jueves, 3 de febrero de 2022

El amor de Erika Ewald - Stefan Zweig

 

Título: El amor de Erika Ewald                                                                                          Autor: Stefan Zweig

Páginas: 112

Editorial: Acantilado

Precio: 9,50 euros

Año de edición: 2018 (4ª reimpresión)

¡Ah, el amor, siempre el amor! Un terreno en el que todavía se viven aventuras extraordinarias, entre un cielo maravilloso y el love feroz que puede romperte el corazón. Uno de los temas más tratados y retratados, le sirve al gran Stefan Zweig para componer una novelita, una nouvelle, delicada y deliciosa, muy bella y admirablemente bien escrita.

Pero empecemos por el principio. Tenemos a Erika, una chica tímida, sensible y enamorada, que toca el piano y vive su primer sentimiento amoroso, un violinista de talento, dos compositores, Beethoven y Strauss, una composición de amor, los salones de la Viena de entreguerras, el miedo y la obsesión por triunfar, la ternura y la distancia, la pasión y la contención, el amor y el desamor... toda una sinfonía de sentimientos y emociones en una nueva «educación sentimental», profunda y sabia, siempre acompañada por la música. Ella tiene mucho miedo, él le hace entender que la ama, pero... porque siempre hay un pero en esas situaciones.

La novela es un ejemplo de intensidad narrativa, en la que se describen con elegancia todos los matices y sutilezas de una relación, los vaivenes de dos corazones, con precisión y en detalle. El estilo es florido, culto, sin llegar a ser en ningún momento ni pesado ni demasiado manierista, y la narración está teñida de una suave ironía que la hace más interesante.

A pesar de ser de otra época, el autor tiene ráfagas de penetración psicológica que siguen pareciendo válidas y actuales hoy en día. Es un escritor que conocía muy bien los vericuetos más recónditos del alma humana, sus mejores cualidades y sus debilidades más vergonzosas, y eso se nota en todo lo que escribe.

El libro es una miniatura que es una joya. Un clásico, una delicatessen muy representativa de las mejores cualidades del escritor austríaco. Creo que todo Zweig está aquí resumido. Un texto de mucha calidad que hará las delicias de todo buen lector y bien puede servir para conocer al inacabable escritor vienés. Porque siempre queda alguna obra suya sin leer que merece la pena. La traducción del alemán es del madrileño Roberto Bravo de la Varga, licenciado en Filología Hispánica y doctor en Filología Alemana.

Stefan Zweig (Viena, 1881-1942) fue un escritor austríaco que vivió en la Viena de Sigmund Freud, Arthur Schnittzler, Joseph Roth, Max Reinhardt y tantos otros. Autor de novelas, relatos y biografías maravillosos, fué un activista, un intelectual de entreguerras, fruto de una época efímera en la que Europa era Europa, es decir el faro intelectual y moral del mundo en muchos aspectos, defensora de una sociedad libre, hija del espíritu de la ilustración y culta, muy culta.

Pacifista convencido, fué además uno de los intelectuales que antes y con más energía criticó a Adolf Hitler y su ideario. Al ser de familia judía tuvo que huir de su país y se suicidó en Petrópolis (Brasil), junto con su esposa, cuando creyó que el nazismo estaba ganando la guerra y el mundo no tenía remedio.

Sus libros constituyen un valor seguro, un puerto en el que refugiarse de la intemperie de textos mediocres y rebuscados que a veces nos rodea. Zweig no falla, siempre te acompaña y te consuela. Su voz es la de un amigo que te cuenta historias interesantes. Ni más, ni menos.

Stefan Zweig

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

2 comentarios:

  1. “Es un escritor que conocía muy bien los vericuetos más recónditos del alma humana, sus mejores cualidades y sus debilidades más vergonzosas, y eso se nota en todo lo que escribe”
    Exacto. Personalmente, exceptuando a Dovstoievsky, no he encontrado más fino psicólogo. Si a eso le sumamos su calidad extraordinaria para narrar tenemos los ingredientes perfectos para una gran experiencia lectora. Y esta novela lo es.
    Fenomenal reseña.
    Un saludo

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  2. Gracias, Volarela, por el comentario. Es cierto, Zweig es más elegante y Dostoievski estaba obsesionado con lo patológico, pero ambos son muy penetrantes.
    Salud y libros.

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