María Teresa Mora Iturralde |
María Teresa Mora Iturralde (La Habana, 1902-1980) fue una mujer con un talento descomunal, un verdadero prodigio del ajedrez, ninguneada en su época y hoy en día, bastante olvidada.
Fue niña prodigio en varios campos, como literatura, música y ajedrez. Fue una violinista destacada, que brilló como concertista. Su padre le enseñó a jugar al ajedrez y muy pronto vio que jugaba de maravilla. Con once años ganó su primer campeonato de ajedrez en el Club de Ajedrez de la Habana, a los 13 obtuvo el primer premio en el Campeonato Intercolegial de La Habana y a los 20 años arrasó a todos sus oponentes masculinos en el Campeonato Nacional de Cuba, entonces llamado Copa Dewar y se coronó como campeona nacional.
Poco después se enfrentó al campeón de Washington, Edward Everett, al que derrotó con tres victorias, una derrota y tres tablas. También salió victoriosa de sus partidas contra el gran Capablanca, de la que había sido discípula —de hecho, fue la única persona a la que enseñó el gran genio cubano— con dos victorias y unas tablas, las tres en partidas simultáneas. Se recuerda que exclamó «¡Ay, qué pena! Le he ganado». Obtuvo el título de Maestra Internacional, pero no le permitieron participar en campeonatos masculinos internacionales. Se mantuvo como campeona femenina de Cuba desde 1938 hasta que se retiró en 1960. Se licenció en Filosofía y Letras y se dedicó toda su vida a la enseñanza.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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