viernes, 5 de enero de 2018

Servidumbre humana - Somerset Maugham


Título: Servidumbre humana
Autor: W. Somerset Maugham

Páginas: 664

Editorial: Dbolsillo

Precio:  12,95 euros

Año de edición: 2002


Hoy vamos a hablar de una de las novelas olvidadas de un escritor bastante olvidado ya de por sí. «Servidumbre humana», publicada en 1915, está considerada la obra maestra de Somerset Maugham, aunque su novela más popular en España sea «El filo de la navaja».  

Se trata de un libro en gran parte autobiográfico, por más que el autor lo haya negado siempre. Toma gran número de elementos de su propia vida y los altera ligeramente en un intento de camuflaje. Así, la tartamudez de Maugham se convierte en un defecto en los pies del protagonista, que pierde a su madre nada más empezar la historia, tiene que vivir con sus tíos y estudia medicina, como el novelista. Otros personajes reales tienen su reflejo en el texto y probablemente su carácter y personalidad sean los mismos, y lo que varía sea el argumento y las acciones que llevan a cabo.

En cualquier caso, es un novelón, una obra llena de amores encontrados, desgracias, infidelidades y viajes por todo el mundo exquisitamente narrados, con personajes complejos, con relieve y una psicología bien dibujada, en una exhibición de conocimiento del alma humana. La trama cuenta el aprendizaje sentimental del protagonista a lo largo de su vida, de manera creíble y con detalles interesantes, como el presentarlo como una buena persona, con pulsiones secretas que los demásno conocen no muy edificantes.

Se lee muy deprisa y la forma en que está escrito, de manera sencilla y fluida, impulsa al lector a seguir leyendo cada página, como ocurre en algunos superventas. El estilo es espléndido, pasa desapercbido y está al servicio de la narración. Puede parecer poco literario, pero es de una enorme eficacia.

El título está tomado de uno de los capítulos de la «Ética» de Spinoza, en la que el filósofo explica que la mayoría de las personas no es capaz de controlar sus emociones y se convierte en esclavo de ellas. Clasifica además las emociones en buenas y malas según estén conectadas al placer o al  miedo, y las relaciona con el crecimiento personal. Todo ello tiene que ver con la evolución del protagonista de la novela.

Hay varias versiones cinematográficas, entre las que destaca la de 1934, titulada en español como «Cautivo del deseo», dirigida por John Cromwell y protagonizada por Leslie Howard y Bette Davis, en un espléndido papel que la convirtió en una estrella del cine.

Una novela espléndida, muy recomendable, parece que infravalorada por la crítica, quizás porque se mantiene en el mundo de la narrativa tradicional y decimonónica, cuando en aquellos años Virginia Woolf, James Joyce y otros inauguraban las vanguardias del siglo XX, pero que vale la pena leer en cualquier caso porque es una gran obra.

William Somerset Maugham (París, 1874-1965) fué médico, británico, espía, fumador empedernido, tartamudo, muy tímido y sobre todo escritor de éxito. En los años 30 era uno de los autores más ricos, sus libros se vendían como rosquillas y era muy conocido. Hoy sin embargo está sumido en un injusto olvido. 

Se puede decir que de alguna manera fué hijo de una enfermedad, porque su madre era tuberculosa y entonces se recomendaba tener hijos como alivio a su dolencia. El método no surtió efecto y su madre murió cuando él tenía seis años. Se quedó tan traumatizado que conservaría toda su vida una foto de su madre en la mesilla de noche. 

Hijo de un diplomático, siempre tuvo buenas relaciones con las altas esferas. Empezó a escribir a los quince años, estudió Medicina y fué médico durante mucho tiempo, hasta que  el éxito de su primera novela, «Liza of Lambeth», publicada a los cincuenta años, le permitió dedicarse por completo a escribir.

Llegó a los 92 años, arrugado como una pasa y conservando un elegancia envidiable.

Somerset Maugham

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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