en Historia del Arte por la Universidad Complutense. A los veintisiete años fue galardonado con el premio Tigre Juan. La novela La hija del coronel (1997) consiguió el Premio de Novela Ateneo de Sevilla. Además de novelas, Martín Casariego ha escrito guiones, ensayos, cuentos infantiles, relatos cortos y artículos en diversos diarios y revistas. 

Publicado por Alberto.

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