Título: La culpa es de los Tlaxcaltecas
Autora: Elena Garro
Páginas: 174
Editorial: Grijalbo
Precio: 14,95 euros
Año de edición: 1989
Encontré en la red por casualidad el texto completo del cuento «El anillo» de Elena Garro y me pareció de una calidad impresionante. ¿Cómo es que esta mujer no es más conocida?
Desde entonces he estado buscando algún título de esta autora, empresa nada fácil, y por fin, he encontrado este volumen en una librería de segunda mano. «La culpa es de los Tlaxcaltecas», publicado originalmente en 1963 con otro título, «La semana de colores», reúne ocho formidables cuentos y dos obritas de teatro fuertemente enraizados en la cultura popular mexicana, cultura mestiza, criolla al fin y al cabo, con sus giros, sus diálogos, su visión del mundo y su toque de realismo mágico.
Son relatos con una vertiente costumbrista y hasta antropológica muy marcada, elegantemente escritos y contra vertiente ligeramente surrealista, creativa y con un toque de fantasía que recuerda inevitablemente a algunas historias de Boris Vian y, por supuesto a los relatos de Julio Cortázar. Porque Elena Garro es la gran precursora, que anuncia al genio argentino.
La Garro es una escritora muy creativa, de gran originalidad y fuerte personalidad, con todo el sabor de la cultura mexica latiendo en cada una de sus páginas. Sus relatos son inolvidables y sutiles, especialmente el titulado «El zapaterito de Guanajuato», que me parece extraordinario.
No perdáis más tiempo y lanzaros a la búsqueda y captura de títulos de esta autora, porque vale la pena. Una escritora excelente, de primera clase, injustamente eclipsada por su marido y olvidada por la mayoría de lectores.
Elena Garro nació el 11 de diciembre de 1920 en Puebla (México). Hija de padre
español y madre mexicana. Siendo joven viajó a la Ciudad de México para estudiar literatura,
coreografía y teatro en la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM). Allí conoció a Octavio Paz, con quien se casó con 17 y quien le
impidió continuar sus estudios universitarios.
Elena lo acompañó a España ese mismo año, regresando en 1938. Tuvieron una hija, Helena, y finalmente se divorciaron en 1959. La sombra de Octavio Paz era muy alargada, y Elena no tuvo durante su vida el reconocimiento merecido. Algunos críticos la consideran la segunda escritora mexicana más importante tras Sor Juana Inés de la Cruz. Otros la señalan como precursora del realismo mágico
Elena lo acompañó a España ese mismo año, regresando en 1938. Tuvieron una hija, Helena, y finalmente se divorciaron en 1959. La sombra de Octavio Paz era muy alargada, y Elena no tuvo durante su vida el reconocimiento merecido. Algunos críticos la consideran la segunda escritora mexicana más importante tras Sor Juana Inés de la Cruz. Otros la señalan como precursora del realismo mágico
De
1959 a 1963 vivió en Nueva York, luego regresó nuevamente a México y en 1964 recibió el
premio Xavier Villaurrutia por su novela «Los recuerdos del porvenir». Autora de
los cuentos de «La semana de colores» (1964). En «Felipe Ángeles» (1979) narra un
episodio de la Revolución Mexicana poco analizado; Y «Matarazo no Llamó» (1991)
trata de la lucha sindical. «Andamos huyendo, Lola» (cuentos, 1980) trata sobre la
figura de su hija. Elena Garro falleció en Cuernavaca el 22 de agosto de 1998.
Elena Garro
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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