viernes, 11 de junio de 2021

Mi amor, la osa blanca - Vitali Shentalinski

  

Título: Mi amor, la osa blanca                                                                                            Autor: Vitali Shentalinski

Páginas: 176
 
Editorial: Galaxia Gutenberg
 
Precio: 15 euros  

Año de edición: 2021

Este libro es en realidad un espléndido diario de la expedición que llevó durante dos meses al autor y a un naturalista a estudiar y fotografiar a los osos polares durante la primavera de 1972, de finales de febrero hasta casi mayo, en la remota isla de Wrangel, donde suelen hibernar multitud de hembras. 

En esa época la temperatura allí puede bajar hasta los 30 y 40º bajo cero. El plan era sencillo: acechar el momento en el que las osas salen de la osera, hacerles fotos, medir sus guaridas, ver su comportamiento... el problema es que, aunque llevaban una escopeta de dardos tranquilizantes, el oso blanco es el mayor depredador terrestre, una masa de entre 500 y 1000 kg, mucho más rápido y ágil que una persona. El peligro era muy real y, por ejemplo, tenían que andar con precaución, no fueran a pisar el techo de una guarida y fueran a caer encima de una osa polar que estaba criando.

El texto es un canto a la naturaleza y a la vida salvaje, en un entorno de una belleza indescriptible y una calma única, la paz que proporciona la nieve cuando no sopla el viento y el tiempo no es demasiado malo. Está escrito con un lenguaje directo, a ratos poético y con ráfagas de humor y también de sensibilidad, descripciones certeras como dardos, ritmo y mucha acción. Aunque el título es un poco exagerado, los dos expedicionarios se encariñan en seguida con las osas, les ponen nombres, les cogen cariño y, hasta cierto punto, consiguen casi convivir con ellas, eso sí, guardando siempre una respetuosa distancia.

Como es natural, les pasa de todo: llevan una moto de nieve sueca que se cala continuamente; ven auroras boreales que parecen presagios; comprueban lo difícil que es dominar a tres oseznos juguetones; experimentan el cariño que se le puede coger a una simple mosca estando aislados y bajo cero; ven lo difícil que es dormir en una cabaña a 13º bajo cero en el interior; llegan a calentarse con un soplete; descubren que a veces el sol es hexagonal; avistan búhos polares, zorros árticos, renos y otros animales; comentan que hay una isla que está en tres hemisferios al mismo tiempo, y muchos otros detalles curiosos.

La obra es muy amena, está llena de anécdotas y pequeñas aventuras, porque para matar el tiempo los dos protagonistas se cuentan de todo, algunos chistes y curiosísimos dichos rusos, como «Quien se acobarda recibe una patada y el que se arriesga demasiado, dos», «Miente como un testigo ocular» o «La mañana es más sabia que la noche».

Un librito delicioso que combina lo mejor de los libros de viajes y aventuras, y las narraciones de naturaleza, poético, instructivo, entretenido y muy ameno. Un volumen que lo tiene todo y cuya lectura resulta refrescante en este tórrido verano madrileño. Muy recomendable para todo tipo de lectores. La única pega que tiene el libro es que se hace demasiado corto.

El texto está ilustrado con 21 maravillosas fotografías originales, en blanco y negro, que sirven de oportuno complemento a la narración. La traducción del ruso es del soviético Andréi Kozinets, profesor en el Instituto Alexander Pushkin.

Pesando una osa narcotizada

Vitali Shentalinski (1939-2018) fue un escritor y periodista ruso que se hizo famoso por denunciar las purgas y crímenes de estados cometidos por Stalin. Estudió en la Instituto del Ártico en Leningrado y cuando le preguntaron al terminar sus estudios dónde quería ir a trabajar, contestó que cuanto más lejos, mejor. Con 21 años fue enviado tres años como operador de radio a una estación en la isla de Wrangel, más allá del Círculo Polar Ártico, a 71 º de latitud Norte. Fue una experiencia que le marcó profundamente.

Posteriormente se licenció en Periodismo en la Universidad Estatal Lomonosov, en Moscú. Se dedicó a trabajar como editor de radio y televisión en varios medios de comunicación y colaboró en la producción de varios documentales.

A los 33 años tuvo la oportunidad de volver a la isla de Wrangel en una expedición de dos personas para estudiar los osos polares. Él conocía el terreno y estaba acostumbrado a sobrevivir en las durísimas condiciones de la zona.

En 1988, en plena perestroika, cuando el país pugnaba por abrirse a la democracia, Shentalinski presionó a la Organización de Escritores Soviéticos, a la opinión pública y a los mandos del partido para formar una comisión que pudiera sacar a la luz pública la verdad sobre el destino de los intelectuales y disidentes rusos represaliados, cuya historia permanecía oculta en los archivos de la Lubianka. Fue así el primero en abrir los archivos del KGB y dar a conocer documentos relacionados con la vida de figuras de la literatura rusa. Publicó una trilogía, formada por Esclavos de la libertad (2005), Denuncia contra Sócrates (2006) y Crimen sin castigo (2007), sobre el tema. También escribió varios poemarios y ensayos, traducidos a varios idiomas. 

En los últimos años de su vida, aprovechando los diarios elaborados durante toda su vida, publicó dos libros sobre su estancia en Wrangel, El diario polar y este, titulado Mi amor, la osa blanca.

Vladimir Shentalinski

 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario