Páginas: 216 pág.
Editorial: Juventud
Precio: 14 euros
Año de edición: 1945
De vez en cuando conviene volver a Stefan Zweig, ese escritor maravilloso de grandes ensayos, pero del que a mí particularmente, me gusta mucho su faceta narrativa y en especial, las antologías de cuentos.
En este caso me ha tocado revisar (tengo la sensación de déjà vu, de que ya lo había leído) Caleidoscopio, una fabulosa recopilación de lo que pueden ser sus mejores cuentos. Pasando la mirada por la colección de libros heredada de mi padre, mi atención se posó en este antiguo tomito de la Editorial Juventud, primorosamente encuadernado por mi madre hace muchísimos años.
La antología consta de un total de once cuentos, y cada uno de ellos es una pequeña joya en la que el autor aborda un sentimiento distinto, de manera que todos se leen con una agradable sensación.
- En el primer cuento, Conocimiento casual de un oficio, el narrador en primera persona nos cuenta cómo, haciendo tiempo para una reunión de trabajo paseando por las calles de París, se obsesiona (la obsesión, una constante en los cuentos de Zweig) con un personaje al que observa y persigue tras darse cuenta de que se trata de un pequeño ratero y durante la narración se identifica con él hasta tal punto de que el desenlace final será totalmente inesperado para el narrador y el lector.
- En Leporella, seguimos a una aldeana que entra a trabajar como criada en la casa de un barón de alta alcurnia y poco a poco, el servilismo hacia su señor se va transformando peligrosamente en una obsesión personal. La diferencia entre clases sociales es también una constante en la narrativa de Zweig.
- Miedo nos narra la historia de una mujer de alta sociedad que mantiene una relación secreta con un amante al margen de su matrimonio, pero un encuentro con una desconocida que le chantajea cambiará totalmente su estado emocional hasta descubrir el porqué de ese chantaje.
- Ardiente secreto es en mi opinión el mejor cuento de la colección. Una madre y su hijo pasan las vacaciones en un balneario y el encuentro casual (aunque quizá no tanto) con un barón que se aloja en el mismo hotel y empieza a mostrar un interés especial por el niño, da lugar a un enrarecimiento de las relaciones entre madre e hijo. Este cuento, junto con La institutriz, constituye una de las descripciones más bonitas de cómo un simple hecho puede dar lugar al fin de la infancia de un niño (o niñas en el caso del otro cuento).
- Buchmendel es uno de los cuentos más conocidos de Zweig, y en él nos cuenta la historia de un anciano vendedor ambulante de libros judío que, tras la Primera Guerra Mundial, es enviado por error a un campo de reclusión. A su vuelta y tras salir de prisión, se dará cuenta de que todo ha cambiado y sus clientes han desaparecido, lo que dará lugar a un trágico final.
Los restantes cuentos son: Novela veraniega (la narración oral como base de una historia, una vez más), El refugiado, La colección invisible, Noche fantástica (aquí Zweig usa esa técnica literaria en la que simula que un editor publica la historia del protagonista) y por último, La calle del claro de luna, en el que de nuevo un viajero que pasea por una ciudad portuaria oye a lo lejos una canción en alemán y en su búsqueda del origen, se encontrará con un mendigo que le contará su triste historia (una vez más la narración oral como leitmotiv de la historia).
Stefan Zweig (Viena, 1881-1942) fue un escritor, biógrafo y activista social austríaco, posteriormente nacionalizado británico, ya en la primera mitad del siglo XX.
Sus obras estuvieron entre las primeras que protestaron contra la intervención de Alemania en la Primera Guerra Mundial y fue muy popular entre las décadas de 1920 y 1930. Escribió novelas, relatos y biografías. De estas últimas, son particularmente conocidas las de María Estuardo y Fouché, unas obras mitad biografía y mitad novela histórica. Otra de sus biografías, la dedicada a María Antonieta, fue adaptada al cine con el mismo título en 1938.
Publicado por Ana Domingo.
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