domingo, 26 de febrero de 2023

Olympe de Gouges, la feminista guillotinada por Robespierre

 

Olympe de Gouges

¿La Revolución Francesa tuvo en cuenta los derechos de la mujer? ¿La egalité se extendía también a los dos sexos? ¿Las féminas eran ciudadanas igual que los hombres eran ciudadanos? Pues parece que la respuesta a esas preguntas es un rotundo no. Porque no solo la nueva sociedad que se construyó se olvidó de incluir a las mujeres como ciudadanas de primera,como ha pasado siempre, sino que hubo un importante movimiento en defensa de la liberación de la mujer que fue brutalmente sofocado y su líder más destacada y combatiente, Olympe de Gourges, guillotinada por sus ideas.
 
Marie Gouze (Montauban, 1748-1793) fue una escritora, dramaturga y política francesa, más conocida por su seudónimo, Olympe de Gouges. Hija de un carnicero y una comerciante de telas, nació en una capital de departamento del sur de Francia. A los 17 años, sus padres la casaron con un hombre diez años mayor que ella y al poco tiempo quedó viuda, con un hijo y desencantada del matrimonio, al que llamaba «la tumba de la confianza y el amor». No se volvió a casar.
 
A los 22 años se instaló en París con su hijo, para darle una buena educación, inició una carrera como autora de obras de teatro y se codeó con la élite intelectual francesa. Fundó una compañía teatral itinerante y escribió a lo largo de su vida, 17 obras de teatro, la mayoría estrenadas con bastante éxito. Su obra más famosa es «La esclavitud de los negros» (1792), que le valió la enemistad de la corte, ya que la mitad de los nobles se había enriquecido con el tráfico de esclavos. Fue encarcelada en La Bastilla, peros sus amigos consiguieron su libertad.
 
Muy activa en política, defendió la separación de poderes, estaba en contra de la pena de muerte, apoyó encantada la Revolución Francesa de 1789, tomó partido por los girondinos moderados, federalistas y opuestos a los jacobinos, centralistas y radicales denunció el peligro de establecer una dictadura de terror y criticó duramente las políticas de Robespierre y Marat. Al caer en desgracia los girondinos, fue detenida y juzgada por defender el federalismo. No le permitieron tener un abogado, se defendió a sí misma, fue condenada rápidamente y al día siguiente, guillotinada por sus ideas.
 
En 1791 redactó su famosa «Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana», compuesta de 17 artículos, que comienza diciendo:  «Hombre, ¿Eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta». Y acababa de esta manera: «Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuándo dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la revolución? Un desprecio más marcado, un desdén más visible».
 
Reclamaba un trato igualitario hacia las mujeres en todos los ámbitos de la vida, tanto públicos como privados: derecho al voto y a la propiedad privada, poder participar en la educación y en el ejército, ejercer cargos públicos, divorciarse y llegó incluso a pedir la igualdad de poder en la familia y en la Iglesia. «Si la mujer puede subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho de poder subir a la Tribuna» dejó escrito. Solo algunas de sus demandas fueron atendidas, pero bastantes años después de su muerte. Los hombres revolucionarios no compartían sus ideas, ni siquiera los más radicales. Parece que en su juicio pesaron demasiadas cosas en su contra más allá de ser girondina, como su oposición a la ejecución de Luis XVI y sus incómodas ideas.

Portada de la declaración de los derechos de la mujer (1791)

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

3 comentarios:

  1. Qué valor más increíble el de esta pionera de la igualdad. ¡Y apenas se la conoce! Gracias Antonio por traerla aquí.

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  2. Esta misma tarde voy a ver la obra de Marat Sade en el teatro Fernán Gómez de Madrid, pondré atención a ver si la nombran

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