lunes, 6 de julio de 2020

Vida privada y pública de los animales - J. J. Grandville



Título: Vida privada y pública de los animales. I y II
Autor: J. J. Grandville

Páginas: 360 y 364

Editorial: Anaya

Precio: 16 y 18 euros 

Año de edición: 1984

Esta reseña es un pequeño homenaje a los recuerdos de infancia. Siendo niño, cayó en mis manos un ejemplar viejo y ajado, medio desencuadernado, de esta obra de Grandville, que me marcó profundamente. Las imágenes, poderosamente realistas, de animales vestidos como personas y en actitudes muy humanas me fascinaban y pronto comenzaron a poblar mis sueños, a veces de pesadillas y a veces de sueños divertidos. No sé qué entendía menos y excitaba más mi imaginación, si los grabados detallados y algo siniestros, o los textos, un verdadero galimatías para mí en aquella época. El caso es que leerlos me servía para imaginar las más disparatadas aventuras de animales comportándose como personas.

Años más tarde conseguí esta edición de la editorial Anaya y disfruté de otra manera de esta fábula crítica y satírica, que no deja muy bien parada a la especie humana. Los animales, cansados de verse explotados, maltratados y humillados por el ser humano, se organizan en una asamblea y planean un golpe de estado para hacer con el poder y conquistar la libertad, toda una versión animal de la Revolución francesa. Para ello, deciden en primer lugar escribir su historia (¿no os suena?), una especie de enciclopedia nacional e ilustrada de la gran familia de los animales, incluyendo sus puntos de vista y reivindicaciones.

A lo largo de 18 relatos, liebres, gatos, mariposas, cocodrilos, leones y otras criaturas exponen su vida privada y pública. El lector pronto se da cuente de que, como sospechaba, los animales presentan los mismos defectos y vicios que los humanos y lo que parecía una fábula divertida se convierte poco a poco en una ingeniosa y ácida crítica de la sociedad y del género humano en general.

En el segundo volumen, algunos animalillos marginados y poco tenidos en cuenta organizan una protesta en condiciones y obligan al Zorro Napoleón a dictar una constitución que reconoce el derecho a quejarse de todos. Así que ahora le toca el turno a mirlos, golondrinas, osos, jirafas, cornejas... las cosas no acaban bien y hay otra oportunidad para no dejar títere con cabeza.

Una divertida fábula, extraordinariamente bien ilustrada, irónica, satírica y muy crítia contra todo lo humano, publicada por entregas entre 1840 y 1842, 51 años después de la Revolución francesa. Aunque el autor que se menciona es Grandville, que tenía muy claro que «La diferencia entre el hombre y el animal no es tan grande como parece, y en todo caso los animales saldrían ganando en la comparación», en realidad el editor, Jules Hetzel, editor también de toda la obra de Julio Verne, contó con la colaboración de los más afamados escritores de la época, como Honoré de Balzac, Charles Nodier, George Sand, Émile de La Bédollière, Gustave Droz, Jules Janin, Alfred de Musset y otros, para encargárles un capítulo a cada uno, con lo que el resultado es una especie de enciclopedia del cuento satírico de lo más interesante y jugoso.

Un libro que se sale de lo normal, originalísimo y muy inspirador. Muy recomendable para leer antes de irse a la cama y así poder tener luego sueños animados y moviditos. Un `poco difícil de encontrar, si véis esta curiosa obra en una librería de lance, no la dejéis escapar.

Jean Jacques Grandville (Nancy, 1803-1847) fué un famoso caricaturista e ilustrador francés. Nació en una familia de artistas y comediantes. De opiniones liberales y anticlericales, a partir de 1820 comenzó a realizar dibujos satíricos utilizando personajes medio humanos medio animales, que se convertirían en típicos de sus trabajos. Publicó viñetas de crítica social y política en Le Canard y varios diarios parisinos.

Como caricaturista e ilustrador de libros llegó a ser muy conocido y respetado. Sus dibujos sirvieron de insporación a los surrealistas y toda una generación de ilustradores.

Jean Jacques Grandville retratado por Émile Lassalle (1840).

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

1 comentario:

  1. SI Lo lei, lo recomiendo...inolvidable por que es sorprendente, unico.

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