viernes, 21 de febrero de 2020

Viaje alrededor del mundo - L. A. de Bougainville

           
Título: Viaje alrededor del mundo
Autor: L. A. de Bougainville

Páginas: 256

Editorial:Laertes

Precio: 19 euros

Año de edición: 2019

247 años después de que Magallanes y Elcano salieron de Sevilla para dar primera vez la vuelta al mundo en 1519, Louis Antoine de Bougainville zarpó del puerto de Brest (1766) para ser el primer francés en circunnavegar el planeta y recuperar así algo de orgullo patrio, bastante maltrecho después de que Francia perdiera la Guerra de los Siete Años.

Iba al mando de la fragata Bodeuse (malhumorada) y de la urca Étoile (estrella), tardaría 2 años y 3 meses en completar su viaje, de 1766 a 1769, perdería tan solo 7 hombres de más de 200 tripulantes, debido a la rabia que les transmitieron los mordiscos de unos monos, mientras que el viaje de Magallanes y Elcano (1519-1522) duró 3 años y solo sobrevivieron 18 hombres de un total de 239.

Bougainville era un hombre inteligente, que supo conducir con acierto una expedición que seguía siendo una aventura llena de riesgos. Era un hijo de la Ilustración, discípulo de D'Alambert y autor de un tratado de cálculo integral, que en el viaje llevaba al astrónomo Véron, al naturalista Philibert Commerson y a un dibujante.

Pues bien, este libro, publicado en 1772, es prácticamente el diario de a bordo de ese viaje y, además de muchos detalles de navegación, contiene una buena descripción de tan extraordinario periplo.

La obre se abre con un reconocimiento a la valentía y determinación de los marinos españoles y portugueses, que abrieron nuevas rutas y fueron los primeros en dar la vuelta al mundo. A continuación, menciona los 14 viajes de circunnavegación completados en aquel momento, expediciones españolas, inglesas y holandesas, como la segunda del inglés Francis Drake (1577) o la de Thomas Cook (1768).  

Después narra su viaje en dieciséis capítulos, en los que describe las principales ciudades y regiones por las que pasa, las etnias con las que contacta, los paisajes y multitud de detalles interesantes. Conoció un Buenos Aires de 20 000 habitantes, con su proporción de negros y mulatos; un Río de Janeiro que le pareció muy bonito, con minas de piedras preciosas, y la maravillosa Tahití, que le fascinó. Le parecía el paraíso terrenal, llena de vegetación y árboles frutales, con altísimos volcanes, ríos caudalosos, un clima delicioso que no pasaba de 27º C y ausencia total de mosquitos. Encontró una población con dos razas, de carácter dulce y tranquilo, polígama, de mujeres sumisas, y bien alimentada con pescado y fruta, lo que les mantenía muy sanos.
             
Allí, después de 16 meses de navegación, descubrió que el botánico Commerson había embarcado con su amante, Jeanne Baret, disfrazada de joven ayudante, que se convirtió así en notable botánica y la primera mujer en dar la vuelta al mundo.

El autor cuenta además muchos detalles y episodios curiosos, como la expedición de 250 jesuitas que viajó a América a evangelizar a la población y todos los avatares por los que pasaron las misiones jesuíticas.

Por cierto, en Brasil, Commerson encontró la planta que bautizó en honor al capitán, buganvilla, cuya flor se entregaría a Josefina, la primera esposa de Napoleón, y daría nombre a su color púrpura intenso.

Un libro muy interesante, de aventuras verdaderas, contadas por un hombre de talento, sobre el que se podría haber hecho una estupenda película (no existe, que yo sepa), ameno, entretenido y con el que se aprenden muchos detalles históricos de la época.
             
L. A. de Bougainville

Louis Antoine de Bougainville (París, 1729-1811) fué un miitar, explorador y navegante francés. Era hijo de un notario, estudió leyes y pronto demostró tener una habilidad especial apra el Derecho y las Matemáticas. Fué discípulo del enciclopedista D'Alambert y a los 23 años publicó un tratado de cálculo integral que complementaba el libro de L'Hôpital sobre cálculo infinitesimal.

 
Cálculo integral de Bougainville (edición de 1754)

Fué abogado, se hizo mosquetero inició una brillante carrera militar. Fué capitán de dragones en Canadá, obtuvo medallas por su valentía y pronto se hizo conocido por sus respuestas ingeniosas. Cuando el duque de Choiseul, que quería desentenderse de Canadá, le dijo «cuando la casa se quema, uno no se ocupa de los establos». Bougainville le respondió: «al menos, señor, no se podrá decir que usted habla como un caballo».

Esa respuesta llamó la atención de Madame de Pompadour, que le convirtió en su protegido, le presentó al rey y le convirtió en coronel. Se destacó en la defensa de Quebec y colonizó las Islas Malvinas,  que luego tuvo que vender a los españoles por orden de Su Majestad.

Solicitó permiso al rey para circunnavegar la Tierra y completó el viaje, del que lo más importante que trajo fué una crónica de Tahití, que le pareció el paraíso terrenal y una flor esplendorosa: la buganvilla. No todo el mundo tiene el privilegio de que su nombre se convierta en una flor.

 
Buganvilla

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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