Título: Conversación sobre Tiresias Autor: Andrea Camilleri
Año de edición: 2020
Este breve ensayo repasa con amenidad y erudición la evolución de la figura de Tiresias, el mítico adivino ciego de Tebas, mencionando sus apariciones en la historia de la literatura y el pensamiento occidentales. Un personaje que aparece en la Odisea, en La divina comedia, y que ha sido utilizado por poetas, dramaturgos y literatos de todos los siglos.
Hay dos versiones sobre el origen de la figura mítica de Tiresias. En la primera, siendo adolescente contempló a la diosa Atenea desnuda mientras se bañaba en la fuente Hipocrene; la diosa, de una castidad absoluta, le dejó ciego como castigo. La madre de Tiresias, la ninfa Cariclo, le rogó a Atenea que le devolviera la vista a su hijo, pero un inmortal no puede echarse para atrás, así que como compensación, la diosa le concedió el don de entender el lenguaje de los pájaros, el de la profecía, una larga vida y la gracia de conservar sus habilidades en el infierno.
En la segunda, Tiresias sorprendió a dos serpientes apareándose, le entró un ataque de puritanismo y trató de separarlas con un golpe de bastón, tan desafortunado que mató a la hembra y por ello, quedó convertido al instante en mujer. Siete años después, se encontró con la misma escena, no aprendió que es mejor dejar a las serpientes tranquilas, trató de nuevo de separarlas de un bastonazo y en esta ocasión mató al macho, por lo que se transformó en hombre. Esa experiencia única hizo que Zeus y Hera recurrieran a él para dirimir una discusión sobre quién gozaba más en el acto carnal, si el hombre o la mujer. El pobre Tiresias vio el ceño de Hera, famosa por su cólera y afición a vengarse, y dijo que si se divide el placer en diez partes, una se la lleva el hombre y nueve por la mujer, dejándonos la intriga de si lo dijo por ser así o por miedo. Algo de adivino tenía el hombre, aunque se equivocó en la postura que defendía cada dios, porque Hera quedó contrariada y en un arrebato de ira le cegó. Luego se le pasó el pronto, se dio cuenta de que se había pasado un poco y le concedió el don de la profecía y una larga vida.
El de la figura de Tiresias consiste en ser mediador entre el destino azaroso, gobernado por los dioses y los hombres. Alguien a medio camino entre lo divino y lo humano dotado de una gran sabiduría por haber sido mujer y hombre, y por su larga vida. Una figura co tantas posibilidades ha sido utilizada innumerables veces en el teatro griego y en multitud de grandes obras, especialmente en teatro y poesía.
Camilleri, con un estilo muy ameno, sencillo y fácil de leer, nos ofrece un recorrido histórico-literario sobre las apariciones y evolución del adivino tebano, dándole voz al propio Tiresias y en forma de monólogo, una solución que funciona estupendamente. No es que sea una gran obra, desde luego, pero está muy bien, se lee a gusto y se disfruta. La traducción, muy correcta, es de Carlos Clavería Laguarda.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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