Título: Leyendas de León Autores: Varios autores
Páginas: 424
Editorial: Rimpego
Precio: 19 euros
Año de edición: 2013
La provincia de León se encuentra en la encrucijada entre los antiguos reinos medievales de Galicia, Castilla y Asturias, por lo que ha recibido todo tipo de influencias y su tradición oral y de romances es antigua y muy amplia. Así lo atestigua esta recopilación de 41 narraciones tradicionales contadas por 36 autores de la tierra, de José María Merino a Julio Llamazares, pasando por Luís Mateo Díez, Raúl Guerra Garrido, Antonio Colinas y lo más granado de las letras leonesas.
Varios son los puntos de interés de esta colección de leyendas: la mayoría son poco conocidas, están llenas de originalidad y creatividad, resultan inspiradoras, tienen un cierto sabor añejo y algunas recuerdan a otros cuentos tradicionales, y es que folklore español tiene influencias de todas las regiones y procedencias. Son textos poderosos, evocadores y poéticos, que espolean la imaginación del lector y pueblan de invenciones la mente.
Me han gustado especialmente: «¡Qué viene el lobo!», recopilación de aventuras y sucedidos relacionados con ese cánido; «El topo que uso en peligro la catedral,» una vieja leyenda de la ciudad de León; «El tributo de las cien doncellas», increíble, pero con una base histórica; «El ruiseñor de plata», empapado de delicadeza, y «La perla del manantial», tan evocadora como su título.
Esta edición incluye una breve semblanza de cada autor, dos textos muy interesantes a modo de introducción, de José María Merino y José Antonio Balboa de Paz, y un epílogo a cargo de José Luis Puerto. Textos que arropan muy bien a una edición muy manejable, en tapa dura y con un tamaño agradable a la mano.
Un libro fabuloso, en más de un sentido, que me ha encantado. Ideal para transformar tardes de lluvia en deliciosos ratos pasados con la mente llena de aventuras. Muy bueno.
Este volumen es uno de los buques insignia, junto con «Cuentos de León», de la editorial Rimpego, fundada por Joaquín Alegre Alonso (León, 1963), bajo el lema «lo universal es lo local sin paredes» (Miguel Torga). Rimpego es el nombre popular leonés del pequeño alcaudón real, una especie cazadora diminuta, que es muy previsora porque en vez de devorar sus presas (lagartos, ratones, musarañas... ), las cuelga en pequeños espinos para que las nuevas generaciones, a punto de nacer,
tengan la despensa a mano. Ése es el resumen de la idea que anima a ese sello editorial.
Joaquín Alegre Alonso
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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