jueves, 10 de septiembre de 2020

Balthazar - Lawrence Durrell

 Balthazar 

Título: Balthazar                                                                                                                    Autor: Lawrence Durrell

Páginas: 352

Editorial: Edhasa 
 
Precio: 9,95 euros  
 
Año de edición: 2010
 
Pues vamos allá con la segunda parte de «El cuarteto de Alejandría», que se abre con la novela «Justine». En esta continuación se toma el punto de vista de Balthazar, el misterioso personaje que estudia la cábala y es gnóstico, bueno, es un decir porque se siguen intercalando diarios, fragmentos de novela, cartas... hasta crear un collage más que curioso.
 
El truco para introducir otra voz consiste en que Darley, el principal narrador de la primera parte, escribe una novela sobre sus recuerdos y se la envía a Balthazar, que la corrige y anota según su propia interpretación de los hechos, lo que añade una  nueva dimensión a la historia y cambia muchas cosas.

El estilo sigue siendo espléndido, hay quizás más descripciones llenas de colorido y poesía, los diálogos y la acción complementan los de la primera novela y, lo más interesante es que las interpretaciones alternativas que se dan a amores, crímenes, suicidios y unos cuantos acontecimientos esenciales es muy convincente y sorpresiva. 

Todo gira alrededor de dos escenas clave, que admiten muchos puntos de vista: un carnaval de tres días en el que casi todo el mundo va vestido con un atuendo de lo más neutro, un dominó (un ropón negro que todo lo oculta, hasta el sexo de quien lo lleva) y una máscara estándar, lo que da lugar a todo tipo de trágicos equívocos y malentendidos, y un día de caza en el lago Mareotis, en el que todos disparan a los patos, menos alguien que abre fuego contra otro tipo de blanco.
 
El texto transmite la sensación de que hay una personalidad diferente detrás del narrador o protagonista, Balthazar, y la galería de personajes que aparecen es deliciosa: Scobie, el viejo marinero, protagonista de historias increíbles, un loro que recita textos coránicos sagrados, el refinado Nessim, su hermano el instintivo Naruz, Pursewarden y su sentido del humor, Justine, la que adivina el pensamiento, Amaril, el médico mujeriego, la dulce Melissa, el diplomático Pombal... un elenco asombrosamente amplio de personajes que opinan y hablan entre sí, que se cruzan e interrelacionan en un tupido entramado de afinidades y amores.
 
Un texto torrencial y sofisticado, sexualmente liberado y divertido, muy divertido. En este tomo me ha parecido percibir la influencia de Henry Miller y sus famosos trópicos. Las frases se vuelven un poco más enigmáticas y profundas, más esotéricas: «Sé que la llave que trato de hacer girar está dentro de mí mismo», «Todos corremos con una desventaja que ignoramos», «Vivimos vidas que se basan en una sucesión de hechos imaginarios», «El enamorado teme el carnaval», «Así es como lo dulce se apodera de lo dulce, lo amargo se precipita hacia lo amargo, lo ácido va hacia lo ácido, lo caliente se acopla con lo caliente», «Hemos nacido para amar a quienes más nos hieren», «Los jugadores y los enamorados juegan para perder».

Una novela en estratos, en la que cada personaje opina, comenta y añade una capa adicional de información. Un juego de paneles corredizos, un palimpsesto intrigante, un juego de versiones que se corrigen unas a otras, historias y más historias, todas interesantes, encerradas sucesivamente como un juego de muñecas rusas.

Parece que Durrell se inspiró en la Teoría de la Relatividad (los fenómenos dependen del sistema de referencia del observador) e ideó cuatro novelas que se corresponden con las cuatro dimensiones. Las dos primeras, se corresponden con las dos dimensiones espaciales horizontales x e y, y son similares, la tercera es análoga a la dimensión vertical z y es algo diferente y la cuarta, la que corresponde al tiempo, es completamente distinta. El cuarteto es relativista.
 
Una brillante continuación de la fascinante «Justine», el juego literario continua con habilidad e inteligencia, para disfrute del lector y pasmo de la crítica. Otra novela formidable, que adquiere más interés dentro de la tetralogía. «¿Qué es un acto humano- se pregunta el autor- sino una ilusión, cuando dos interpretaciones distintas son igualmente válidas?»

Lawrence Durrell (Jalandhar, 1912-1990) fué un escritor británico, cuya biografía resumimos hace poco, así que no vamos a repetir que  nació en la India, hijo de colonos británicos, y siempre quiso que se le considerase británico, sino cosmopolita; después de su muerte, se descubrió que nunca llegó a tener la nacionalidad británica.

Ni que vivió en Corfú, Alejandría, El Cairo, Belgrado, Chipre y varias ciudades mediterráneas. Fué agregado de prensa de unas cuantas embajadas británicas y director del British Council en Córdoba (Argentina). Tampoco, que fué un escritor anglosajón que supo empaparse de la cultura mediterránea y fusionó con maestría la tradición novelística en inglés con la cultura clásica griega y romana. El mejor ejemplo es «El cuarteto de Alejandría», del que esta novela es la segunda parte.

Lawrence Durrell 
Lawrence Durrell
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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