miércoles, 9 de junio de 2021

Insolación - Emilia Pardo Bazán

  

Título: Insolación                                                                                                             Autora: Emilia Pardo Bazán

Páginas: 192
 
Editorial: Penguin clásicos
 
Precio: 10,95 euros  

Año de edición: 2021

En este año que se cumplen 100 años del fallecimiento de la siempre interesante Emilia Pardo Bazán, puede ser buena idea volver a leer sus novelas y relatos. Aunque ese tipo de efemérides son algo puramente convencional —«¡Ah! Es usted una fanática del sistema decimal» le dijo en cierta ocasión Borges a una dama algo entusiasmada con un centenario—, sirven al menos como recordatorios.

Así que nos hemos animado con esta novela publicada en 1889, ligeramente corta, que cuenta el despertar amoroso y una aventura de una viuda en la treintena, que se ve cortejada por un simpático gaditano, muy atractivo. Aunque la novelita recibió una crítica feroz de Clarín, «Antipático poema de una jamona atrasada de caricias», y resultó algo escandalosa para la sensibilidad de la época, que incomprensiblemente la consideraba escabrosa, se trata de un texto con muchas cualidades, fluido, bien escrito y que se deja leer muy bien.

Escrita con un lenguaje cotidiano, realista y directo, de frases recortadas que van al grano en cada ocasión, contiene un perspicaz estudio psicológico de una madrileña de clase alta a finales del siglo XIX. La primera mitad de la novela está constituida por el flujo de pensamientos de la protagonista. Se describen sus preocupaciones, sus remilgos y precauciones, sus deseos y la transformación progresiva de su actitud ante el conquistador, con fama de calavera. 

En esta ocasión, la autora se aleja momentáneamente de los principios del naturalismo y nos ofrece una novela casi psicológica, más del siglo XX que del XIX. Por otro lado, resulta curioso el que empiece como un drama que hace augurar lo peor y, poco a poco, se vaya tornando en comedia ligera y amable, que respira buen humor y alegría, rematada con un final convencional, que resulta una sorpresa por todo lo relatado antes.

Por añadidura, trama temas reseñables, como el conflicto entre los deseos de una mujer y las normas sociales, las diferentes morales sexuales imperantes entonces para hombres y mujeres, y lo encorsetado que estaba el comportamiento de las damas. La sociedad de la época está representada por Gabriel Pardo, amigo de la protagonista, que la aprecia sinceramente y debate con ella de igual a igual, pero que defiende a las mujeres solo de boquilla, porque se vuelve tradicional cuando la situación le afecta a él personalmente. Ese punto, unido a que se describe cómo nace una pasión amorosa entre una mujer madura y un hombre más joven, hacen que la obra transmita cierto feminismo muy interesante.

Como telón de fondo, se frece una jugosa descripción de las fiestas populares y costumbres madrileñas de aquellos años; se presenta la pradera de San Isidro, los merenderos, las barracas de feria, los espejos cóncavos y convexos, la buenaventura, los pedigüeños, una vente en Ventas, los antitaurinos de la época —que decían que la corrida era la fiesta de las tres fieras: toro, toreo y público—, los coches de caballos y multitud de detalles que nos transportan a otra época y lugar.

Un novela solvente, muy bien planteada y mejor resuelta, temas atractivos y todo el oficio de esta autora gallega, una buena muestra de su buen hacer. Se lee muy fácil y me parece muy recomendable para conocer el mundo de una de las grandes autoras de la literatura en castellano.

Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 1851-1921) era condesa, descendiente de nobles gallegos. Fue una lectora muy precoz y voraz, que devoraba todo lo que caía en sus manos y que rechazó las clases de piano y música, habituales en las damas de su clase, para tener más tiempo para leer.

Se educó con profesores privados, viajó por toda Europa, aprendió francés, inglés y alemán, y a los 25 años ganó un premio en competencia con Concepción Arenal, con un ensayo sobre el padre Feijoo, al que admiraba por su defensa de la independencia de la mujer. Se casó y dio a luz prácticamente a la vez a su primera hija, Blanca, y a su primera novela, «Pascual López», con gran éxito.

Siguió escribiendo y publicando, siguiendo la senda del Realismo y del Naturalismo franceses. Tuvo una relación sentimental con Benito Pérez Galdós, que duró veinte años. Emilia le engañaba esporádicamente con aventuras apasionadas con jóvenes, como Lázaro Galdiano, al que precisamente está dedicada esta novela, y luego se hacía perdonar.

Fue una escritora prolífica, de éxito y una activista decidida en defensa de los derechos de la mujer. Fundó y dirigió la revista «Biblioteca de la mujer», denunció la desigualdad entre sexos y apoyó a Concepción Arenal y a Gertrudis Gómez de Avellaneda para su ingreso en la RAE, sin éxito. Ella misma lo intentó tres veces sin conseguirlo. «¡Qué distinta hubiese sido mi vida de haberme llamado Emilio!» llegó a decir.

Emilia Pardo Bazán

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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