Título: Los lugares verdes Autor: Luis Salvago
Páginas: 247 pág.
Editorial: La Huerta Grande
Precio: 18,05 euros
Año de edición: 2022
Tratar con delicadeza temas difíciles y complejos, lograr el necesario equilibrio al mostrar con claridad una terrible situación y el enorme sufrimiento que lleva aparejada sin caer en la sensiblería hacia las víctimas es un ejercicio complicado que logra de manera loable Luis Salvago en esta novela.
Lugar: Afganistán.
Época: con los talibanes instalados en su primera época (entre el 96 y el 2001) hasta la actualidad (regresaron en verano de 2021).
Situación: opresión en todos los aspectos de la vida. El autor se centra en particular en lo concerniente a determinadas situaciones «especiales» de niñas y niños, aunque el ambiente da una certera visión de la vida en Kabul.
Hemos visto documentales y alguna película, de las pocas que hay, hemos escuchado a algunas afganas que lograron salir y contaron la situación de desamparo absoluto en el que quedaban las mujeres viudas que dejaron de un día para otro de poder ir a trabajar y ganar algo con los que alimentar a sus hijos. Se veían abocadas a vestir a una de sus hijas como si fuera un niño y ya, desde una edad muy temprana, en torno a los ocho años, ponerla a trabajar. También ocurría en familias con padre y madre muy pobres que no podían alimentar a su prole y, por último, también en matrimonios que no habían tenido hijos varones —la única gloria posible para un hombre afgano—. Son las bacha posh.
Pero los niños no están excluidos de esa transformación aparente de signo contrario, aunque las causas son diferentes y, si cabe, más crueles. Niños impúberes son raptados, robados o comprados a sus padres para proporcionar placer a señores de la guerra o a hombres con algún poder, incluidos miembros de las fuerzas policiales. Son los bacha bazi.
En un país en el que está prohibida la homosexualidad bajo pena de muerte, sin embargo, se permite la pederastia. La argumentación de los que la ejercen para justificarla es que los niños todavía no son hombres y por tanto no es homosexualidad y que es una tradición cultural. Cuando leía esto venía a mi mente otra «tradición cultural»; la célebre tumba griega del «Nadador de Paestum» que en su muro recoge la escena de un banquete y en uno de sus extremos se puede observar a un joven efebo con un hombre mayor en actitud sugerente de relación más que amistosa. Mucho se ha escrito acerca de los conceptos de amistad y de belleza de los griegos para defender este tipo de relaciones —que solo practicaban los que contaban con una importante posición económica, política y social—. Al leer el libro de Luis Salvago, la alusión al concepto de belleza de estas relaciones entre hombres mayores y jóvenes me resultan difíciles de asumir. Más bien parecen eufemismos, palabra, por cierto, también griega. Recordé también los libros leídos del famoso autor marroquí Ben Jalloun «La noche sagrada» y «El niño de arena», que tratan el caso de las niñas y el de los niños respectivamente. Recomendables también estas novelas.
Luis Salvago, que estuvo cuatro meses en misión militar española como traductor en un hospital de campaña en Afganistán, quedó profundamente impresionado por estas situaciones y sintió la necesidad de escribir acerca de ellas. La dificultad era tratar un tema tan escabroso sin convertirlo en una narración lacrimógena y opresiva emocionalmente. Es la manera sencilla pero delicada de tratar los temas lo que da el tono a toda la novela y lo que hace posible que el libro no solo plantee las situaciones, sino que dé un paso más para explorar cómo afectan a las y los jóvenes que las sufren. Pasada la pubertad vuelven a lo que debería haber sido su sitio en la sociedad, pero no es tan sencillo. En muchas ocasiones son objeto de rechazo por la misma sociedad que lo ha permitido, pero aún más complicada es su situación personal. En la mayoría de las ocasiones se cuestionan su identidad, no saben qué son ni a quién amar y cómo hacerlo, lo que les llevará a situaciones de duro y permanente sufrimiento.
A pesar de lo fuerte del tema, hay que decir que el libro, además de la belleza con la que está escrito, deja abierta una puerta a la esperanza que viene, como no puede ser de otra manera, del amor. Su lectura me parece muy interesante en el momento actual en el que el tema de las identidades sexuales se ha hecho complejo porque se han roto los moldes tradicionales. Ahora la sociedad necesita comprender para no rechazar, rechazo que, desgraciadamente, es predominante. Esta novela acerca con gran sensibilidad a la comprensión, por lo que, si me parece conveniente su lectura para las personas adultas, aún más creo que lo es para la juventud, que es la protagonista fundamental de los cambios, las crisis y el sufrimiento que provoca no saber en un momento determinado quién se es, o saberlo y no encajar.
¿Qué se ama cuando se ama? Es la pregunta clave que aparece en la novela y lo que nos muestra a lo largo de apenas 250 páginas es un recorrido en búsqueda de su respuesta.
Bonito libro.
Luis Salvago (Valencia, 1964) vive actualmente en Zaragoza. Es licenciado en geografía e historia y de profesión, militar. Su obra literaria no es muy extensa, pero sí muy apreciada, lo que acreditan los premios obtenidos: finalista del Premio Azorín 2017 con «Lloverá en septiembre»; también finalista del Premio Nadal 2018 con «Bârân», y ganador del Premio de Novela Cátedra Vargas Llosa 2019 con «En el nombre de Padre». En 2021 ganó el Certamen de Relatos Tierra de Monegros.
Según dice en su blog, «La ficción literaria viste la verdad con metáforas, con imágenes, con sensaciones sugeridas que el simpe relato no puede ofrecer».
Publicado por Paloma Martínez.
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