Título: Los besos secos
Autora: Rosario López
Páginas: 155
Editorial: Bala perdida
Precio: 18 euros
Año de edición: 2020
Hay libros que
cuentan una historia y hay otros que se gustan contándola. Éste es de los
segundos. No es que no cuente nada, porque contar sí que acaba contando, sino
porque el punto fuerte no es la historia en sí, sino el cómo se cuenta.
«Los besos secos» de
Rosario López es una de las novelas cuya lectura me ha producido una mayor
satisfacción, si no la que más, en mucho tiempo. Leer sus cuarenta primeras
páginas es una delicia. Y, el resto del texto, porque hay casi otras tres
partes adicionales de esa longitud, es un contenido que es ya mejor probar en
pequeños sorbos. También es conveniente analizar bien lo que se lee, pues, tuve
la fortuna de leer este libro con compañía de otra lectora y, la obra de
Rosario López, nos dio mucho tema de conversación y de interpretación de
palabras y finales.
Esta mujer nos
cuenta, en primera persona y con la voz de la protagonista, el periodo de la
vida de Lucía una vez terminada su relación con Alberto. Nos lo ambienta en
Madrid y –ciudad, desamor y hasta el poco deseable licenciado en medicina que
atiende al nombre de Alberto– se convierte todo en poesía. Desmenuza bellamente
sentimientos, consigue con el paso de las páginas que el lector sienta el
transcurrir de días, semanas y meses, y deja que sane el dolor profundo de
Lucía con la máxima de «el tiempo todo lo cura».
Se trata de una ópera
prima y lleva consigo el atrevimiento de ser toda ella prosa poética. Prueba de
la autenticidad y buen hacer de esta autora en este complicado tipo de
escritura, fue que no pasó desapercibida para el ilustre jurado del L Premio Ciudad de Barbastro, que la seleccionó como una de las finalistas. Tampoco la ha
dejado pasar la editorial Bala Perdida, que decidió apostar por ella y
publicarla en este 2020, en vísperas de la instauración del estado de alarma.
Rosario López lee un fragmento del libro
Publicado por Jesús Rojas.
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