viernes, 31 de enero de 2025

Carta a Stalin - Fernando Arrabal

Título: Carta a Stalin                                                                                                              Autor: Fernando Arrabal

Páginas: 202

Editorial: Esfera de los Libros

Precio: 2,40 euros

Año de edición: 2003

Al singular escritor Fernando Arrabal le encanta mandar de vez en cuando cartas a personajes célebres. Le ha enviado misivas a Franco, Fidel Castro, Aznar y Felipe González. También a los militantes comunistas españoles. Arrabal es ese personaje diminuto con cierto aire de gnomo de cuento, sonrisa de niño travieso, barba y gafas, voz engolada y conocimientos extraños. Tiene algo de profeta: en 1986, quizá con una copa de más, anunció a los asombrados telespectadores de TVE la inminencia de la llegada del «mineralismo». Todavía lo estamos esperando. Arrabal, que en aquella memorable ocasión se cayó al suelo varias veces, ha continuado con sus travesuras. Es un personaje en sí mismo. Como sus admirados surrealistas. 

En esta ocasión Arrabal le escribe a Stalin, ni más ni menos. Al padre de la patria soviética, estratega genial, cabeza de la humanidad progresista y el mejor amigo de los obreros y los campesinos (claro que los campesinos ucranianos supervivientes de la colectivización forzosa tendrían otra opinión). Arrabal insiste en que Stalin fue ante todo un gran inquisidor de la nueva religión marxista-leninista, con sus santos, mártires y réprobos que debían ser justamente purgados. El exseminarista georgiano aplicó la sagrada coacción en nombre de la fe para construir su imperio rojo. El hombre nuevo de la religión comunista nacería de los cadáveres de los viejos (como los gusanos de la descomposición). Los historiadores no se ponen de acuerdo en los millones de muertos que dejó la aventura comunista.

Arrabal repasa los años mozos de Stalin, sus escarceos amorosos y su pasión por las lecturas bíblicas. Ajusta cuentas con esa casta intelectual que veneraba al gran líder cuando estaba vivo y luego, cuando murió, se pasó sin sonrojo al bando de los denostadores. De hecho, para Arrabal son más detestables los seguidores traicioneros de Stalin que el propio dictador. La grandeza tenebrosa del autócrata era evidente. Rapsodas pelotilleros escribieron poemas bochornosos en donde se le elevaba a la condición de Dios en la Tierra. Hasta el lucero del alba obedecía los designios providenciales del secretario general. 

Nos enteramos, además, de cosas tan curiosas como la pasión de Stalin por el ajedrez (la madre de Bobby Fischer fue una estalinista acérrima), sus amores seniles con una joven criada que lo adoraba o la relación con su madre, quien, en la cumbre del poder de su hijo, todavía se lamentaba de que no se hubiera ordenado sacerdote. Otro detalle interesante: el Stalin adolescente, conocido como Soso o Soselo, publicaba en georgiano poemas románticos de exaltado amor a su patria en una revista llamada Iberia. Al parecer, Hitler también escribió poemas cursis cuando llevaba pantalones cortos. Franco, más prosaico, se limitó a torpes cartas de amor con una sintaxis tortuosa. Despojados del nimbo de su carisma, los dictadores pueden llegar a ser risibles. 

Carta a Stalin (2003) no es una biografía al uso sino una especie de letanía envolvente e hipnótica que adquiere la singularidad de un poema surrealista. Es un libro casi para recitar. Stalin, sumo sacerdote del culto rojo, sin duda se merecía un libro así. En ocasiones parece que estemos leyendo al León Felipe más arrebatado. Los bellos y rítmicos versículos de Arrabal recuerdan asimismo las greguerías de Ramón Gómez de laSerna. Cuando el gran tirano muere y nosotros cerramos el libro, los versos de Arrabal siguen resonando en nuestra memoria, hasta que poco a poco van enmudeciendo hasta apagarse en el silencio que hoy envuelve al comunismo. Así termina esta evocación lírica sobre la vida, milagros y crímenes de uno de los grandes monstruos del siglo XX. Un libro para leer y hasta releer. Recomendable. 

Fernando Arrabal

Fernando Arrabal (1932) es un polifacético escritor y artista español residente en París y nacido en Melilla. Su padre era un teniente fiel a la república. Fue detenido, encarcelado y en 1941 escapó del hospital de Burgos durante una tremenda nevada. Nunca apareció. El pequeño Arrabal estudió en Madrid. En 1941 ganó un concurso de niños superdotados. A partir de 1950 empieza a escribir obras teatrales. Frecuenta el Ateneo madrileño y el grupo vanguardista de los postistas. En 1955 emigra a París

Allí se convirtió en un escritor de éxito. En 1962 funda con Roland Topor y Alejandro Jodorowsky el Movimiento Pánico, de carácter vanguardista. En 1967 vuelve a España y se desencadena el desastre. En una firma de libros escribe esta dedicatoria «pánica»: me cago en Dios, en la Patria y en todo lo demás. Es detenido. Lo meten en la cárcel. Se organiza un escándalo internacional. Arrabal es finalmente absuelto. Vuelve a Francia

Con la muerte de Franco regresa a España. Fernando Arrabal es un tipo provocador que ha montado algún que otro divertido escándalo de matiz surrealista. Los franquistas le tomaban por un peligroso agente subversivo al servicio de Moscú. Gran error: Arrabal es en realidad un libertario anticomunista. Y ha escrito de todo: teatro, novela, ensayos, guiones y hasta libretos para óperas. Con 92 años sigue en activo.

