jueves, 20 de noviembre de 2014

Cuentos franceses - Varios autores

       
Título: Cuentos franceses 
Autores: Varios autores 

Páginas: 192 

Editorial: Gadir 

Precio: 11 euros 

Año de edición: 2014

La literatura francesa es una de las más amplias, está llena de autores de primera fila y si se continua explorando las categorías inferiores, parece casi inacabable. Hay muchos escritores franceses interesantes y para un español, un autor mediterráneo resulta casi siempre bastante cercano.

Aquí tenemos un libro de nueve relatos franceses muy entretenidos, que hay que agradecer a la editorial Gadir que sigue con la espléndida serie de antologías de cuentos de autores de un mismo país y época que ultimamente está publicando. Es una gran idea y nos brinda la oportunidad de tener una panorámica de un puñado de escritores pertenecientes a una misma tradición cultural. Ya hemos disfrutado de «Cuentos portugueses», «Cuentos italianos» y «Cuentos del Renacimiento italiano».

Ahora le toca a los autores del siglo XIX del país vecino y la selección de firmas es impresionante:

- «El arca y el fantasma» de Stendhal, es una aventura apasionada y romántica en la que se da una curiosa imagen de los españoles, en mi opinión no demasiado buena. Es divertido leerla y ver que la tradicional simpatía entre gabachos y españoles es mutua.

- Se incluyen cuatro leyendas del Rhin de Víctor Hugo, cuatro pequeñas joyas de texto pulido que demuestran porqué Hugo es un clásico.

- «Tamango» de Prosper Mérimée, es un relato corto sobre un esclavo que lucha por su libertad, un tema típico del Romanticismo que ya hemos reseñado aquí

- «Bibliomanía» de Flaubert es un relato tremendo sobre un bibliófilo español, que describe hasta qué punto puede llegar la afición a los libros. Además, resulta inquietante saber que está basado en un suceso real.

- «La jornada de un periodista americano en 2889» de Julio Verne es un relato delicioso, lleno de humor, ironía y ligereza. Es impresionante ver los aciertos y también los fallos de este francés encantador cuando trata de adivinar el futuro: aparecen el fax, las metrópolis de ¡diez millones de habitantes!, Skipe, los agregadores de noticias, el culto al cuerpo y un gimnasio en cada esquina, la televisión, las armas bacteriológicas, el imperialismo estadounidense, los repartidores de comida a domicilio y unos cuantos avances más.

- «El paraíso de los gatos» de Zola, ese autor que parece que nació siendo ya un hombre con experiencia de la vida, es una exquisita fábula sobre el dilema entre la existencia cómoda y aburrida de los burgueses y la peligrosa vida de los aventureros, llena de emociones.

Una antología de autores franceses de primerísima categoría, con cuentos muy bien seleccionados, que muestra una buena panorámica y resumen de la cultura de los galos, con los que compartimos algunos rasgos de carácter y muchas cosas más. Resulta especialmente interesante para nosotros por la aparición de personajes y caracteres españoles; nunca está de más mirarse en el espejo de nuestros vecinos. Un libro muy recomendable para los amantes del género corto, que hará disfrutar a todo tipo de lectores. 

  De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Stendhal, Víctor Hugo, Merimée, Flaubert, Julio Verne y Zola 

Henri Beyle (Grenoble, 1783-1842), universalmente conocido como Stendhal, era hijo de un abogado que cayó en desgracia durante la Revolución francesa. Lector precoz y voraz, a los once años se leyó «El Quijote» y era tan brillante en Matemáticas que estuvo a punto de ingresar en la Escuela de Ingenieros. Una enfermedad se lo impidió, por suerte para nosotros. Fué un gran escritor realista. Para él, la novela era un espejo que se paseaba por un camino reflejando, lo que pasaba.

Víctor Hugo (Besanzón, 1802-1885), escritor clásico y autor de superventas inolvidables, fué además un intelectual y un político comprometido. Era hijo de un general, también muy dotado para las Matemáticas y completamente autodidacta como escritor. Fué un gran poeta, un excelente dramaturgo y un novelista imprecindible. Creo que vale la pena tambien leer sus discursos parlamentarios.


Prosper Mérimée (París, 1803-1880), arqueólogo, historiador, traductor y escritor, es uno de los más destacados autores románticos. Su novela «Carmen» ha dado lugar a una famosa ópera y a un arquetipo de mujer española. Estudió Derecho y sabía griego, árabe, inglés y ruso. traductor. VIajó mucho por España, tuvo aquí gandes amigos y varias amantes. Tanto hablaba de nuestro país que su amigo Lhardy abrió uno de los restaurantes más famosos de Madrid, cerca de la Puerta del Sol.

Gustave Flaubert (Ruan, 1821-1880), provinciano, tímido y epiléptico, pasaba por vago en el colegio, mientras escribía novelas en su casa a la tierna edad de once años. Hijo del cirujano jefe del hospital de Ruan y poseedor de una buena renta, se pasaba años soñando despierto en su casa del pueblo. Escribió alguna novela, hasta que en 1851 comenzó a escribir Madame Bovary. Tardó dos años y ocho meses, y es una de las mejores novelas que se han escrito. 

Jules Gabriel Verne (Nantes, 1928-1905), uno de los escritores favoritos de todo lector adolescente que se precie, era hijo de un abogado muy bien situado. Fué uno de los iniciadores de la ciencia-ficción y su capacidad para anticipar inventos era asombrosa. Aficionado a la cocaína, escribía bajo sus efectos, describiendo paisajes asombrosos que nunca había visitado y transmitiendo una energía y un entusiasmo considerables.

Émile Zola (París, 1840-1902), fundador del naturalismo, era hijo de un ingeniero italiano y una francesa. Pronto murió su padre y como suspendía en el colegio sistematicamente, se puso a trabajar para llevar un sueldo a casa. Fué compañero de clase y amigo del pintor Paul Cézanne. Escribía novelas para mostrar cómo la raza, la herencia y el medio ambiente condicionaban al individuo. Se implicó en el caso Dreyfus, militar francés y judío acusado falsamente de espía, escribió su famoso panfleto «Yo acuso» y tuvo que huir a Londres.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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