viernes, 23 de febrero de 2024

Más allá del espejo - John Connolly

 

Título: Más allá del espejo                                                                                                     Autor: John Connolly

Páginas: 176 pág.

Editorial: Tusquets

Precio: 6,95 euros 

Año de edición: 2014

El dublinés John Connolly se ha convertido justamente en uno de los mejores escritores actuales de novela negra. Protagonizados por el detective Charlie Parker, sus relatos suelen estar ambientados en la venerable Nueva Inglaterra, región histórica originaria de los EE. UU. en donde lo macabro forma parte de la tradición popular desde los remotos tiempos de los puritanos y la caza de brujas de Salem. Connolly sazona sus historias policiales con un pellizco de terror sobrenatural, lo cual las hace todavía más apetecibles. Así que sus thrillers presentan una dimensión terrorífica más allá de lo cotidiano, adentrándose en terrenos en donde el mal parece dominar las almas. Este mal no es exactamente el crimen vulgar y corriente, sino lo oculto que aguarda entre bastidores, empujando a sus víctimas de manera sutil hacia la perdición. Las víctimas del mal son los verdugos de las novelas de Connolly. El mal impregna a estos personajes perversos como un hedor que puede atenuarse, pero nunca se va del todo. Las reliquias del pasado albergan la fatalidad. En esos rincones polvorientos y olvidados se agitan sombras trágicas 

«Más allá del espejo» (2014, edición original de 2004) es una buena introducción al universo atormentado de Connolly. El argumento de esta breve novela no es nada agradable. En la remota región de Maine tuvieron lugar hace veinte años unos horrendos crímenes. Las víctimas fueron niños de corta edad. Su verdugo, un individuo alto, de manos enormes, ropas ajadas, mentón prominente, pajarita y aire general de abandono. John Grady, el ogro, no tenía pasado. Era un tipo sin historia ni relieve, pero siniestramente entregado al estudio del ocultismo. El escenario de sus crímenes: una casa situada en el corazón de un bosque, al igual que en los cuentos de viejas. Un paraje recóndito, lejos de todo, pero cerca del diablo. Grady, el hombre del saco, se deleitaba con sus atrocidades en el sótano. Cuando la policía logró finalmente atraparlo, el asesino se suicidó de un disparo en la cabeza. 

Pero el mal sigue presente en la casa maldita. Algo repelente e indefinible flota en sus habitaciones devastadas por el tiempo: papel de pared rajado, insectos muertos, muebles cubiertos por una capa negra de polvo, ventanas y puertas tapiadas que parecen los párpados cerrados de un ojo muerto, el sonido ululante del viento que viene del norte o los cráneos de perros diseminados por el jardín abandonado en un extraño ritual. Un olor repelente asalta a los visitantes nada más entrar en la casa. 

Y los espejos. La casa Grady está llena de espejos que multiplican mágicamente las estancias vacías y fantasmales. En el fondo del azogue ya gastado se mueven figuras borrosas que no existen en el mundo real. Aunque, ¿qué es lo real? En el sueño turbio de un viejo cristal no queda claro si la realidad es la realidad o su reflejo. Quién sabe: es posible que el espejo nos lleve a otro mundo en donde nos observan al igual que nosotros observamos. Cuando Charlie Parker es contratado para vigilar la casa abandonada, sospecha que el infame John Grady sigue vivo de una manera incomprensible. La corrupción de la casa es un rastro intermitente que nos lleva al fondo pútrido del mal absoluto. Hay que tener tesón y seguir la pista sin miedo. 

John Connolly es experto en contar una historia sin que en ningún momento nos aburra. Esta novela embruja al lector desde la primera hasta la última página. Charlie Parker investiga por los bajos fondos de Maine en busca de respuestas para una cuestión enigmática: ¿por qué pueden repetirse los crímenes si Grady se voló la tapa de los sesos hace dos décadas? Charlie Parker es un tipo inteligente. Posee la justa dosis de desencanto para no ser un amargado completo. Su escepticismo le lleva a dudar incluso de lo que aparentemente no tiene vuelta de hoja. Cuando uno se atreve y le da la vuelta a la hoja, aparece lo otro, lo que no es de este mundo, pero sí nos afecta a todos, porque, pese a sus engañosas manifestaciones, siempre es lo mismo: el mal agazapado en un rincón oscuro como una fiera dispuesta a saltar al menor descuido. Si no lo han hecho ya, lean a John Connolly. Merece la pena disfrutarlo. 

John Connolly

John Connolly (1968) es un escritor irlandés nacido en Dublín. Estudió filología inglesa y periodismo. Trabajó durante unos años en la administración local, de chico para todo en los almacenes Harrods de Londres y de camarero. Más tarde fue periodista freelance para The Irish Times. Cansado de dar vueltas, empezó a escribir novelas. La primera, «Todo lo que muere» (1999), tuvo una buena acogida comercial y entre la crítica. De esta forma comenzó la serie de Charlie Parker, detective atormentado por el asesinato de su mujer e hija. Charlie ha salido ya en veinte novelas. 

A Connolly le gusta lo sobrenatural, siempre presente en sus libros. De hecho, es autor de una estupenda colección de cuentos de terror, «Nocturnos» (2004), absolutamente recomendable para los aficionados al género (y para los demás). Hay quien ha comparado a Connolly con Stephen King, pero en realidad son dos escritores bien distintos, aunque con una idéntica atracción por lo siniestro. Connolly reparte su vida entre Irlanda y los EE. UU. Entre sus influencias, destaca a Ross Macdonald y Ed McBain

Publicado por Alberto. 

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