jueves, 1 de julio de 2021

Ensayos escogidos - G. K. Chesterton

  

Título: Ensayos escogidos                                                                                                    Autor: G. K. Chesterton

Páginas: 320
 
Editorial: Acantilado
 

Precio: 22 euros 

Año de edición: 2021

¿Quéreis debatir con uno de los más brillantes e inteligentes polemistas del siglo pasado? ¿Os apetece ver cómo razona la mente de uno de los autores más eficaces dialécticamente? Pues aquí tenéis la ocasión de mediros intelectualmente a uno de los grandes, al enorme Gilberth Keith Chesterton, uno de los pensadores más originales, divertidos y temibles como adversario que podáis encontrar.

Un individuo polémico, ingenioso, con un gran sentido del humor y una personalidad arrolladora. En los debates públicos tenía la costumbre de tomar los argumentos del adversario, explicarlos y justificarlos mejor que él para luego desbaratarlos rápidamente de demostrar que eran absurdos, con lo que no le dejaba muchas opciones para reaccionar.

En cualquier caso, este es un libro para razonar para leer con un lápiz azul y rojo en la mano, para subrayar frases memorables, escribir comentarios en el margen, señalar errores y puntos débiles, anotar, refutar, contestar... para entrar en diálogo con él y utilizarlo como acicate para el noble arte de pensar un poco. Una obra estupenda.

Se compone de 36 ensayos cortos, de 5 a 27 páginas cada uno, que renuevan y revitalizan el género inaugurado por otro eximio pensador, el señor de Montaigne:  el ensayo literario es un texto sobre un tema determinado, escrito de manera libre y personal, en el que el autor da su opinión personal, echa su cuarto a espadas. Si es corto, puede tener una ligereza muy agradable, y merece así el nombre de prueba o intento, en la que alguien opina sobre algo de manera no profesional, académica ni científica.

Este orondo británico, nos habla aquí, sim mucho control pero con gran acierto, de los asuntos más variados, de la obra de algunos de los principales autores británicos, como ChaucerDickens, Kipling, Henry James, Shaw, Stevenson y Wells, de la censura, del cine, de la revolución aristotélica, del tomismo, de la locura, de los ideales de la juventud, del darwinismo, de antropología, de religión y mitos... un abanico de sus temas preferidos, la mayoría alrededor de la literatura, la filosofía y la religión.

Una colección de textos que han envejecido y muy bien, y que demuestran que se puede ser católico de manera inteligente, llenos de ironía, sentido del humor y todo el bagaje cultural de un lector que ha leído mucho y con provecho.

La selección se debe al criterio del poeta británico W. H. Auden (York, 1907-1973), otro gran ensayista, que presenta el libro con un interesante prefacio en el que señala algunos de los defectos —nadie es perfecto— del autor y realiza una perspicaz introducción a su pensamiento. La traducción, en la que no se nota ningún defecto es del madrileño Miguel Temprano García, biólogo, profesor de inglés y extraductor de la ONU.

Un libro muy entretenido, inteligente, ingenioso, brillante y agudo, de un autor que era considerado en su época un periodista jocoso que publicaba una columna diaria —en cierta ocasión comentó: «Señora no sé nada, soy un periodista»—, pero que fue uno de los ensayistas más notables de su época. Muy recomendable como lectura veraniega.

Gilberth Keith Chesterton (Londres, 1874-1936) fue un escritor británico, brillante y agudo polemista, aficionado a las paradojas y famoso por sus relatos policiacos protagonizados por el Padre Brown.
  
Nació en una familia de clase media, que tenía una agencia inmobiliaria y de topografía. Afortunadamente para nosotros, una afección cardíaca leve que le descubrieron siendo muy joven, le obligó a dejar el negocio familiar y dedicarse a cultivar su jardín, el arte y la literatura. Se dedicó a dibujar durante algún tiempo, pero pronto se volcó en la literatura. Publicó novelas, relatos, ensayos, poesía, artículos y libros de viajes.

Pasó de ser agnóstico a ser anglicano, y luego su mujer le convirtió al cristianismo. Defendió el distributismo, una tercera vía entre el capitalismo y el comunismo, basada en la doctrina social de la Iglesia Católica, basada en la idea de que la propiedad de los medios de producción debe estar tan distribuida como sea posible.

Era muy despistado y a menudo se le olvidaba hacia dónde iba. Alguna vez le envió un telegrama a su mujer diciéndole: «Estoy en el Mercado Harborough. ¿Dónde debería estar?». A lo que ella le contestó: «En casa».
 
Gilbert Keith Chesterton

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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