Título: La mujer habitada Autora: Gioconda Beli
Páginas: 400
Editorial: Seix Barral
Precio: 18,50 euros
Año de edición: 2008
Esta novela, aparecida en 1988, es el brillante debut narrativo de una escritora que conquistó con ella por igual a crítica y público. Obra clave de la literatura centroamericana, ha sido traducida a más de veinte idiomas idiomas, ha alcanzado grandes tiradas y numerosas ediciones, y ha ganado los más prestigiosos premios en Alemania: el Premio Anna Seghers y el Premio Novela Política del Año de los Libreros, Bibliotecarios y Editores.
En ella, la autora entrelaza con mano maestra varios temas apasionantes, una historia de amor entre un hombre y una mujer, Lavinia, que pugna por mantener su independencia personal, y la lucha de un pueblo por su libertad, por un lado, la lucha de los indígenas por sacudirse el dominio de los españoles y por otro, la revolución contra la tiranía de Somoza. Resulta curioso que, al menos por una vez, los españoles sean los malos de una historia, pero al fin y al cabo España, más allá de leyendas negras y blancas, era la potencia colonial. Evidentemente, para desarrollar esos temas, Belli, una mujer de armas tomar, utilizó elementos de su experiencia personal, ya que fue un miembro muy activo del Frente de Liberación Sandinista Nacional durante la Revolución Nicaragüense del 79.
El lenguaje es poético, colorido y luminoso, y está hábilmente entreverado con leyendas indígenas que hacen de este texto un fiel reflejo del alma nicaragüense más profunda. Cada capítulo se inicia con una página mítica, en cursiva, en la que haba un espíritu de la tierra, que habita primero un naranjo del jardín de la casa de la protagonista y después, cuando Lavinia bebe un zumo de naranja, a la propia protagonista, de ahí el título del libro. Se convierte así en un doble yo oculto, que lo ve todo desde los ojos del personaje central y, aunque Lavinia no es consciente de la situación, siente de vez en cuando pulsiones profundas que la llevan a tomar decisiones de manera irresistible.
Ese doble juego narrativo está desplegado con elegancia y dota a la historia de un encanto especial. El estilo es espléndido, no en vano la autora había triunfado ya como poeta antes de escribir esta novela; los diálogos tienen todo el encanto y el sabor de la región, y la narración tiene acción, ritmo y resulta creíble. En fin, una novela de premio, redonda, muy completa y palpitante, con un brillante desarrollo y un inesperado final, que trata temas tan atractivos como el machismo estructural y una de sus peores versiones, la de las mujeres machistas, y dilemas éticos de mucho calado, por ejemplo: ¿hay ocasiones en las que es lícito el uso de la violencia?
Hay frases especialmente afortunadas y representativas: «Había cinco o seis ascensores en todo Fagua», «Sara había pasado del padre-padre al padre-marido», «Casarse era limitarse, someterse», «Los dos tenían escrito en la mirada la noche de desnudez en la que soltarían amarras y naufragarían juntos», «Es mi amigo —dijo Lavinia— y de vez en cuando me resuelve», «La tía Inés decía que los hombres eran caprichosos e impenetrables», «Yo sentí en el pecho una vasija rota viendo las figuras de quienes morirían al día siguiente», «La tía Inés solía decir que crecer en la vida era un asunto de traspasar límites personales: descubrir capacidades que uno creía no poseer», «En tiempos de guerra, nadie vive en una comarca apartada», «Creo que el mero hecho de existir implica cierta responsabilidad con los que existirán después que nosotros», «Silenciosa, la vida teje lienzos», «Se tenía que acostumbrar, por lo pronto, a sus tres personas. Una para sus amigos y el trabajo, otra para el Movimiento y otra para Felipe», «Mi madre decía que solo a la mujer le había sido dado el amor; el hombre solo conocía apenas lo necesario [...] Me parecía que los hombres ocultaban el amor por no parecer mujeres», «Nadie que ama muere jamás».
Un libro que se saborea página a página, con una protagonista sensible y con mucho carácter, animada de una alegría peculiar y llena de ganas de vivir. Una obra excepcional, muy especial, que bien puede servir para conocer un poco más ese país fascinante que es Nicaragua y su historia reciente. Una muy buena lectura.
Gioconda Belli (Managua, 1948) es una escritora nicaragüense. Exiliada y despojada de su nacionalidad de origen, adquirió primero la chilena y después, la española. Hija de un empresario y de la fundadora del Teatro Experimental de Managua, estudió Publicidad y Periodismo en Filadelfia. Durante la dictadura somocista, fue perseguida y se exilió en México y Costa Rica, hasta que, con el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979, volvió a Nicaragua, para desempeñar diversos cargos en el nuevo gobierno hasta su renuncia en 1993 por desavenencias con el rumbo autoritario de Daniel Ortega. Fue declarada traidora a la patria y vive exilada en Madrid.
Ha publicado 15 volúmenes de poesía, 9 novelas y otros 7 libros variados, ensayos, memorias y cuentos infantiles. Ha ganado decenas de premios, como el Premio Casa de las Américas de Poesía en 1978, Premio Biblioteca Breve de Novela y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz en 2008, el Premio Jaime Gil de Biedma en 2020 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2023.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario