miércoles, 27 de octubre de 2021

Un tablao en otro mundo - David López Canales

  

Título: Un tablao en otro mundo                                                                              Autor::David López Canales

Páginas: 238

Editorial: Alianza

Precio: 16 euros

Año de edición:2020

Este libro, subtitulado «La asombrosa historia de cómo el flamenco conquistó Japón», es en realidad un extenso y muy documentado reportaje. a ratos divertidísimo, sobre cómo los artistas flamencos triunfaron en un país tan alejado y tan culturalmente diferente que, efectivamente, parece otro planeta.

Porque, después de algunos pioneros que aparecieron por allí en los años 20, en la década de los 60 se abrió el primer tablao permanente en Tokio y casi todas las grandes figuras del flamenco pasaron por allí, en una época en la que Japón no tenía todavía trenes de alta velocidad y las empresas niponas no habían llegado a España. 

Nuestra música llegó allí mucho antes de que sus transistores llegasen aquí. Y los gitanos que dominaban tan peculiar arte encontraban por aquellas tierras un respeto, una admiración y también unos dineros que no habían conocido en España. Allí hacían su agosto y se sentían casi idolatrados. También veían con asombro cómo los aficionados japoneses tenían discos y grabaciones de los viejos maestros andaluces, como Manuel Torre y Antonio Chacón, que ellos no habían podido escuchar.

El idilio entre los japoneses y el duende continúa. Actualmente hay allí más de 500 academias de flamenco con más de 80 000 alumnos y es que, como dice el bailaor Shoji Kojima, «El flamenco tiene algo que te atrapa y ya no te suelta». La pregunta es ¿cuál es el secreto? ¿por qué los japoneses han conectado con el flamenco como no ha ocurrido en ningún otro país?

Esta obra aporta algunas razones para ello, la principal que, en una sociedad extremadamente regulada y reglamentada hasta la represión por mor de la convivencia, es lógico que un arte tan catártico como el flamenco, que saca afuera todos los sentimientos, en el que se llora, se grita, se patalea, se aprietan los puños y se expresa la pena más profunda y la alegría más exultante, tenga un éxito arrasador.

En mi humilde opinión, dos motivos más pueden haber influido en el fenómeno. Por un lado, el respeto que sienten los japoneses por la tradición, por los saberes antiguos y valiosos que se conservan generación por generación. Por otro lado, su gusto por lo sofisticado, lo difícil y las artes que precisan de un largo aprendizaje y mucha práctica. Y todo eso lo tiene el flamenco en grado sumo.

Por eso, sorprendentemente, han surgido artistas flamencos en Japón, que han venido a nuestras tierras, en un curioso viaje de ida y vuelta a perfeccionar su arte. Como por ejemplo, el mencionado bailaor Shoji Kojima, llamado el gitano japonés, Yasuko Nagamine —la japonesa que bailó en el Corral de la Morería—, Yoko Komatsabura, que vio bailar a Enrique el Cojo, sintió «una cosa mu grande» y ya no pudo hacer otra cosa que dedicarse al baile, y muchos otros surgidos después de esos pioneros.

Volviendo al libro, está organizado como un reportaje sobre los artistas flamencos que llevaron su arte por el país nipón, sus vicisitudes y peripecias, a veces descacharrantes y a veces muy descriptivas de cómo eran ambos países y del tremendo salto cultural, además de geográfico, que había y hay entre ambos.

Porque leyendo estas páginas da la sensación de que todas las grandes figuras estuvieron por allí, con contratos por seis meses o por un año. Aquí se cuentan las aventuras japonesas del cantaor Chiquito de la Calzada, el guitarrista Pepe Habichuela y su mujer Amparo, la Cañeta de Málaga y José Salazar, la Tati —nacida en el Rastro—, Enrique Morente, Antonio Gades, Cristina Hoyos, Pilar López, Rafael Romero el Gallina, Rancapino, Ramón el Portugués, Diego Vargas, el Pelao y la Uchi, Tomás de Madrid, Manolete... la lista es inacabable.

En fin, una crónica bien escrita, con un estilo periodístico eficaz y depurado, muy ordenada y con un lenguaje tan expresivo como objetivo, que repasa los principales hitos de uno de los intercambios culturales más profundos y peculiares del siglo XX, el viaje del flamenco hasta el Japón. Un fenómeno que merece ser más estudiado y analizado. Y todo ello amenizado por el humor de las anécdotas de los artistas que viajaron al país del sol naciente. Genial.

David López Canales (Madrid, 1980) es un periodista y escritor madrileño, que ha sido director de la sección de actualidad de Vanity Fair y actualmente publica como freelance en diversos medios, como El Mundo, El País, El País Semanal, Gatopardo, Newsweek o El Diario.es, entre otros.

Ha publicado «El traficante», sobre la figura de Monzer Al Kassar, apodado el «Príncipe de Marbella», y este es su segundo libro. Le encantan las buenas historias, cree que todo el mundo tiene una gran historia para contar y que la realidad es tan jugosa que supera con creces la ficción.

David López Canales

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

1 comentario:

  1. Libro para leer de manera obligatoria. Todo un descubrimiento. Lo español encanta en Japón. Un fenómeno de masas.

    Gracias por la reseña. Saludos y libros.

    ResponderEliminar