lunes, 27 de julio de 2020

La señorita Pym dispone - Josephine Tey


Título: La señorita Pym dispone                                                                                 Autora: Josephine Tey

Páginas: 319

Editorial: Hoja de lata

Precio:  20,80 euros

Año de edición: 2015

¿Qué son las lecturas de verano? En estas fechas las redes nos inundan con mensajes editoriales que invitan a comprar una serie de libros calificándolos de «lecturas de verano». Con tal denominación pretenden asegurarse un público no demasiado exigente, pero muy fiel para quien la lectura es fundamentalmente un entretenimiento. Libros ligeros y agradables, que no comprometen emocionalmente, que no hay que descifrar intelectualmente, y cuya lectura puede asegurar la suficiente atención como para mantener el interés de los lectores hasta el final. Creo que en esta categoría puede incluirse esta novela que me ha proporcionado unas horas agradables y relajadas.

Mientras la leía, me extrañaba que me gustara un tipo de escritura de estilo más victoriano que de los años 40 del pasado siglo, que es cuando está escrita – en 1946-. Es un lenguaje sencillo y bien conformado, pero plagado de adjetivos y epítetos, que se detiene morosamente en la descripción de momentos, paisajes, escenas de interior, conversaciones, pensamientos y personajes que pueblan la narración logrando que el lector pueda hacerse una puntual idea de la ubicación, de lo que ocurre, y de ese ambiente que conocemos por otras lecturas y por el cine. Un lenguaje que casa muy bien con lo que se relata.

Se trata de un internado femenino en los años 40, aunque también podía ser de principios de siglo; un grupo de chicas de la burguesía que se preparan laboralmente, aun cuando en realidad su objetivo fundamental, acorde con las costumbres de la época, es el de casarse con alguien que pueda ofrecerles un confortable y ocioso porvenir, y sus correspondientes y peculiares profesoras dirigidas por una mujer de carácter. En principio, se trata del seguimiento de una cotidianidad sin grandes alteraciones de esa vida muy sujeta a normas y horarios en la que, una vez inmersos en ese suave discurrir del tiempo, se descubren, gracias a la llegada de una visitante especial que es la que aporta la mirada al lector, los síntomas de que ocurren más cosas.

¿Por qué entonces esa sensación de extrañeza durante la lectura? Quizás por las críticas que leí antes de abordar la novela, que la califican como novela de intriga o misterio. La realidad es que el misterio no aparece hasta la última parte del libro, por lo que, la lectura de las dos primeras partes era de expectación y, sin embargo, no ocurría nada misterioso que justificara las opiniones leídas. Quizás quienes así lo han analizado se han dejado llevar por la trayectoria de la autora, que es cierto que fue pródiga en novelas de intriga y que, de hecho, creó dos personajes que se repiten en varias de sus obras cuya dedicación es la de solventar casos misteriosos.

Por tanto, concluyo una vez más, que muchas veces es mejor no leer las críticas, especialmente las que tienen la costumbre -a mi juicio no buena- de contar detalladamente el argumento y de clasificar. Creo que a la hora de seleccionar las lecturas es mejor confiar en fuentes conocidas y sobre las que tenemos experiencia y evitar aquellas que dan demasiados detalles del contenido. Como dice Alessandro Baricco, lo que debería hacerse es leer cada narración como si se tratara de un libro más, es decir, sin expectativas que condicionen la lectura.

Como resumen, si tuviera que calificar esta novela, no lo haría en el apartado que en general ha indicado la crítica, sino más bien me parece que es una muy agradable novela costumbrista de una sociedad que, aunque próxima geográficamente, es diferente a nuestra cultura y quizás por ello, nos resulta interesante.

Buena lectura para un verano con aspiración de entretenimiento y disfrute.


Josephine Tey

Elizabeth Mackintosh (1896 – 1952) fue una famosa novelista y dramaturga escocesa que utilizó como seudónimo el nombre de Josephine Tey, en homenaje a su madre, llamada Josephine, y a su abuela, cuyo apellido era Tey. Su personaje más famoso es un inspector de Scotland Yard, Alan Grant. Recibió importantes premios.

Como siempre, Hoja de Lata nos presenta una muy cuidada edición que contribuye al disfrute de la lectura. Tras la edición de esta novela ha ampliado el elenco de obras traducidas de esta autora, que en España fue conocida tarde, con 4 títulos más cuyas portadas son tan atractivas y estimulantes o más que la del libro que hoy se comenta y que auguran próximas lecturas.

Publicado por Paloma Martínez.

2 comentarios:

  1. Muy interesante. Tienes razón, una crítica veraz evita que caigamos en el error de prejuzgar negativamente una obra y descartarla. Una crítica no veraz también puede llevarnos a emitir una valoración negativa de un libro (una vez leído), simplemente porque seguimos aferrados a las expectativas que nos fueron creadas. Tus críticas son siempre confiables, detalladas y bien expuestas, honradas. Josephine Tey te estaría agradecida. Yo como potencial lectora de su trabajo lo estoy

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  2. Muchas gracias María por comentar y por tu amabilidad. Es verdad que los gustos son tan diferentes que lo que para alguien es magnífico hay quien lo considera horrible. Afortunadamente. Pero, al margen de estas legítimas diferencias, es importante justificar nuestras posiciones para que quien lea las reseñas pueda hacerse una idea y, sobre todo, si le sugiere salir a la librería a comprar el libro reseñado o no.
    Para gustos colores

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