miércoles, 23 de febrero de 2022

El héroe de nuestro tiempo - Mijaíl Lérmontov

 

Título: El héroe de nuestro tiempo                                                                                         Autor: Mijaíl Lérmontov

Páginas: 224

Editorial: Alianza

Precio: 10,40 euros

Año de edición: 2009

Escrito a lo largo de 1838 y 1839, y publicado por primera vez en 1940, esta novela es una obra clave en la producción de Lérmontov, uno de los poetas románticos rusos más importantes. Además de su impecable factura su modernidad, el texto tiene un gran interés porque el autor se retrata a sí mismo y a toda una generación en la figura del protagonista, Grigori Pechorin.

Tenemos aquí el retrato de un típico antihéroe romántico desengañado y desilusionado, un héroe byroniano. Un personaje noble y generoso, tímido y reservado, pero también malcriado, caprichoso, voluble, indolente y permanentemente aburrido, que no encuentra satisfacción en la relación con su novia Bela («Todo me parece poco») y se pregunta quiénes habrán traído la moda del aburrimiento, si los franceses o los ingleses. Sus ojos no tienen brillo debido a una honda pena, probablemente un desengaño amoroso, exacerbado por el desaliento romántico, y aunque es un caballero educado, se mantiene distante y frío. Sin embargo, es muy consciente de cómo es su carácter y se confiesa egoísta e incluso, narcisista («Yo solo pienso en mí», «Ya no quiero amar, prefiero ser amado», «¿Qué es la felicidad? Orgullo satisfecho», «Hace mucho que no vivo con el corazón, sino con la cabeza», «Soy como el que bosteza en un baile y no se marcha porque no ha llegado aún su carruaje a recogerle», «Hay momentos en los que me desprecio ¿Será por eso que desprecio a los demás?»). Incluso no faltan los pasajes en los que no cuesta mucho encontrar la figura del vampiro emocional avant la lettre: «Contemplo desde mi propia conveniencia los sufrimientos y las alegrías de los demás, considerándolos solo un alimento del que se nutre mi fuerza espiritual», «Hay momentos en los que comprendo al vampiro».

En cuanto al texto, se trata en realidad de una colección de cinco relatos engarzados y estructurados en forma de novela. Está estructurado mediante un hábil juego de muñecas rusas: se inicia con un narrador no omnisciente que se encuentra con Pechorin dos veces y decide escribir sobre él; luego encuentra su diario y lo copia en la última parte. El autor pone en juego un amplio abanico de recursos literarios y utiliza varios géneros (épico, romántico, confesión...) para componer un libro de lectura fácil y ligera. El contenido nos habla del viejo Imperio Ruso gobernado por el sistema zarista, un régimen prácticamente feudal con grandes señores y siervos que dependían completamente de ellos, e inmersa en revueltas y masacres durante todo el siglo XIX.

El estilo es espléndido, ágil y muy expresivo; los personajes se describen con unas pocas pinceladas y los diálogos resultan naturales y creíbles, a pesar de proceder de otra época. Es una pena que Lérmontov no haya escrito más relatos, porque es un gran narrador.

En suma, una novela, o colección de relatos, espléndida, que describe en detalle y con matices al antihéroe propio de una época, como señala el título. El personaje desengañado, cínico y descreído, un buen dibujo del lado más negativo del héroe romántico. Lérmontov parece que conocía muy bien sus defectos y su situación vital, era consciente de cómo era y lamentaba ser así, pero no se sentía capaz de cambiar el rumbo de su vida.

Esta edición incluye un prólogo del propio autor, en el que se queja de ser un incomprendido y de que la mayoría de los lectores no captan ni sus ironías ni los símbolos que emplea. La estupenda traducción del ruso es de la madrileña Isabel Vicente Esteban, intelectual exiliada en la Unión Soviética durante la Guerra Civil española.

Mijaíl Yúrievich Lérmontov (Moscú, 1914.1941) fue un poeta y escritor romántico ruso, llamado a veces «el poeta del Cáucaso», donde creció y fue desterrado. Descendiente de una familia de origen escocés, en la que había un poeta, Thomas Learmonth, vivió en la aldea de Tarjany, en la hacienda familiar. Su madre murió muy pronto y su padre estaba siempre ocupado en sus campañas militares, así que le educó su abuela, con tutores extranjeros y profesores particulares. Aprendió francés, inglés y alemán y mostró inclinación por la poesía, el dibujo, la música y el teatro.

Se matriculó en la Facultad de Ciencias Políticas y Morales de la Universidad de Moscú, pero fue expulsado por participar en varias rebeliones estudiantiles. Ingresó en la Academia Militar y se convirtió en un apuesto húsar. Escribió un apasionado y brillante poema titulado «La muerte del poeta», en el que pedía venganza por la muerte de Pushkin, fallecido en un duelo en el que su pistola estaba truncada, según él, lo que hizo que le destinasen como oficial de dragones al Cáucaso, para sofocar las rebeliones chechenas. 

Autorretrato de Lérmontov (1837)

Tras varios desengaños amorosos, hombre de
carácter huraño y lengua afilada, retó y fué retado a duelo varias veces y finalmente, murió en un duelo en el que parece que le hicieron trampa, lo mismo que le ocurrió al otro gran poeta ruso, Pushkin, tan solo cuatro años antes.

Mijaíl Lérmontov

Publicado por Antonio F Rodríguez.

1 comentario:

  1. Justo leí a Lérmontov en el confinamiento. http://convistasalhorizonte.blogspot.com/2020/03/lermontov-dolor-amargura-y-melancolia.html

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