viernes, 7 de febrero de 2025

Don Juan de Borbón - Julio Aróstegui


Título: Don Juan de Borbón                                                                                                  Autor: Julio Aróstegui

Páginas: 191

Editorial: Arlanza Ediciones

Precio: 4,95 euros

Año de edición: 2002

Don Juan de Borbón es una sombra desdibujada en la historia de España. Hijo de rey, padre de rey, pero nunca rey. Al vástago de Alfonso XIII le tocó vivir el exilio desde 1931, cuando su padre abandonó España tras las elecciones municipales del 12 de abril que llevaron a la proclamación de la Segunda República. Don Juan, eterno candidato a rey durante el franquismo, no regresó a nuestro país hasta 1975. En 1977 renunció a sus derechos dinásticos ante su hijo Juan Carlos I. El Conde de Barcelona falleció en 1993 con casi ochenta años. Exagerados elogios le acompañaron a la tumba: gran demócrata, antifranquista, rey padre, hombre de cualidades intelectuales relevantes, estratega insigne, etc., etc. 

Julio Aróstegui establece en esta breve biografía un perfil riguroso de Don Juan. En primer lugar, señala que los libros sobre su persona son en general rendidas muestras de pleitesía de unos cortesanos hacia su señor. En esas hagiografías, una meliflua verborrea palatina sustituye al análisis crítico, exagerando virtudes y escamoteando obvias insuficiencias del personaje. Luis María Ansón, por ejemplo, inventó una delirante historia alternativa en la que Don Juan y sus clarividentes consejeros engañan a todo el mundo hasta conseguir la restauración providencial de la monarquía. De todas estás tonterías se mofa con sarcasmo y gracia el profesor Aróstegui

Don Juan fue ante todo un perdedor. El hombre que quiso ser rey y no lo consiguió. Su trayectoria fue la de una frustración. Carecía de una formación cultural sólida. No había pasado del bachillerato. Era un apasionado de la vida marinera. Los consejeros que le rodeaban pertenecían a la élite social más conservadora. Nunca existió un movimiento de masas a favor de él. En España era poco o nada conocido fuera de los salones monárquicos.

Los españoles no eran monárquicos, ni se interesaban por las confusas intrigas de Estoril. Don Juan quiso luchar dos veces con el ejército franquista durante la guerra civil. El mismo Franco le advirtió que si alguna vez quería ser rey de España no podía formar parte de uno de los bandos contendientes. Aróstegui considera acertadas estas observaciones del dictador. La distancia entre la perspicacia de Franco y la de Don Juan quedó clara desde el principio. 

Alfonso XIII muere en Roma en 1941. Don Juan, su hijo, se convierte en pretendiente al trono. La familia real destronada en 1931 había apoyado plenamente a los sublevados de 1936. El cacareado liberalismo de Don Juan era discutible. La política de los juanistas fue siempre errática y acabó perjudicando al pretendiente. Los monárquicos pertenecían a los más altos estratos sociales. Constituían una especie de pseudo-oposición vagamente tolerada por el franquismo. No se les puede confundir con la verdadera oposición antifranquista. La monarquía tradicional defendida por los juanistas nada tenía de democrática. 

Para Aróstegui la contrafigura de Don Juan era Franco. Debe quedar clara una cosa: el Generalísimo era más franquista que monárquico y de ninguna manera estaba dispuesto a dejar la jefatura del estado. Su estrategia era la dilación. Le disgustaban los consejeros de Don Juan, en donde veía nada menos que la mano negra de la masonería (!). Desechado el padre, se apoderó de su hijo, el príncipe Juan Carlos. Lo insólito fue que un dictador educó a un príncipe de sangre real para que fuera su heredero a título de rey saltándose el orden sucesorio. Prueba de que a Franco le preocupaba más la pervivencia de la dictadura tras su muerte que la monarquía. 

El proyecto de Franco era instaurar una monarquía autoritaria, franquista, en definitiva, en la persona de Don Juan Carlos. El dictador rechazaba restaurar la monarquía liberal fenecida en 1931 (o 1923). Así que, en 1969, Juan Carlos juró ante Franco y las cortes franquistas ser fiel heredero del dictador. Las previsiones sucesorias se cumplieron en 1975. Pero la historia demostró que no todo estaba tan atado y bien atado como creía el astuto Franco

Así que Don Juan fue puenteado por su propio hijo e ignorado por el dictador. Aróstegui no es hostil con nuestro hombre. Trata de entenderle en su contexto, como corresponde a un historiador. El propio Don Juan se quejaba de lo complicada que era la época que le había tocado vivir. Como persona, era un tipo imponente: alto, atlético, cosmopolita, de generosa nariz borbónica, buena voz, trato campechano y cierta rudeza marinera (tenía el cuerpo tatuado). Aróstegui también destaca su patriotismo. Pero, en realidad, como dijo en una ocasión Santiago Carrillo, «Don Juan es el más ilustre cero a la izquierda de la historia de España». Lean este excelente libro sobre un personaje que resume en su complicada trayectoria las vicisitudes de nuestro país. Muy interesante.

Julio Aróstegui

Julio Arostegui (1939-2013) fue un importante historiador español nacido en Granada. Como catedrático de historia contemporánea de la Universidad Complutense formó durante muchos años a millares de estudiantes. El profesor Aróstegui era un gran experto en violencia política, carlismo, memoria histórica, guerra civil, historia del presente y la trayectoria del líder socialista Francisco Largo Caballero, a quien dedicó una de las mejores biografías escritas en castellano: Largo Caballero. El tesón y la quimera (2013), que puso broche de oro a su carrera.

Publicado por Alberto.

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