jueves, 9 de junio de 2016

Gárgoris y Habidis - Fernando Sánchez Dragó


Título: Gárgoris y Habidis
Autor: Fernando Sánchez Dragó

Páginas: 1064 

Editorial: Planeta
 
Precio: 33 euros 

Año de edición: 2001

Hoy quiero hablaros de este libro, desaforodo y peculiar como pocos, original y poético, heterodoxo e inspirador, polémica y poco convencional, una obra cursiosísma sobre España, esa realidad histórica y geográfica en la que nos ha tocado vivir, que fué un auténtico bombazo cuando apareció allá por el año 1978 editada por Ediciones Hiperión en cuatro tomos, obtuvo el Premio Nacional de Literatura en su modalidad de ensayo en 1979 y se convirtió en un pequeño superventas que ya va por la edición número 27.

Se trata de un recorrido prolijo y detallado, muy personal, por la historia de nuestro país en la que el autor declara utilizar más el estilo de las libres asociaciones, mucho mas enriquecedor y sugerente, que el de buscar causas y efectos, y se acoge a la influencia, nada menos, de Kant y sus juicios sintéticos a posteriori, Nietzsche y Jung. La metafísica, lo religioso y espiritual tienen aqui una cabida y consideración especial y, dada la aproximación elegida, se diría que el texto está teñido de ráfagas literarias y poéticas, a veces más iluminadoras que los sesudos análisis.

El resultado es una especie de enciclopedia plagada de datos, opiniones y sucesos curiosísimos, que acaban por presentar un retrato de nuestra historia que bien puede llamarse mágica por la importancia que ha tenido la mística y la religión en nuestro pasado. En algún lugar se alude a este rincón de Europa como una tierra de místicos y toreros, en donde la canonización de Santa Teresa supuso el sacrificio de más de doscientos toros porque todos los conventos o monasterios por ella fundados vieron oportuno celebrarlo con una capea.

Aquí se aprenden mil historias curiosas como esa, por ejemplo o la que subyacetras el título, que alude a la primera pareja de arquetipos hispanos. Gárgoris, rey mitológico de los Tartessos, hijo de Poseidón, que inventó la apicultura y cometió incesto con su bella hija, que engendró a Habidis. El rey quiso borrar la prueba de su pecado y abandono al niño en el monte, pero los perros le cuidaron, lo arrojó al mar, pero los delfines le salvaron y finalmente lo abandonó en una cesta flotante en el río. El chico creció, se convirtió en un ladron justiciero que robaba a los ricos para repartir el botín entre los pobres y finalmente se reconcilió con su padre y abuelo, que lo nombró heredero al trono. Habidis fué un monarca justo y querido, que fundó la ciudad de Astorga, una de las poblaciones más antiguas de la Península.

El lenguaje es culto y barroco, plagado de un léxico poco usual, salpicado de imágenes llamativas, con abundante adjetivación y figuras literarias que componen un discurso ciertamente arrollador e impresionante. Componer ese andamiaje con corrección no carece de mérito y muestra que se pueden hacer muchas cosas con el castellano y hcerlas bellamente. 

Es una aportación a nuestra historia que no deja indiferente a nadie, despertó pasiones encontradas desde su publicación (véase el polémico artículo de Leopoldo Azancot y la respuesta de Sánchez Dragó) y se la ha comparado a la obra de ilustres pensadores como Sánchez Albornoz, Américo Castro o Menéndez Pidal. No sé si llega a tanto desde el punto de vista histórico, pero lo que propongo es leerla como obra literaria y desde punto de vista, su valía es innegable.

Está acompañado de un espléndio prólogo de Gonzalo Torrente Ballester y es, en suma, una lectura muy recomendable por dos motivos fundamentales, por el nivel y la calidad del castellano con el que está redactada y por componer un retrato de España, basado en una visión muy personal, de indudable valor literario. Mucho ha cambiado este país desde entonces, con la entrada en la Unión Europea, la burbuja inmobiliaria, el desencanto, los indignados y otras peripecias, pero viene nada mal echar la mirada atrás e intentar ver cómo nos veía este autor tan especial hace casi cuarenta años. 

Fernando Sánchez Dragó (Madrid, 1936) es hijo póstumo de Fernando Sánchez Monreal que era director de las agencias de noticias Febus y Noti-Sport, así como redactor-jefe del periódico La voz. Un hombre conocido, republicano conservador que fué asesinado y hasta 1956 no se supo que le habían fusilado los nacionales. 

