martes, 24 de octubre de 2017

Longitud - Dava Sobel


Título: Longitud 
Autora: Dava Sobel
 
Páginas: 192
 
Editorial: Anagrama 
 
Precio: 7,90 euros 

Año de edición: 2006

He aquí un libro apasionante sobre un problema técnico de primera magnitud que trajo de cabeza a los ingenieros e inventores de medio mundo en lo que fué una de las más interesantes aventuras del pensamiento humano, hasta que un carpintero británico lo resolvió de manera brillante. Una historia muy poco conocida hasta que Sobel la ha sacado a la luz con este estupendo libro.

Pero empecemos desde el principio. En el siglo XVII las rutas marítimas eran de la máxima importancia y la nación que las dominaba, dominaba el mundo. La ruta de las especias, las grandes vías comerciales tenían una importancia estratégica y potencias como Holanda, Inglaterra o España basaban su posición preponderante en el dominio de los mares.

Pero por aquel entonces no existía todavía el GPS y era vital que el capitán de un barco supiese calcular su posición con precisión. Calcular la latitud sabiendo la época del año y midiendo la duración del día era coser y cantar y la observación de estrellas, como la Polar, también ofrecía un método conocido y fiable.

En cambio, la longitud era endiabladamente difícil de calcular. Se podía medir la posición del sol a una hora determinada y deducir la longitud es matemáticamente fácil (igual que ahora podemos saber en qué huso horario estamos viendo la diferencia horaria con nuestro país. Pero la dificultad estribaba en saber la hora con la suficiente exactitud, en una época en la que los relojes se descomponían con los movimientos de los barcos, la humedad y los cambios de temperatura.

Los navegantes, calculaban la longitud a la estima, un método tan sencillo como poco fiable, basado en suponer que el barco mantiene su rumbo y conociendo su velocidad, se puede calcular la longitud recorrida. pero las corrientes marinas, los errores en la dirección y velocidad, causaban derivas muy importantes que ocasionaban náufragios, pérdidas de tiempo, lo que puede ser  letal cuando se llevan provisiones limitadas, y muchos otros inconvenientes.

Tan grave e importante era el problema, que el rey Felipe III de España ofreció en 1598 una pensión vitalicia al «descubridor de la longitud» y en 1714 el Parlamento Británico estableció un premio fabuloso de 20 000 libras a quien idease un método factible y útil para determinar la longitud.

John Harrison

Los más famosos ingenieros y científicos se devanaron los sesos para resolver el problema, pero fué John Harrison (1693-1776), un carpintero inglés reconvertido en relojero autodidacta, quién encontró la mejor solución, construyendo una serie de cinco relojes, cada uno más portátil que el anterior, construidos con piezas metálicas que compensaban sus dilataciones, resistentes y fiables, que variaban menos de un segundo al día.

Curiosamente, el jurado del premio puso todo tipo de trabas, se negó a entregarle la cantidad prometida y después de muchas reclamaciones, le entregó una cantidad muy inferior a la merecida.

Un libro apasionante, lleno de detalles y anécdotas interesantes, que cuenta toda la historia de manera amena, objetiva y ajustada a los hechos reales que se conocen. Muy recomendable para todo tipo de lectores.


Serie de cinco cronómetros construidos por John Harrison

Dava Sobel (Nueva York, 1947) es una reportera y divulgadora científica estadounidense. Nacida en el Bronx y licenciada por la Universidad de Binghamton, es genuinamente neoyorquina y ha escrito libros de divulgación sobre Copérnico, Galileo, el Sistema Solar y temas afines. Sin embargo la fama y el éxito le llegaron en 1995, a los 48 años, cuando publicó este superventas que ha dado la vuelta al mundo más veces que algunos de los marinos que en él aparecen.

El asteroide 30935 lleva como nombre Davasobel en su honor y tiene una muy interesante página web, eso sí, en inglés, en este enlace: http://www.davasobel.com/.

Dava Sobel

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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