miércoles, 18 de septiembre de 2019

Katerina - Aharon Appelfeld



Título: Katerina
Autor: Aharon Apelfeld

Páginas: 210


Editorial: Galaxia Gutenberg 

Precio: 17,90 euros 

Año de edición: 1994 

¿Cómo lograr el tratamiento de una vida llena de dolor y sufrimiento de manera bella? Esta es una de las razones por las que esta novela cautiva.

Hemos leído mucho acerca del peor suceso ocasionado por los hombres en el s. XX. En la mayor parte de esas ocasiones, al leer sobre tantísimo sufrimiento y atrocidades, hemos estado con el ánimo, y hasta también con el cuerpo, encogidos. Otras veces hemos asistido estupefactos a las imágenes reales del horror. Pero no abundan los relatos en los que se obvia el detalle de esas inmundas acciones y se narra desde una serenidad que sugiere más que evidencia. De hecho, en esta novela «se huele» de fondo la terrible masacre de los judíos, pero no es el objeto de la narración, aunque sí lo es el cómo se gestó el odio atroz que le precedió y que fue un asunto de ciudadanos, no solo del gobierno.

Esta forma de narrar solo es posible -como dijo Philip Roth de su gran amigo Appelfeld- cuando la persona que lo ha vivido ha superado el caos y se ha rehecho como un ser humano armónico.

Las primeras páginas de esta magnífica novela marcan ese difícil estilo logrado por el autor en el que el paisaje, maravillosamente descrito en unas pocas pinceladas, nos hace situarnos físicamente en ese lugar en medio de ninguna parte, la aldea a donde vuelve la protagonista con 80 años para descansar de su tremenda y agitada vida, y reencontrarse ya pacíficamente con los seres -pocos y de una enorme rudeza- que le acompañaron en los escasos años que pasó con ellos.

Katerina nos cuenta su vida a retazos, una vida llena de duras vicisitudes que la han hecho resistente y con una suerte de aceptación de la realidad por dura que sea que el autor considera que es característica de los judíos. Una mujer que, aunque confiesa haber padecido siempre de un miedo en ocasiones paralizante, con la distancia que da el ser lectores, consideramos valerosa por su enorme capacidad de levantarse tras la continua serie de caídas -a cada cual más dura- que es su vida.

La narración en primera persona hace que desde el primer momento sintamos lo que la protagonista relata. Muchas de las vivencias le ocurrieron al propio autor que, desde muy joven -12 años- tuvo que solucionarse la vida sin un adulto que lo protegiera y lo amara. Fue tanto lo que sufrió que en sus libros repite que, aunque sea difícil admitirlo, las personas nos encontramos más cerca de los animales que de los humanos.

Katerina huye a los 14 años de un padre alcohólico y brutal y de una madrastra sometida. Rápidamente se encuentra con las peores compañías que da la miseria y sus consecuentes problemas, uno de ellos, y no el menor, el alcohol al que siempre vuelve. Trabajará como criada en casas de judíos con cuyas mujeres llegará a establecer relaciones de afecto, y en esas casas aprenderá no solo a no odiar a los judíos como todos los rutenos hacían «porque habían matado a Jesús», sino a valorar sus virtudes. Ese afecto que llega a tenerles será la característica que la distinga de «los suyos» y que la haga única y diferente de sus brutos coterráneos. Aparece así un tema importante para Appelfeld, el del desarraigo producido por la emigración.

Mantendrá una relación sentimental que se tornará imposible con un judío alcohólico y tendrá que volver a huir -su vida es una fuga constante- para encontrarse en la peor situación de su azarosa vida.

Ante tanto desastre, la vía de escape de Katerina que le da la fuerza necesaria para aguantar son los sueños y las ensoñaciones. Ve y habla con la gente a la que ha querido y que está ya en el «mundo de la verdad» y los siente tan reales que incluso algunos envejecen.

Este autor es un escritor de gran eficacia: usa frases cortas -él mismo decía que lo aprendió de la Biblia-, con poca adjetivación, va directo a lo que quiere expresar y busca la manera de hacerlo de forma sencilla, con una admirable serenidad y huyendo de la descripción minuciosa y tremendista. Verdadera literatura. Los capítulos son cortos, lo que, unido a la medida extensión de la novela, hace que nunca decaiga el interés por conocer lo que le ocurre a la protagonista en cada cambio que se produce en su vida y que se lea con mucha agilidad. Otro ejemplo más de cómo no es necesario una cantidad grande de páginas para contar mucho y bien.
 
Aharon Appelfeld
           
Aharon Appelfeld (1932-2018) fue un escritor nacido en la entonces Rumanía. Era un judío asimilado de padres cultos, su lengua materna era el alemán. Sufrió una muy dura infancia: testigo del asesinato de su madre por los nazis cuando tenía 8 años, ingresó, junto con su padre, en un campo de concentración del que se escapó pronto, lo que le llevó a vivir tres años en un bosque ucraniano con ladrones y una prostituta. A los 12 años, liberada la zona por los rusos, pasó a trabajar en las cocinas de su ejército y, tras malvivir en Italia y Yugoslavia, en 1946 llegó a Israel en donde años más tarde encontró a su padre, tema del que nunca pudo escribir.

Aprendió hebreo, lengua en la que escribió su abundante obra -aunque desgraciadamente poco conocida todavía en España- y trabajó en la universidad como profesor de literatura hebrea.

Toda su vida buscó explicación al por qué del odio a los judíos que eran tan europeos como cualesquiera otros. Decía que con su escritura solo intentaba comprender al hombre. En sus obras no se refiere directamente al Holocausto, pero el terror que fue y sus consecuencias llenan todas sus obras con la serena perspectiva que da la supervivencia y la superación. Importantísimo escritor.

Publicado por Paloma Martínez.

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