Título: Mala letra
Autora: Sara Mesa
Páginas: 200
Editorial: Anagrama
Autora: Sara Mesa
Páginas: 200
Editorial: Anagrama
Precio: 16,90 euros
Año de edición: 2016
Después de leer «Cara de Pan» ya quedó claro en mi reseña anterior que me quedaba con ganas de leer más de esta autora para mí hasta entonces completamente desconocida. Por ello inicié la lectura de esta recopilación de sus mejores cuentos llamada «Mala letra», que hace alusión al recuerdo infantil de que la escritora cogía (y coge, creo) mal el lápiz. Lo ha cogido mal desde niña, cuando algunos profesores se empeñaban en corregirla porque «hay que escribir como Dios manda» e, incapaz de aprender, ha seguido cogiéndolo mal hasta hoy.
Es posible por tanto, hacer una excelente literatura con una escritura libre e indócil como la de Sara Mesa. A mí me parece una digna heredera de Rafael Chirbes, que por cierto dijo de ella: «Sara Mesa levanta una literatura de alto voltaje, trabajada con precisión de orfebre». Totalmente de acuerdo, cada relato nos cuenta una historia aparentemente insignificante pero que nos deja un poso de reflexión y melancolía.
- «Creamy milk and crunchy chocolate» o como en un instante un desgraciado accidente puede marcar la existencia de dos familias de por vida.
- «Palabras-piedra», el germen de lo que luego fue la relación del anciano y la niña en «Cara de Pan».
- «Papá es de goma», un relato triste de unos niños abandonados a su suerte.
- «¿Qué nos está pasando», el acoso a las mujeres en el trabajo, contado como debe contarse.
- «Picabueyes», una niña pasa un caluroso verano en el pueblo de sus tías y un paseo en bicicleta que tiene un triste final.
Año de edición: 2016
Después de leer «Cara de Pan» ya quedó claro en mi reseña anterior que me quedaba con ganas de leer más de esta autora para mí hasta entonces completamente desconocida. Por ello inicié la lectura de esta recopilación de sus mejores cuentos llamada «Mala letra», que hace alusión al recuerdo infantil de que la escritora cogía (y coge, creo) mal el lápiz. Lo ha cogido mal desde niña, cuando algunos profesores se empeñaban en corregirla porque «hay que escribir como Dios manda» e, incapaz de aprender, ha seguido cogiéndolo mal hasta hoy.
Es posible por tanto, hacer una excelente literatura con una escritura libre e indócil como la de Sara Mesa. A mí me parece una digna heredera de Rafael Chirbes, que por cierto dijo de ella: «Sara Mesa levanta una literatura de alto voltaje, trabajada con precisión de orfebre». Totalmente de acuerdo, cada relato nos cuenta una historia aparentemente insignificante pero que nos deja un poso de reflexión y melancolía.
La
recopilación de Anagrama
reúne un total de once cuentos de los
cuales es difícil destacar alguno, porque todos son excelentes. La escritora trata temas como la culpabilidad y la posibilidad de redención, y sobre todo esos momentos, que a veces nos ocurren a todos, en los que algo se rompe y sabemos que ya nada será igual...
- «El cárabo», una narración con inspiración en Ferlosio y su Jarama, la pérdida de un niño en un picnic o ¿no es realmente una pérdida?
- «Mármol», la delicada narración del suicidio de un compañero de colegio, «Apenas unos milímetros», que trata el difícil tema de la inclusión en las actividades escolares de un niño discapacitado.
- «El cárabo», una narración con inspiración en Ferlosio y su Jarama, la pérdida de un niño en un picnic o ¿no es realmente una pérdida?
- «Mármol», la delicada narración del suicidio de un compañero de colegio, «Apenas unos milímetros», que trata el difícil tema de la inclusión en las actividades escolares de un niño discapacitado.
- «Creamy milk and crunchy chocolate» o como en un instante un desgraciado accidente puede marcar la existencia de dos familias de por vida.
- «Palabras-piedra», el germen de lo que luego fue la relación del anciano y la niña en «Cara de Pan».
- «Nada nuevo», el relato de segundas personas sobre algo que sucedió entre un anciano solitario y la cartera que le visitó un día.
- «Nosotros, los blancos», el amor fraternal en estado puro.
- «Papá es de goma», un relato triste de unos niños abandonados a su suerte.
- «¿Qué nos está pasando», el acoso a las mujeres en el trabajo, contado como debe contarse.
- «Picabueyes», una niña pasa un caluroso verano en el pueblo de sus tías y un paseo en bicicleta que tiene un triste final.
- «Mustélidos», dos compañeros de empresa que viajan juntos por trabajo y por primera vez se muestran como realmente son.
En
definitiva, Sara Mesa es en mi opinión una de las mejores
escritoras de relatos cortos que tenemos en nuestro país actualmente.
Sara Mesa nació en Madrid en 1976 y se trasladó con su familia a Sevilla siendo niña, ciudad en la que actualmente reside. Estudió periodismo y filología hispánica. Sus inicios literarios se centraron en la poesía, que abandonó muy pronto. Su poemario «Este jilguero agenda» (2007) fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía «Fundación Cultural Miguel Hernández».
Sara Mesa nació en Madrid en 1976 y se trasladó con su familia a Sevilla siendo niña, ciudad en la que actualmente reside. Estudió periodismo y filología hispánica. Sus inicios literarios se centraron en la poesía, que abandonó muy pronto. Su poemario «Este jilguero agenda» (2007) fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía «Fundación Cultural Miguel Hernández».
Es
conocida fundamentalmente por su obra narrativa, con sus libros de
cuentos «La sobriedad del galápago (2008), «No es fácil ser verde (2009) y «Mala letra» (2016) y sus novelas «El trepanador de cerebros (2010), «Un incendio invisible (2011, reedición revisada en 2017) y «Cuatro por cuatro« (2013), que resultó finalista del Premio Herralde de Novela. En 2015 publicó el libro «Cicatriz», que fue considerada una de las mejores novelas del año por periódicos como «El País», «El Mundo» y «ABC».
En diciembre de 2015 recibió el Premio Ojo Crítico de Narrativa por ese libro. El jurado lo destacó «por ser un libro sensible, oportuno y narrativamente inteligente. Capaz de dar la vuelta al concepto estereotipado de la seducción presentándolo en sus facetas más agrias: la posesión, la vanidad, la necesidad de sentirse fetichizado por el otro o la putrefacción de los amores platónicos. Sara Mesa pone el dedo en la llaga de la cultura como herramienta de desclasamiento y en la avaricia del amor».
En
2018, publicó la novela «Cara de pan», que relata la relación entre una adolescente y un hombre mayor.
Sara Mesa
Publicado por Ana Domingo.
No he leído nada de esta autora, y no sabía que el libro que comentas es de relatos. Puede ser una buena opción para conocer su estilo.
ResponderEliminarUn abrazo