Título:
La novia oscura
Autora: Laura Restrepo
Páginas: 408
Editorial: Alfaguara
Autora: Laura Restrepo
Páginas: 408
Editorial: Alfaguara
Precio: 17,95 euros
Año de edición: 2015
¿Crónica, reportaje, novela histórica, ficción? Todo está y nada es.
No es solo una crónica, aunque en
parte cumple con sus características. No es solo un reportaje, aunque utiliza
muchos de sus recursos. No es solo ficción, pues el tiempo, el lugar y parte de
lo narrado se corresponde con la realidad de los años 50 en una zona del río Magdalena en Colombia. No es novela histórica pues, aunque de fondo narre
hechos ciertos ocurridos en un pasado, la pretensión de la autora no era tanto
escribir la historia que le sirve de escenario, sino darles la dignidad que
merecen y reconstruir la vida de unas mujeres excluidas y denostadas -a la vez
que utilizadas- por una sociedad hipócrita y cruel con ellas. Prostitutas.
Mujeres excluidas por ser mujeres, por ser putas, por ser pobres y por ser
indígenas.
La escritora Liliana Viola afirma
que en pocos sitios pueden hallarse tantas putas juntas como en una biblioteca.
Es cierto que si en el s. XIX fueron pocos los autores que trataron el tema -el
referente indiscutible fue Zola con su novela «Nana»- en el s. XX ya hay multitud
de escritores que lo abordan y, de entre ellos, también los premios Nobel
Yasunari Kawabata, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. La perspectiva
siempre ha sido masculina, es decir, aunque se narre el ambiente en el que
viven, la mujer, sus deseos y aspiraciones, no es lo que importa, lo esencial
es el hombre que, en el mejor de los casos, la redime sacándola de la
prostitución para encerrarla en casa y, aún en ese caso, el héroe es él.
Laura Restrepo en sus novelas nos
habla de mujeres que sufren algún tipo de violencia o exclusión social. Son
ellas las que importan, sus pensamientos y sentimientos y cómo viven su
situación. Es la suya una mirada nueva que en el caso de «La
novia oscura»
va un paso más allá pues hace que sean no sólo protagonistas, sino que también
sean las narradoras. Es un relato polifónico en el que cuentan una vida dura,
tremenda, y, sin embargo, en ningún momento la narración tiene tintes melodramáticos.
Para lograrlo, la autora establece una distancia con lo que cuenta a través de
diferentes estrategias: es una historia ocurrida hace 50 años; el lenguaje en
ningún momento cae en el fácil peligro de exacerbar los sentimientos del lector;
utiliza una narradora interpuesta, una periodista que recaba la información
acerca de la protagonista, y trufa la novela con sutiles guiños de humor e
ironía.
La autora utiliza variados
símbolos en el relato, uno muy interesante es el del nombre como definitorio de
la esencia de la persona que lo porta. Así, cuenta la historia de la
protagonista y sus tres nombres diferentes en tres periodos definitorios de su
vida. De niña, cuando llega sola y desvalida al pueblo, no quiere decir su
nombre y la llaman «la Niña». El día que se estrena como
prostituta se llamará Sayonara, y cuando decide cambiar de vida y se casa
recupera el nombre que le dieron al nacer, Amanda.
Sayonara es un personaje muy
complejo, inasible en su totalidad, con una fuerza vital y una determinación
que son la base y motor de su vida. Una vida marcada por la aspiración, el
deseo de algo mejor que nunca parece llegar y que le hace moverse, vivir y huir
de situaciones muy diversas, todas duras. Una mujer marcada ya desde su
infancia por la violencia. Todavía niña llega sola a un pequeño pueblo en medio
de la selva. Un pueblo, La Tora, en el que la prostitución se había instalado al
reclamo de una explotación petrolífera norteamericana. Allí pierde la inocencia
muy jovencita y su determinación de ser única, la mejor, así como su extraña
belleza, la hacen ser la más deseada por todos los petroleros, lo que le
permite incluso elegir a sus clientes. Allí vivirá otra situación de violencia,
además de la propia de su oficio, la que ejercen las diversas instituciones
sobre las prostitutas: los médicos gubernamentales que les sobornan en unos
reconocimientos médicos vergonzosos; la Iglesia que no les permite ni siquiera ser
enterradas en tierra santa, y la compañía petrolífera contra la que se enfrentan
en apoyo a los obreros en una huelga de la que se sigue un empeoramiento de las
condiciones de vida para todos.
Sayonara cae en la trampa del
amor, algo que se prohíben las prostitutas, y su sufrimiento impulsará su
decisión de cambio radical aceptando casarse. Decisión que le causará otra
forma más y diferente de violencia, la psicológica, de la que también huirá.
Aun con este ambiente tan
difícil, es esta una novela que habla de amor. Amor de la Niña a sus hermanas a
las que rescata y protege; amor de la prostituta que la acoge como hija; amor
de la mujer que sin darse cuenta se enamora de un hombre; amor de las amigas;
amor, aunque sea equivocado, del que en su infancia tuvo el papel de hermano.
El hecho de que la escritora sea
mujer, y una mujer socialmente comprometida, hace que la perspectiva desde la
que trata el tema de la prostitución sea diferente. No hay juicio. No hay moraleja.
Hay un profundo respeto. Hay dignidad. Es esta una novela importante.
No es la primera vez, ni creo que sea la última, que aparece en este blog Laura Restrepo. Nos gusta. Nos gusta su manera de contar, nos gustan los temas que aborda y su diferente perspectiva, nos gusta que, aunque pasen los años sus novelas siguen siendo actuales, nos gusta que plantea los problemas vitales desde la seriedad de su estudio previo basado en datos objetivos, nos gusta su manera de ficcionar la realidad para que resulte interesante, nos gusta su compromiso como persona. Nos gusta.
Publicado por Paloma Martínez.
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