domingo, 20 de abril de 2025

Vaqueras negras ocultas

Cuando pensamos en el salvaje oeste estadounidense, estamos acostumbrados a ver aparecer vaqueros blancos, pistoleros rubios y valientes muchachos de tez clara. Pero hay otra historia que no nos han contado, la de los vaqueros negros, esclavos e hijos de esclavos que jugaron un papel importante en la colonización de aquellas tierras lejanas en las que se necesitaban trabajadores duros y sufridos. 

Y aún menos conocida es la historia de las vaqueras negras, mujeres indómitas que salieron adelante a base de fuerza, coraje, austeridad y trabajo incansable, haciendo el trabajo de los hombres en un mundo que les ofrecía muy poco. Mujeres que montaban a caballo, arreaban ganado, marcaban reses, reparaban cercas, participaban en rodeos y hacían todo lo que se espera de un vaquero igual o mejor que ellos.

Una de esas mujeres fue Mary Fields (Condado de Hickman, Tennessee, 1822-1914), apodada Mary Diligencia (Stagecoach Mary), que se convirtió en una leyenda viviente por ser la primera mujer afroamericana en trabajar como conductora de diligencias y encargada del servicio postal. Medía 1,80 m, pesaba alrededor de 90 kg, fumaba puros, llevaba siempre un revólver bajo el delantal, montaba a caballo con soltura y no se separaba de su jarra de whisky ni de una mula llamada Moisés. 

Era resuelta, valiente, imparable, tenía muy malas pulgas y era una excelente pistolera. Nacida esclava, creció huérfana, fue liberada después de la Guerra de Secesión, no tuvo educación, nunca se casó ni tuvo hijos y se decía de ella que no perdió ni un solo día de trabajo. Cuando había demasiada nieve para los caballos, llevaba los sacos de correo a la espalda y cubría el trayecto con raquetas de nieve. En una ocasión, estuvo despierta toda una noche hasta que fue rescatada, defendiéndose a tiros de una manada de lobos que habían conseguido que volcase la diligencia. A pesar de su apariencia dura y áspera, adoraba a los niños y los niños la adoraban a ella. 

Una vez jubilada, trabajaba a menudo como canguro por un dólar y medio al día. Se retiró de su ajetreada profesión a los 71 años, abrió una lavandería, fue madrina de un equipo de béisbol y murió a los 82 años de una enfermedad hepática, dicen que por abusar del whisky. Era una mujer querida y respetada en la ciudad en la que vivió sus últimos años, Cascade (Montana), sus vecinos reconstruyeron su casa cuando se le quemó en 1912, el alcalde le concedió una exención para que pudiese entrar en los bares (saloons) aunque estuviese prohibido el acceso a las damas y fue la primera mujer negra que se registró en Cascade para votar. Todo un personaje.

Mary Fields

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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