miércoles, 16 de julio de 2014

Lo que Sócrates le diría a Woody Allen - Juan Antonio Rivera


Título: Lo que Sócrates le diría a Woody Allen
Autor: Juan Antonio Rivera 

Páginas: 368

Editorial: Espasa 

Precio: 8,95 euros 

Año de edición: 2003

Escrito por un profesor de filosofía al que le gusta divulgar su materia, el libro analiza escenas, personajes y argumentos de películas desde esa visión transcendental propia de la filosofía que ilumina la vida cotidiana, cuando se aplica a desmenuzarla con el pensamiento.

El autor se sirve de fragmentos de largometrajes para ilustrar determinadas cuestiones filosóficas, con ello mata dos pájaros de un tiro, porque a la vez que endulza áridas teorías de pensamiento, también intensifica, llenando de sentido y profundidad sencillas escenas de cine.

Es un ensayo divulgativo y como el propio creador confiesa, va dirigido a alimentar inquietudes de los «filofilósofos» (personas separadas por dos amorosos peldaños de la sabiduría). 

Está dividido en dos grandes apartados. El primero dedicado a cuestiones psicológicas, donde explica que hay cosas que no se pueden conseguir a fuerza de voluntad, como, por ejemplo, el amor o el aprecio de los demás, por mucho que nos empeñemos. Esas cosas buenas de la vida, dice, acuden a nosotros en virtud de lo que somos, como cosa distinta a lo que podemos lograr por esfuerzo o afán.

Da cancha a los metafísicos cuando afirma que «las ideas se piensan; con las creencias se cuenta, y de puro contar con ellas ya no se las piensa conscientemente». Reconoce que las creencias son terreno pantanoso y para evitarnos quebraderos de cabeza quizás sea mejor dejar que las mediten pensadores especializados, porque hay algunas que nos parecen de lo más natural y contamos con ellas de manera irreflexiva, como:

- Que existen objetos exteriores a nosotros que subsisten cuando no los percibimos.

- Que existen otras mentes aparte de la nuestra.

- Que mantenemos la identidad personal a pesar de los vacíos de autoconciencia que se producen cuando dormimos sin soñar, estamos en coma o bajo anestesia general en estado de narcosis profunda.

El segundo apartado estudia cuestiones morales, aunque estas tienen una frontera difusa con las psicológicas de la primera parte y hay intercambios osmóticos entre ambas.

¿Cómo es posible que el malo de la película nos caiga bien y no queramos que sea descubierto?

¿Qué ocurre cuando nos enteramos que nuestra vida tiene los días contados?

¿Puede el azar de una decisión cambiar irremisiblemente el rumbo de nuestro destino?

¿Condicionan la sociedad, la época y el lugar en que vivimos nuestras preferencias éticas?

Para los que hemos ido creciendo bajo la influencia de la filmografía de Woody Allen, resulta muy sugestivo el título del libro, ya que sabemos que en sus obras afloran perennes cuestiones filosóficas: el amor, la muerte, el azar, la felicidad, el sexo, la racionalidad, etc. Y apetece, por excitante, escuchar la opinión de los filósofos sobre materias que siendo de su competencia, son presentadas a partir de obras cinematográficas tan conocidas como «Casablanca» (1942), «Ciudadano Kane» (1941) o «Blade Runner» (1982).

Un aliciente propio del libro es que narra los pasajes fílmicos con tal verosimilitud que al lector le provoca ganas de ver la película a la que se refiere. Y teniendo en cuenta que generalmente son de gran calidad, el ensayo constituye una auténtica antología de cine rodado con fundamento. Por último, no deberíamos obviar que el mito de la caverna de Platón es la esencia más viva del cinematógrafo que nos ha propuesto nunca la filosofía clásica.

Cien por cien recomendable para el que le guste el séptimo arte, le apetezca revisar decenas de filmes desde otra perspectiva y no esté exento de inquietudes filosóficas.

Esta obra se llevó el Premio Espasa de Ensayo 2003 y el autor promete un nuevo volumen para completar temas que no han sido todavía tratados. Ya ha pasado mucho tiempo desde la publicación del primero, pero yo no pierdo la esperanza de poderlo leer.
     
Juan Antonio Rivera

Publicado por Adolfo Pérez.

3 comentarios:

  1. Menuda alineación forma parte de la caverna con sus mitos alegóricos.
    Jsastre

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  2. Jsastre, no alcanzo a descifrar si te refieres a alineación por estar alineado respecto a algo. O alienación, es decir, estar alineado pero sin ser consciente y por tanto a lo tonto.
    En cualquier caso los "filofilósofos" no suelen alienarse porque tienen recursos para saber por donde se andan.
    Y quien tiene bien alineadas/ordenadas sus ideas no debe temer ser infeliz
    Adolfo Pérez

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  3. Ando por Atenas. Camino por sendas ya andadas en el 78? Revisito los dioses y las leyendas de la Grecia antigua. Pero no conocia el mito de la caverna y me encuentro con nuevos personajes. A descubrir.

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