Estudió Filología Románica y Lenguas Modernas, se doctoró en la Universidad de Madrid y fué profesor de literatura en el Instituto Cervantes de la capital. Miembro del Partido Comunista en su juventud, participó en protestas y movimientos antifranquistas, lo que le valió dieciséis meses de cárcel y siete años de exilio. 

Más tarde dejó el partido y dijo ser anarcoindovidualista. Ha dado clase de literatura, lengua e historia en Universidades de países tan dispares como Japón, Senegal, Marruecos y Kenia, lo que unido al hecho de que ha visitado más de 70 países deja claro que es un gran viajero. 

Ha escrito más 30 libros de ficción, ensayo, Historia y espiritualidad, que han tenido bastante éxito. Tiene una web oficial con abundante información sobre su vida y obra.

Fernando Sánchez Dragó

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

6 comentarios:

  1. Excelente reseña, Antonio.

    No he leído (aún) nada de Sánchez Dragó, pero su programa de TV de los domingos no me lo pierdo nunca.

    Por su peculiar manera de ser, alguna que otra vez me he preguntado por su encaje en un sitio como La Antigua. A pesad de sus casi 80 años, tiene un sentido contracultural muy desarrollado, que puede parecer impropio de su edad. Conserva un alma joven y rebelde que ya lo querrían muchos adolescentes.

    Me alegra verle por aquí.

    Salud y libros.

    Jesús Rojas.

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  2. Gracias, Jesús. Es un tipo peculiar, al que nadie puede negar osadía intelectual y erudición, dominio del lenguaje e inteligencia.
    Te recomiendo el libro, leído cono enciclopedia de hechos y leyendas cursiosos, y texto literario es excelente.

    Salud y libros.

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  3. Hace 40 años tengo gargoris y habidis, lo he intentado leer muchas veces,y a veces lo abro por cualquier pagina y leo, pero da tantos datos en pocas frases que difícil entenderlo a veces. Se comprende que escribió bajo los efectos de algunas sustancias y flipa muchisimas veces. Datos escogidos de libros, etc. en general no está mal.
    Quizás sea el único libro de Sanchez Dragó que merezca la pena, porque los demas me aburrieron bastantes, con El Laberinto fué una tomadura de pelo (creo). Y ha dado tantos tumbos políticos y religiosos que no se como cogerlo.
    Salud y libertad.

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  4. Gracias por el comentario, Francisco. Coincido contigo, el resto de sus libros no es muy recomendable y éste es el mejor, pero creo que tu forma de leerlo es buena, a salto de mata. Leerlo de un tirón cuesta bastabte más.

    Salud y libros.

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  5. Tengo por casa Gárgoris y Habidis y tampoco soy capaz de afrontarlo, y eso que lo he intentado unas cuantas veces. Pero lo encuentro abstruso y en ocasiones ininteligible. Venga leyendas, mitologías y encantamientos, que a saber de dónde salen, porque el libro es un revoltijo sin orden ni concierto, un follón. Coincido en que no se puede leer de un tirón, ya que abruma. Algunos creen que no se puede leer de ninguna manera. Y luego está el Yo de Dragó, que era, como diría Woody Allen, digno de donar a una universidad para su estudio. Era un poco mesiánico don Fernando, descubridor, nuevo Rodrigo de Triana literario, de la España oculta. El predecesor de los misterios televisivos que hoy hacen furor. A mí me parece que Dragó aprovechó muy inteligentemente el tirón del esoterismo después del deshielo franquista, una dictadura tradicionalista y católica, para manufacturar un armatoste esotérico New Age de enorme erudición, pero sin método. Por esta época se publicó también la "Guía de la España mágica" de Juan G. Atienza, con menos ínfulas que Dragó pero bastante más amena. Creo que Alianza editó en los 80 una versión resumida de la obra magna dragoniana titulada algo así como Epítome de Gárgoris y Habidis. En fin, es sin duda un libro importante, y el mejor de Dragó, pero no conozco a nadie que se lo haya leído entero. Es más como un buffet de cosas raras en donde cada uno se sirve lo que le da la gana.

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  6. Gracias por el comentario, Alberto. Sí, reconozco haberlo leído a trozos, no de una vez. Me gusta esa descripción de libro-buffet.
    Salud y libros.

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