jueves, 30 de noviembre de 2017

Diez días que estremecieron al mundo - John Reed


Título: Diez días que estremecieron al mundo
Autor: John Reed
 
Páginas: 480
 
Editorial: Siglo XXI
 
Precio: 19 euros

Año de edición: 2017 

En este pasado mes de octubre se han cumplido 100 años de la revolución rusa que instauró el régimen comunista que gobernó este gran país durante un largo periodo de tiempo, hasta 1989. Ha trascurrido un siglo, una cifra redonda de un acontecimiento histórico de una trascendencia enorme en el siglo XX, cuyas consecuencias afectaron a la política y a la sociedad de todo el siglo XX .

He dicho cumplido y transcurrido, y he rehusado conscientemente a verbos como celebrado o conmemorado, porque me parece llamativo que por el centenario de un hecho histórico trascendental hayan pasado de puntillas, como mirando hacia otro lado, escritores, ensayistas, historiadores, documentalistas, etc. Sucede como si se compartiera un sentimiento de no ensalzar pero tampoco denigrar la revolución de octubre del 17 que a lo largo de diez días cambió el mundo.

Este es el título que da John Reed a su crónica sobre la revolución rusa, un libro que leí hace bastantes años y he releído ahora, advirtiendo que el paso, el peso y el poso del tiempo dan una visión distinta a su lectura.

El libro nos relata acontecimientos que el autor vivió directamente como testigo de sucesos históricos que conoció de primera mano. John Reed, periodista, sindicalista y simpatizante  de las ideas revolucionarias, estuvo allí para contar en directo los hechos que llevaron al partido bolchevique al poder, desplazando tras la abdicación del zar Nicolás II a mencheviques, socialistas moderados, socialistas revolucionarios, intelectuales del Partido Constitucional Demócrata (Kadetes), todos ellos partidos con mayor representación que el bolchevique, y ninguneando a la Duma o parlamento ruso elegido por votación popular, y asumiendo el alto riesgo de guerra civil que luego se desencadenó.

Todo esto sucedió en una época especialmente convulsa para Rusia, hundida por las secuelas de la guerra con Japón, situación agravada por la participación en la Primera Guerra Mundial, con una diferencias sociales abrumadoras; de un lado aristocracia y realeza convencidos de estar ungidos por un poder divino para gobernar, y de otro lado una clase obrera y campesina hundidas en la miseria y afectadas por hambrunas severas. Un dirigente bolchevique escéptico dijo: dadles a los trabajadores medio kilo de pan y la revolución se desvanecerá.

El libro es una crónica muy interesante de hechos vividos en primera línea. John Reed era presentado como un camarada americano periodista que iba a escribir sobre la revolución para otros países. Eso le abrió muchas puertas y le permitió ser testigo directo de acontecimientos históricos. Pero el escritor no es un relator objetivo y desapasionado, no disimula sus simpatías ideológicas y comete pequeños errores históricos acerca de personas asistentes a una reunión o testimonios de personajes; estos son salvados por notas a pie de página de su editor. Si a esto añadimos anotaciones de Reed a los distintos capítulos incluidas al final del libro resulta una lectura un tanto densa y trabada, pero constituye un testimonio muy valioso de alguien que compartió jornadas cruciales con protagonistas de la historia del siglo XX.

Un libro de gran interés para cualquier lector interesado en la historia reciente y en particular en este capitulo cuyas secuelas han marcado toda la política internacional hasta nuestros días. 

John Reed fue sin duda un personaje inquieto, emprendedor y comprometido. Nació en Portland (EE. UU.) en 1887, procedía de una familia burguesa y fue estudiante en Harvard. Pronto comenzó a escribir en periódicos americanos como corresponsal de guerra, cubrió la información sobre la revolución mejicana, trató directamente y acompañó a Pancho Villa y a Venustiano Carranza.

Fue un sindicalista y activista obrero convencido; trabajó sobre las huelgas mineras en Colorado. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial volvió a cubrir su información como corresponsal en Rusia y permaneció en San Petersburgo en 1917 en plena efervescencia revolucionaria. Sus relatos y experiencias en las guerras mejicana y europea quedaron plasmados en sendos libros.

En Estados Unidos, junto con un grupo de disidentes socialistas, fundó el partido comunista de Norteamérica. Fue acusado de espionaje por lo que huyó a Rusia donde falleció de tifus en 1920. Está enterrado en la necrópolis de la muralla del Kremlin.
 
John Reed en plena faena
   
Publicado por John Smith.

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