Título: El coronel Chabert
Autor: Honoré de Balzac
Páginas: 208
Editorial: Debolsillo
Precio: 9,95 euros
Año de edición: 2013
Esta novelita de 90 páginas, escrita en 1832, es una pequeña joya de la literatura francesa, un delicioso manjar que hará las delicias del paladar más exigente. Cuenta la increíble historia, parece que basada en hechos reales, de un coronel de Napoleón que, después de haber sido dado por muerto en la batalla, regresa aparentemente del más allá y de los problemas legales y sentimentales que tiene con su perturbadora mujer, que se ha vuelto a casar.
Lo que en otro escritor se hubiese transformado en una comedia de enredo, aquí resulta ser una farsa, una sátira sobre la justicia, los procedimientos judiciales, la burguesía acomodada y la fuerza de las circunstancias. Genial. Además, para describir a conciencia el campo de batalla del desigual combate entre un militar con honor y la burocracia, el autor hace una desternillante descripción del despacho de un pasante, algo así como un procurador, que no tiene desperdicio.
El maestro francés desplegaba un encanto arrollador en todo lo que escribía, era una fuerza de la naturaleza, un apasionado de la literatura que echaba el resto en cada línea y en cada párrafo, para producir un resultado de una intensidad que acaba por conquistar al lector. Queda para la especulación qué hubiese sido capaz de escribir este talentoso ciclón armado con una pluma si hubiese vivido más años y se hubiese vuelto más viejo, mas sabio, un poco más sosegado y más profundo.
El volumen se completa con tres cuentos magistrales: «El verdugo», un macabra y brutal historia que muestra los horrores de la guerra, que para nosotros tiene el aliciente de estar ambientada en España; «El elixir de la larga vida», una enloquecida versión del mito de la inmortalidad que me ha gustado una barbaridad, y «La obra maestra desconocida», en el que el genio Balzac hace gala de su capacidad de escribir también sobre pintura y acerca de las obsesiones de los artistas, cuya moraleja podría ser: «nunca te cases con un pintor». Un puñado de cuentos rotundamente buenos.
Honoré de Balzac (Tours, 1799-1850) es uno de los escritores más prolíficos que ha habido en varios sentidos. Es posible que sea el que ha tomado más tazas de café, ha escrito más libros, ha tenido más amantes... y también más deudas y acreedores. En fin, todo un fenómeno que escribía con el afán notarial de inventariar sociológicamente a toda la sociedad de su época, como él mismo decía «para hacerle la competencia al Registro Civil», y casi lo consigue.
Su monumental obra, «La comedia humana», de la que acabó unas 50 de las 137 novelas planeadas, es un interminable fresco de personas, personajes, clases y grupos sociales de la Francia de su época. A estos realistas no hay quien los pare así como así.
Escribió tanto que su obra es algo irregular, pero está llena de joyas y tesoros escondidos, que brillan entre tanta paja. Vivió muy deprisa, murió joven, está enterrado en el Cementerio de Père-Lachaise y su amigo Victor Hugo dijo en su entierro que:
«A partir de ahora los ojos de los hombres se volverán a mirar los rostros, no de aquellos que han gobernado, sino de aquellos que han pensado».
Honoré de Balzac (Getty Images)
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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