martes, 9 de mayo de 2023

Retratos de ambigú - Juan Pedro Aparicio

 

Título: Retratos de ambigú                                                                                                Autor: Juan Pedro Aparicio

Páginas: 264 pág.

Editorial:
Destino

Precio: 9 euros

Año de edición: 1989

Hay territorios en los que las formas de vida tradicionales, la realidad y la fantasía mágica conviven e intercambian contenidos entre sí, como ocurre en Galicia y también en el antiguo y muy noble reino leonés. En su capital, León, de nombre y catedral imponentes, transcurre esta peculiar novela, en la que el nombre de la ciudad se transmuta en Lot, que recuerda la potente imagen de la mujer convertida en estatua de sal por mirar hacia atrás.

En este libro, tan peculiar y polifacético, se trenzan varios motivos narrativos hasta formar un fascinante entramado: la historia del protagonista, Vidal, un Inspector de Sanidad que pretende cerrar las fábricas de los Mosácula, la familia más poderosa de la ciudad; un alcalde que emprende un viaje a la Argentina para imponer la medalla de la ciudad al Chacho, el mítico jugador de fútbol y héroe de la Guerra civil nacido en Lot; un extraño accidente en el que una moto atropella a un niño y el conductor del coche que lleva al crío al hospital es tomado por todos por el culpable atropellador; la búsqueda que emprende el consistorio para encontrar la sepultura del llamado Rey Bueno; el encuentro entre el inspector Vidal y su antiguo amor, la bella Blanca Mosácula; el baño de una comisaria atiborrado de embutidos; una plaza de toros hecha de espejos; un bar lleno de retratos de las personalidades del lugar, en el que la caída de uno de los dibujos augura siempre la muerte del retratado; un cazador de murciélagos; tres cordadas de espeleólogos extraviados en una cueva; la leyenda de los rebaños de mulas salvajes que habitan la mina abandonada... historias en las que se mezcla lo real, lo insólito y lo fantástico, en una ciudad provinciana dominada por caciques y con el ambiente social de la posguerra franquista. 

Esa es la receta de este suculento guiso literario, condimentado con un estilo barroco, algo arcaizante, chocante y con tintes de esperpento. Las frases son largas, alambicadas y depuradas, con cierta belleza poética y el sabor de la cultura provinciana más profunda. Algunos párrafos pueden servir de ejemplo:

«Parecía el eterno adolescente sin pandilla, aquel que es rechazado por ser muy mayor entre los de su estatura, o, por muy infantil entre los de su edad. Laura veía en él una amenaza, una amenaza antigua y morbosa, que más nacía de esa inestabilidad que de sus palabras. Era una amenaza doméstica, sin embargo, muy pequeña y familiar, pero muy insidiosa, era la amenaza del pájaro escondido y suelto por la habitación, sin garras, sin dientes, sin apenas pico, quizás sin la voluntad de hacer daño, pero muy capaz, acaso por impulsos de su propio miedo, de chocar contra su cara y dejarla marcada para siempre».

«El cielo se cerraba sobre el cantil como un mar invertido; y por allí, por su mismo borde, como quien pisa las espumas de la última ola, en visión extrañísima, por el mucho riesgo de caminar así, sobresalía la figura de lo que parecía ser un clérigo con sotana, doblado hacia adelante como consecuencia del esforzado avance, con la soga a sus espaldas, la mano derecha con que la cogía cerrada sobre el hombro opuesto, de la que sujetaba por el hocico al toro; hombre y toro, negros los dos, el uno la piel, la vestimenta el otro, satinados y brillantes, eran una sola unidad vital, un solo ser que se movía sobre el abismo como algo irreal, con movimientos y corporeidad de sueño, quizá de pesadilla».

Una novela muy original, anclada en lo tradicional y, a la vez, atrevida e innovadora. El título está tomado de una exposición que se organiza en la ciudad con ese nombre, «Retratos de ambigú», por la ambigüedad que evoca esa palabra y porque el Chacho trabajó en al ambigú del Teatro Principal. El texto está estructurado en doce capítulos, cada uno encabezado con el nombre de uno de los personajes de la trama y dedicado a presentar su carácter y su historia. Al final, funcionan como piezas de un rompecabezas que encajan y relatan toda una historia, rematada al final con varias sorpresas inesperadas, una por cada uno de los principales hilos de la trama que el lector ha ido siguiendo en estas páginas; porque nada acaba como el lector espera. Una apuesta arriesgada cuyo resultado es un texto lleno de calidad. Esta novela obtuvo en 1988 el Premio Nadal.

Un libro peculiar, muy interesante, que vale la pena rescatar del pasado literario y disfrutar como se merece. Porque el realismo mágico se inventó en realidad en Galicia y León, para luego exportarse a América, Se encuentra con cierta facilidad en bibliotecas y librerías de segunda mano.

Juan Pedro Aparicio (León, 1941) es un novelista español.  Estudió Derecho en las Universidades de Oviedo y Complutense de Madrid, y realizó algunos cursos en la antigua Escuela Oficial de Periodismo. Ha vivido durante algunos años en Inglaterra como director del Instituto Cervantes en Londres.

Se dio a conocer como narrador en 1975, a los 34 años, con «El origen del mono y otros relatos». Ha publicado un total de 10 novelas, 8 volúmenes de relatos, un libro de memorias, libros de viajes, de artículos y algunos ensayos. En 1979 obtuvo el Premio Guernica por «Lo que es del César» y en 1987 fue finalista del Premio Nacional de Literatura por «El año del francés».

Destacado leonesista, en 1981 publicó un «Ensayo sobre las pugnas, heridas, capturas, expolios y desolaciones del viejo Reino», en el que defiende una Comunidad Autónoma para León, independiente de Castilla y León. Es padre del también escritor Juan Aparicio Belmonte.

Juan Pedro Aparicio
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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