Publicado por Alberto.

jueves, 30 de enero de 2025

Historia de una desaparición - Hisham Matar


Título: Historia de una desaparición                                                                                      Autor: Hisham Matar

Páginas: 224

Editorial: Salamandra

Precio: 17 euros

Año de edición: 2012

«Hay ocasiones en las que la ausencia de mi padre resulta tan pesada como un niño sentado en mi pecho». Así empieza esta sugerente, mágica y atractiva novela, un libro con un encanto magnético y la fuerza de las tragedias griegas, que indaga en las relaciones paterno filiales utilizando una trama llena de misterio, trucos y puntos de giro.

Un chico de doce años disfruta de unos días de descanso en un hotel de El Cairo junto a su padre, un aristócrata, un importante hombre de estado de un país árabe en el exilio. En la piscina queda fascinado por una hermosa joven. Su padre, viudo, acabará casándose con ella y al poco tiempo, desaparecerá misteriosamente sin dejar apenas rastro. ¿Habrá  fingido su desaparición porque teme por su vida? ¿La larga mano del dictador de su país habrá llegado hasta él? El protagonista y narrador empezará una desesperada búsqueda de su progenitor en compañía de su joven madrastra, mientras recuerda a su madre y no para de pensar en el misteriosamente desaparecido, en esta atractiva novela, que comienza como un thriller y acaba siendo una pesquisa emocional sobre la figura del padre.

El estilo es espléndido, tiene algo de la magia y el encanto orientales, un aire inasible de misterio, un toque especial que dota de belleza a la narración, mientras vemos que el autor nos está siempre ocultando algo que casi parece que vamos a intuir. El libro tiene mucho truco, como decía, y el interesante planteamiento inicial está desarrollado de manera brillante y eficaz en 200 páginas y a lo largo de capítulos bastante cortos, de 6 o 7 páginas cada uno, que se leen con facilidad, todos con encanto y una cadena de enigmas.

Algunas citas pueden ayudar a dar una idea más completa de la obra: «Tenía ojos inconstantes: verdes, castaños, verdes y castaños, todo a la vez», «El sarcasmo, las más de las veces, oculta una fascinación secreta», «El mar acariciado por la mano del anochecer», «Caravaggio es más importante que Miguel Ángel, porque corrió más riesgos», «Yo utilizaba su cadera como almohada», «Poseía esa capacidad inglesa de ubicar a la gente que conocía en compartimentos, como si temiera que se contaminasen entre sí», «Lo que tomé entonces por adoración era el deseo de Mona de ser adorada», «La añoranza era una piedra en mi boca», «Yo nunca había imaginado que el dolor y el placer pudieran ser tan dulces y tan intensos», «El caso es que la mayoría de hombres se pasa la vida intentando entender a sus padres». 

En fin, un texto estupendo, bello y elegante, lleno de detalles de la cultura árabe, como la costumbre de poner la mano izquierda encima de la mano derecha del hombre al que estás dando la mano o fieles criadas que lavan a mano la ropa de su señor, porque digan lo que digan, las lavadoras no dejan la ropa igual de bien. Un libro que es una especie de novela de intriga emocional, con sus enigmas, sus misterios y sus sorpresas finales, que el lector ve que podía haber adivinado si hubiese interpretado adecuadamente las pistas que se le han ido dando. Una obra con mucho encanto y muy bien escrita. Una excelente lectura.

Hay que agradecer la estupenda traducción del inglés al español que ha realizado el escritor y traductor navarro Eduardo Iriarte Goñi, con más de 300 traducciones a las espaldas y seis novelas publicadas.

Hisham Matar (Nueva York,1970) es un escritor libio británico nacido en Estados Unidos de padres libios, que escribe en inglés. Se crió en Trípoli y en El Cairo y ha pasado la mayor parte de su vida adulta en Reino Unido

Hijo del disidente egipcio Jaballa Matar, que criticó duramente el golpe de estado de Muamar el Gadafi en 1969, se ha visto obligado a recorrer varios países en su exilio. Finalmente, estudió Arquitectura y un máster sobre Diseño en la Universidad de Londres. Actualmente vive en la capital británica.

Con su tercera novela, El regreso, ganó en el 2017 el premio Pulitzer de Biografía  y el PEN/ Jean Stein Book Award. Ha publicado hasta ahora 10 ensayos y 5 libros de narrativa.

Hisham Matar

Publicado por Antonio F. Rodríguez.