Título: Relatos de diez mundos Autor: Arthur C. Clarke
Páginas: 320
Editorial: Edhasa
Precio: 12,50 euros
Año de edición: 2017
2001: Una odisea del espacio oscureció el resto de la obra de Arthur C. Clarke, quizás debido a la excelente adaptación cinematográfica llevada a cabo por Stanley Kubrick. Puede que Cita con Rama o Las fuentes del paraíso también sean conocidas, así como las continuaciones de estas obras, formando tetralogías de gran éxito entre el público menos habitual del género. Y no obstante, al margen de sus novelas, son muchos los libros de cuentos del autor británico que merecen la pena. Relatos de diez mundos recoge catorce cuentos sobre la exploración espacial.
En los primeros relatos descubrimos las tentativas de los seres humanos por comprender el universo y por viajar más allá de las estrellas. «Recuerdo a Babilonia» habla de satélites de comunicación y cómo pueden ser usados para la propaganda política. «Verano en Ícaro» propone un viaje caluroso a un satélite de Venus y «Fuera de la cuna, para siempre en órbita...» plantea una eventualidad propia de los primeros viajes espaciales de largo plazo. En estos primeros cuentos, el ser humano aún no ha dado el gran salto. A la manera de un nuevo Julio Verne, estos argumentos eran ciencia ficción en 1960, pero ahora son plena actualidad. ¿Un satélite que gira alrededor de la Tierra y permite emitir el mismo programa al mismo tiempo en todo el planeta? ¿Turismo espacial? ¿Buscar información en un ordenador con todos los datos del mundo? Nada nuevo hoy día, tan habituados a ver retransmisiones deportivas que se celebran en otro hemisferio, vuelos de compañías privadas para turistas ricos, o buscadores como Google, pero era algo extraordinario en el momento en que se escribieron estos relatos.
En cuanto a su técnica y estilo, Clarke recurre con frecuencia a finales O. Henry. Así sucede en «Odio», sobre una nave tripulada de la Unión Soviética que cae al mar, en «¿Quién está ahí?» sobre la angustia de un astronauta que siente una presencia extraña dentro de su traje espacial, o en «Una mona en la casa», sobre una simia artista. Arthur C. Clarke se ayuda de sus conocimientos científicos para resolver la trama. Se trata de entuertos, dificultades técnicas y eventuales problemas a los que se puede enfrentar el ser humano en su camino a las estrellas. En el relato «En el cometa», una nave y su tripulación quedan atrapados en la cola de dicho cuerpo celeste. La solución vendrá dada por la ciencia, una suerte de religión laica para Clarke. Al igual que «Un ligero caso de insolación», «Antes del Edén» o «Problemas de horario» constituyen nuevos ejemplos en los que la ciencia resuelve el nudo de la trama o los personajes se ayudan de su saber científico sortear una dificultad, a menudo bajo riesgo de muerte.
Es cierto que hay que tener en cuenta el contexto en que se publicaron estos Relatos de diez mundos. La guerra fría o la extinta Unión Soviética sirven como escenario de las luchas ideológicas del ser humano en la segunda mitad del siglo XX. «La muerte y el senador» plantea un dilema ético frente a esa rivalidad política de bloques. A medida que el libro avanza, nos vamos alejando de ese paréntesis temporal y los relatos ganen en ligereza y ensoñación. Hasta que el libro se cierra con el largo relato «El camino al mar», situado cronológicamente milenios más tarde de que la raza humana haya abandonado la Tierra. Evoca lo que las exploraciones espaciales pueden suponer para la humanidad. En general, Arthur C. Clarke es positivo, optimista. Es un científico que piensa que la ciencia con sus errores, con sus pasos atrás, con su mal uso por parte de dirigentes sin escrúpulos, sin embargo, resulta la herramienta de transformación más poderosa que ha creado el ser humano. De esta manera, Relatosde diez mundos mejora progresivamente a medida que progresamos en sus páginas y descubrimos que probablemente estamos solos y que, aunque encontremos vida inteligente, seguiremos estando igualmente solos con nuestros retos, con nosotros mismos y con los secretos del universo.
Arthur C. Clarke (Minehead, Inglaterra, 1917-2008) fue un escritor, científico y divulgador que se hizo famoso para el gran público con la mencionada adaptación cinematográfica de su novela 2001: Una odisea del espacio. Esta obra tendría tres secuelas: 2010: Odisea dos, 2061: Odisea tres y 3001: Odisea final. También Cita con Rama contaría con tres secuelas: Rama II, El jardín de Rama y Ramarevelada. A estas obras, las más conocidas, se añaden la citada Lasfuentes del paraíso y otras como Las arenas de Marte, El fin de la infancia, La ciudad y las estrellas o Regreso a Titán.
Al margen de la literatura, sirvió en la Segunda Guerra Mundial en la Real Fuerza Aérea y publicó artículos científicos como el relativo a los satélites artificiales en órbita geoestacionaria. Recibió numerosos honores en el campo de la astronáutica e incluso se le concedió el título de caballero de la Orden del Imperio Británico.
Publicado por José Ángel Gayol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario