Editorial: Eterna cadencia
Precio: 16,90 euros
Año de edición: 2017
Con este libro de cuentos, publicado por primera vez en 2010, Falco se reveló definitivamente como uno de los autores hispanoamericanos más sugerentes de los últimos años. Está compuesto por nueve relatos, algunos tan largos que casi parecen una novela corta.
Un embarazo adolescente y una cadena de suicidios, un hombre que provoca un accidente en un garaje, una mujer que se cuela en una de las jaulas de un zoo, un extraño triángulo amoroso entre un médico, su enfermera y un paciente, un encuentro casual de dos desconocidos en un aeropuerto, una fábula sobre un beso y un souvenir, un autor asiste a una coreografía extraña basada en uno de sus cuentos...
Este autor inventa peripecias sobre lo inesperado, lo improbable e impensable y las cuenta con seriedad minimalista, de modo tan convincente y fiel como lo haría un testigo ocular, con realismo, contención y un laconismo y desapasionamiento que me recuerda al estilo de Carver. ¿Cómo narrar lo que se escapa de la norma con naturalidad, sin alharacas, de manera realista, o mejor aún, hiperrealista?
Federico Falco se dedica hacerlo sin aparente esfuerzo, parece que ese es su medio natural y, desde luego, consigue ser muy original y refrescante. Tiene un estilo narrativo perfectamente identificable, una escritura sencilla, depurada y minimalista que actúa infaliblemente sobre la mente del lector para que imagine siempre muchos más significados alrededor de los que contienen sus textos. Una delicada manera que bordea el género de lo fantástico, pero que no llega a internarse en él definitivamente.
Curiosamente, en todos estos cuentos aparece de un modo u otro las relaciones padre-hijo y las enormes dificultades de comunicación y entendimiento que a menudo arrastran. Vistos así, parecen variaciones sobre un mismo tema.
Este argentino singular se ha convertido en uno de mis autores favoritos y, la verdad, es que todo lo que leo de él me fascina. Sostiene que él no añade nada fantástico ni imaginario a la realidad, sino que el mundo real es tan complejo que él solo se dedica a tratar de reflejar una parte de sus múltiples planos. El resultado me perece especialmente original, sutil y elegante. Solo tengo que reprocharle que no publique más.
Federico Falco (General Cabrera, Córdoba, 1977) es un escritor argentino. Nació en una familia de campesinos con cierto nivel económico. La influencia de su tía, profesora de Lengua y Literatura, y su gran biblioteca, le orientaron hacia la lectura y luego, al oficio de escritor.
Fué un gran lector desde muy niño a pesar de tener un defecto de visión notable: con el ojo derecho ve solo sombras porque es muy miope. Siempre la ha intrigado si todos ven los colores del mismo modo. Estudió periodismo en la universidad privada Blas Pascal de Córdoba y, curiosamente, se alzó con un premio en la II Bienal de Arte Emergente de la Universidad Blas Pascal con una instalación titulada «Conserva».
Es un autor de cocción lenta, que elabora durante bastante tiempo sus textos. Ha publicado hasta ahora solo 6 volúmenes de cuentos, 2 novelas, 2 libros de poesía y una obra de teatro, con los que ha ganado varios premios y consiguió en 2009 una beca para hacer un curso de Escritura creativa en español en la Universidad de Nueva York. En ese mismo año, la revista británica Granta le incluyó en la lista de jóvenes promesas de la literatura hispanoamericana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario