Título: La reina del sur
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Páginas: 544
Editorial: Punto de lectura
Precio: 10,99 euros
Año de edición: 2007
«La reina del sur» se merece muchas entradas como ésta. Al igual
que Arturo Pérez- Reverte (Cartagena, 1951), del que os voy a dejar un highlight de la literatura
castellana que todos conoceréis y que no he podido dejar la ocasión de volver a
leer: su discurso de ingreso en la Real Academia Española.
Una entrada más, sin duda, se merecen todos aquellos que apuestan por los libros. Vosotros. Pero ésta es la entrada de Teresa Mendoza (Sandra Ávila Beltrán en la vida real). No es ni de «La reina del sur», ni de Pérez-Reverte ni de todos nosotros. Es de Teresa. La mejicana de Culiacán, Sinaloa, que supo vencer al miedo y al final desapareció. Forma parte de nuestra historia. Narcotráfico en el Estrecho. Grandes cargamentos colombianos camino de Europa. Desembarcos en costas marroquíes, persecuciones policiales.
Conseguir aguantar tantos años, ser respetada y casi inmune, después la cantidad de «lana» que pagaba, no es cosa de muchas. Dejarse amar por dos hombres y una mujer ya es cosa de muy pocas. Pero manejar planeadoras a treinta nudos, pendiente de los avisos rádar y del recuerdo del estudio de una carta marina, en noche sin luna, como requisito imprescindible para salvar el cuero, eso sólo lo hizo Teresa.
Una entrada más, sin duda, se merecen todos aquellos que apuestan por los libros. Vosotros. Pero ésta es la entrada de Teresa Mendoza (Sandra Ávila Beltrán en la vida real). No es ni de «La reina del sur», ni de Pérez-Reverte ni de todos nosotros. Es de Teresa. La mejicana de Culiacán, Sinaloa, que supo vencer al miedo y al final desapareció. Forma parte de nuestra historia. Narcotráfico en el Estrecho. Grandes cargamentos colombianos camino de Europa. Desembarcos en costas marroquíes, persecuciones policiales.
Conseguir aguantar tantos años, ser respetada y casi inmune, después la cantidad de «lana» que pagaba, no es cosa de muchas. Dejarse amar por dos hombres y una mujer ya es cosa de muy pocas. Pero manejar planeadoras a treinta nudos, pendiente de los avisos rádar y del recuerdo del estudio de una carta marina, en noche sin luna, como requisito imprescindible para salvar el cuero, eso sólo lo hizo Teresa.
La novela une un estilo cinematográfico para la biografía,
dejándonos acción e imágenes imborrables, con una pesquisa, la del periodista que recaba
información por Gibraltar, la costa andaluza y demás lugares frecuentados por
Teresa Mendoza. Conoció a quienes la conocieron y por eso pudo ahondar algo más
en la intrahistoria de la sinaloense que medió en todos los grandes envíos del
narcotráfico durante años.
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