martes, 9 de noviembre de 2021

A través de la selva amazonica - P. H. Fawcett

Título: A través de la selva amazónica                                                                              Autor: P. H. Fawcett

Páginas: 400

Editorial: Ediciones B

Precio: 18,90 euros

Año de edición: 2003

Fawcett (1867-?) es uno de los exploradores más legendarios que ha habido. Artillero, cartógrafo, explorador, arqueólogo e intrépido aventurero, inspiró a H. Rider Haggard para que escribir «Las minas del rey Salomón», a Arthur Conan Doyle para su mundo perdido y Spielberg lo tomó como modelo para crear al personaje de Indiana Jones.

¿Que qué hizo para convertirse en un mito? ¿para que el llamasen «Fawcett, el soñador» y «el explorador ideal»? Pues ser apuesto, alto, fibroso y valiente; llevar su inseparable sombrero Stetson y andar siempre a paso rápido; tener un carácter reservado y algo misterioso, ser aficionada al ocultismo, la ouija y la teosofía; poseer una fuerte personalidad, mucha determinación y ser duro e inflexible con sus compañeros de expedición; ser amable y compasivo con los indios; vivir aventuras emocionantes, descubrió las fuentes del Río Verde, fué el primer europeo en ver una anaconda, se salvó de un ataque de los indios en el que murió su piloto de 45 flechazos, resolvió otra escamaruza muy fea con indígenas tocando un acordeón y dejándolos pasmados, y sobre todo, desaparecer misteriosamente en la selva a los 57 años.

Estaba obsesionado con relatos y leyendas de una antigua ciudad perdida en medio de la selva, una ciudad que él llamaba ciudad de Raposo o Z, que creía que había originado el mito de El Dorado y de la que solo tenía algunos testimonios dudosos, una misteriosa estatuilla de basalto de origen desconocido, el famoso manuscrito 512 de la  Biblioteca Nacional de Río de Janeiro y lo que le habían contado los indios tupinambos a un marino portugués del siglo XVI. Después de haber realizado un buen número de expediciones por la selva amazónica con éxito, en 1925 se internó en la jungla amazónica del norte de Brasil, acompañado tan solo de su hijo Jack y el amigo de este, Raleigh Rimell, para encontrar la famosa ciudad perdida. No se volvió a saber más de él.

Hubo más de veinte intentos de búsqueda, aparecieron viajeros que juraban haberlo visto, otros afirmaban haber encontrado niños mestizos en la selva de ojos claros que debían de ser sus hijos, varios expedicionarios se perdieron buscándole, un brasileño encontró unos huesos que parecían sus restos, hasta que un análisis forense determinó que no lo eran... había nacido una de las más seductoras leyendas del siglo XX.

Este libro, basado en manuscritos, diarios y cartas del propio Fawcett, recopilados y editados por su hijo Brian, cuenta sus aventuras en la selva durante la fiebre del caucho, sus trabajos para delimitar fronteras, mil y una peripecias vividas en las siete expediciones que realizó entre 1906 y 1925, y finalmente, su obsesión por encontrar la ciudad perdida Z. El texto está escrito con habilidad, tensión dramática y buen estilo, como los mejores libros de aventuras, de manera que el lector se sumerge en la historia y vive desde dentro un viaje maravilloso y emocionante a lo más profundo de la selva. Una gozada.

Hay una película estadounidense, titulada «La ciudad perdida Z» y basada en un libro del periodista David Grann, que cuenta la vida de tan insólito y atractivo explorador, dirigida en 2016 por James Gray. La historia no está completamente aprovechada, pero la película es muy digna y como lo que se cuenta es muy interesante, se deja ver muy a gusto.

Volviendo a la obra. está estupendamente ilustrada con los dibujos del ya mencionado Brian Fawcett (1906-1984), hijo menor del autor, responsable del entusiasta prólogo que sirve de introducción al libro y del epílogo en el que cuenta lo que se sabe con seguridad de la última expedición del coronel gracias a los testimonios de otros viajeros y algunos lugareños. La excelente traducción del original en inglés es de Francisco Reina, experimentado traductor de cómics y libros de aventuras.

Es una pena, pero ¡ay! es un libro difícil de encontrar. Véase ¿Cómo encontrar un libro?.

En fin, un libro maravilloso de aventuras, pero aventuras reales, escrito por uno de los exploradores más míticos y legendarios que ha habido, lleno de peripecias increíbles y pasajes inolvidables. Todo presentado en una edición muy completa, con un mapa, ilustraciones y toda la información imprescindible. Una obra apasionante.

P. H. Fawcett y Raileigh Rimell en 1925

Percival Harrison Fawcett (Torquay, 1867-?) fue un militar, arqueólogo y explorador británico. Su padre, nacido en la India, era miembro de la Royal Geographical Society, y de él heredó su interés por la aventura y las exploraciones. Hizo la carrera militar, se especializó en artillería y llegó a ser teniente coronel.

Fue destinado a Ceilán y allí conoció a la que sería su mujer. Trabajo para el Servicio secreto británico en el norte de África, aprendió Topografía y fue amigo de  H. Rider Haggard y Arthur Conan Doyle.

Estuvo trabajando para resolver un conflicto fronterizo en la selva, entre Brasil y Bolivia, y como lo hizo tan bien fue contratado para cartografiar la zona. Realizó siete expediciones a Sudamérica entre 1906 y 1924. Se llevaba bien con los lugareños gracias a los regalos que distribuía, a su paciencia y a su amabilidad. En 1925 desapareció en la selva amazónica cuando, acompañado de su hijo Jack y el amigo de este, Raleigh Rimell, buscaba una antigua ciudad perdida, que llamaba Z y que creía era que era El Dorado.

P. H. Fawcett

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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