sábado, 31 de octubre de 2020

Good, better, best - Michael Robinson

Michael Robinson, a los 16 años

«Good, better, best» escribió la profesora, Miss Baker, en la pizarra. «Bueno, mejor, el mejor. No descansarás hasta que lo que es bueno sea mejor y lo que de ti sea mejor, lo mejor». Toda una filosofía de vida que es la esencia del concepto japonés de calidad total, la movilización permanente en busca de la mejora continua. Ese lema se grabó en la mente de uno de los niños que iban a su clase, la hizo suya y su vida cambió.

Era Michael Robinson, legendario jugador de fútbol inglés y el periodista que se metió al público español el bolsillo. Lamentablemente, falleció hace poco, el pasado 28 de abril, víctima de un melanoma. Pero todavía sigue siendo un ejemplo para todos. El chico de la sonrisa luminosa que dijo antes de irse «Si de fortuna y suerte se tratara, yo tengo 130 años». 

Nació en Leicester en 1958, jugó en varios equipos hasta llegar al Manchester City y al Liverpool, con el que ganó un triplete (Liga, Copa de la Liga y Copa de Europa) en la temporada 1983-84. Era un delantero atípico: no leía prensa deportiva y le interesaban cosas como la gastronomía y el ajedrez. En 1987 fichó por el Osasuna, se vino a vivir a Pamplona y ya no dejaría nuestro país. Conquistó a la afición del equipo, se retiró a los dos años, debido a una lesión de rodilla, y se convirtió en el periodista deportivo más carismático de la televisión.

Le encantaba España, la vida y la gente. Cuando se enteró de su enfermedad, pensó «No me despediré de esta vida sin dar todo lo que tengo» y despidió riendo y no llorando. En esos días dijo «Si Miss Baker me pregunta ahora que tal. Yo diré que mi bien está mejor. Y si me pregunta si mi mejor es mi mejor, tendría que responderla que no lo sé, estoy en ello».

En estos enlaces podéis ver los reportajes que le han dedicado El País, Marca y Vanity Fair.

Michael Robinson

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

viernes, 30 de octubre de 2020

Todo lo que era sólido - Antonio Muñoz Molina

 
Título: Todo lo que era sólido                                                                                            Autor: Antonio Muñoz Molina
 
Páginas: 256

Editorial: Seix Barral
 
Precio: 18,50 euros  

Año de edición: 2013

El libro que hoy os comento es un ensayo apasionante y acertado sobre lo que ha sucedido en España en los últimos años en el aspecto político, económico y social. Una larga reflexión que combina lo narrativo y lo testimonial con un estilo franco y de mucho nivel que puede recordar a Virginia Woolf o al mejor GeorgeOrwell.

En capítulos cortos y bien armados, con datos contrastados de la época, el autor reflexiona sobre lo que fue España en los años previos a la crisis económica de 2008, un momento en que todo parecía sólido y resistente al tiempo: la situación política era estable, la economía crecía a un ritmo envidiable, los ayuntamientos y las autonomías tenían dinero para gastar tanto que alegría y optimismo se confundieron con despilfarro, falta de previsión y, sobre todo, se mezclaron con la corrupción. Nos manejábamos con un modelo económico extractivo y cortoplacista que beneficiaba a unos pocos; una época de gasto desmesurado que conllevó desgaste. Había conductas que se sabia que estaban mal, pero nos dejábamos llevar arrullados por el posible beneficio que nos aportaría o simplemente por indiferencia

Todo esto llevó a un deterioro progresivo de las tres esferas citadas. A eso se llegó por la falta de madurez de políticos e instituciones, teníamos una democracia que todavía era un tanto débil, con derechos adquiridos pendientes de consolidarse y con una educación de la población sobre democracia todavía pendiente. Todo lo que parecía sólido y estable se derrumbó ante nuestros ojos y para que eso fuera posible, sucedió que se juntaron la quiebra de la legalidad, la codicia, la ambición política y la falta de espíritu cívico.

El libro reflexiona sobre nuestra sociedad, sobre la inhibición ante el despilfarro y la corrupción y nos coloca delante de un espejo que nos muestra nuestra culpa colectiva, independientemente del marco ideológico. Un libro valiente sobre lo que no hemos visto y no hemos sido capaces de prevenir en estos tres aspectos: político, social y sobre todo económico.

Al final del libro, tras el amplio análisis donde el autor nos cuenta muy bien lo que le preocupa y desanima, por encima del tono pesimista que nos ha acompañado, Muñoz Molina expone la necesidad de un debate profundo sobre nuestra sociedad y hacia dónde nos puede llevar la indiferencia ya instalada. Reclama una actitud a modo de suave rebelión cívica para discutir con rigor, informar ampliamente, llegar a acuerdos para evitar confrontamiento y diferencias marcadas dentro de la nación. Y una sola fuerza política no puede resolver eso.

Antonio Muñoz Molina nació en Úbeda en 1956 donde estudió el bachillerato. Estudió Historia del Arte en Granada y periodismo en Madrid. Trabajó como funcionario en el Ayuntamientode Granada y comenzó a escribir una columna en el diario Ideal; su primer libro es un compendio de estos artículos.

Publicó su primera novela, Beatus Ille, a los treinta años y desde entonces ha ido encadenando éxitos y premios literarios como el Nacional de Narrativa (2 veces), Nacional de la Crítica, Mariano de Cavia de periodismo y el Planeta en 1991. Ha escrito novelas, relatos, ensayos y un buen numero de artículos de prensa; en su obra se aprecian influencias del cine negro y policiaco así como reflejos de la historia española.

Es doctor honoris causa por la Universidad de Jaén y miembro de la RAE desde 1995. Está casado con la también escritora Elvira Lindo y vive entre Madrid y Nueva York. donde ha sido director del Instituto Cervantes varios años; también ha sido docente en varias universidades norteamericanas. En 2013 recibió el Premio Príncipe deAsturias de las Letras.

Antonio Muñoz Molina

Publicado por John Smith.