lunes, 13 de julio de 2020

Historias - Robert Walser



Título: Historias
Autor: Robert Walser

Páginas: 132

Editorial: Siruela

Precio: 15,95 euros 

Año de edición: 2010

Estos 27 minirrelatos, publicados originalmente en 1914 a partir de los textos publicados en prensa desde 1899, constituyen una buena muestra y una excelente introducción al mundo de Robert Walser, el escritor minimalista, el poeta en prosa, un autor zen muy adelantado a su tiempo. Un hombre que parece que escribe hoy mismo, con un lenguaje sencillo, puro y transparente como el cristal, que ofrece una visión nueva, original e irónica sobre los temas más cotidianos.

Este prestidigitador de las palabras es capaz de coger la historia más sencilla y consabida, para darle un par de vueltas y encontrar petróleo en el más trillado de los caminos. Son trozos de prosa muy breves, sugerentes y evocadores, con aroma poético y una exquisita sensibilidad. Walser es un orfebre de la palabra.

Hay algunos relatos de tono y tema muy teatrales, dos textos magníficos dedicados a Heinrich von Kleist, y a Paganini, y esta recopilación se cierra con «Diario de un alumno» y «Una mañana», los dos mejores relatos para mi gusto, que describen respectivamente la vida de estudiante y el ambiente de una oficina. Magistrales.

Un libro muy interesante, del mismo tono y tenor que las «Historias de amor» del mismo autor de las que ya hemos hablado aquí. Una pequeña joya que puede usarse como introducción y toma de contacto con el mundo de este suizo anómalo, raro, sin igual y muy bueno.

Robert Walser (Biel, 1878-1956) fué un escritor suizo, hermano del Karl Walser. Siempre fué un autodidacta y no estuvo mucho tiempo en el mismo sitio; vivió en Basilea, Zurich, Viena, Stuttgart, Munich, Berlín, Ginebra y Berna. Sólo en esta ciudad, tuvo 14 domicilios diferentes. Trabajó como botones, actor, mayordomo, bibliotecario, oficinista vagabundo y finalmente, al declarársele una enfermedad mental, se internó voluntariamente en el sanatorio mental de Herisau, donde estuvo 27 años hasta su muerte. Su madre era depresiva y sus dos hermanos fueron esquizofrénicos. Parece que nunca poseyó nada, ni casa ni apenas enseres, y que siempre vivió solo.

A los 78 años, un día de Navidad, salió a pasear por la nieve y caminó, caminó hasta que se agotó, cayó rendido y murió. Se cree que fué un suicidio y dejó unas quinientas páginas de texto apretado a lápiz, casi ilegible, con una  letra minúscula y lleno de abreviaturas. Solía decir «Escribo para ausentarme».

Herman Hesse dijo de él: «Si los poetas como Walser se contaran entre los espiritus que gobiernan, no habría guerras. Si tuviera cien mil lectores, el mundo sería mejor. Sea como fuere, el mundo está justificado por haber gente como Walser».

Robert Walser

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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