Título: Historia de la Santa Rusia Autor: Gustave Doré
Páginas: 120
Editorial: El Nadir
Precio: 18 euros
Año de edición: 2018
Este barroco, innovador y fascinante libro, en el que las ilustraciones son lo más importante y el texto, algo accesorio es una maravillosa descripción satírica del gran Imperio Ruso. Se publicó originalmente en 1854, cuando el gigante ruso exhibía una fuerza y un poderío arrogante, expansionista, que se veían como una peligrosa amenaza en Europa.
Esta obra está considerada como la cumbre de Doré como caricaturista y autor satírico. En sus páginas, el autor no ofrece una visión paródica y llena de tópicos de la historia rusa, un gran imperio que se describe como tiránico, sanguinario y cruel, lleno de brutales luchas por el poder y del despotismo más crudo, todo envuelto en un aire de comicidad y ridículo que la hacen deliciosa.
Doré se entrega a exageraciones hiperbólicas, situaciones descacharrantes y la más punzante de las críticas, en un volumen que se pude leer como un cómic lleno de soluciones gráficas modernas y originales: viñetas tachadas, otras en blanco, textos que se desbordan fuera del dibujo... una maravilla muy adelantada a su tiempo.
Un álbum gráfico lleno de inventiva, creatividad, ironía —empezando por el título— y un humor muy burlón. Un verdadero tesoro que, afortunadamente, ha sido reeditado por la editorial valenciana El Nadir. Extraordinario.
Gustave Doré (Estrasburgo, 1832-1883) fue un pintor, escultor y grabador francés, famoso por sus ilustraciones de grandes obras. A los 15 años empezó su carrera como ilustrador, con un contrato que le obligaba a publicar un grabado por semana. Pronto le encargaron las obras de grandes autores, como François Rabelais, Honoré de Balzac y Dante Alighieri.
Siendo muy joven se convirtió en el ilustrador mejor pagado de París y su trabajo sobre La Biblia le hizo famoso y le abrió todas las puertas. En 1862 viajó por España con el barón Davillier, una visita muy productiva, que dió lugar a un libro de crónicas y a una de sus obras maestras: las ilustraciones de Don Quijote de la Mancha.
En 1865 realizó una gran exposición de sus obras en Londres, que le sirvió de introducción en el mercado británico. Realizó un retrato de la capital británica en 180 grabados, muy criticada por mostrar la pobreza en sus calles, una versión ilustrada de El paraíso perdido de Milton e ilustraciones para un buen número de obras.
Su carrera como pintor es menos conocida, pero tuvo un gran éxito comercial. se conservan unas 150 pinturas suyas, algunas de gran tamaño, repartidas en varios museos. Son cuadros naturalistas, de clara influencia barroca y tendencias tenebristas. Está enterrado en el Cementerio de Père-Lachaise de la capital francesa.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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