domingo, 30 de abril de 2017

La literatura está en el aire


Si la literatura está en cualquier narración, oral, escrita o cantada, que origina placer estético o simplmente es una buena historia, entonces está en el aire, casi en cualquier parte. A veces, en los vídeos colgados en la red. 

Hoy os traigo dos ejemplos. Un querido amigo me regaló en cierta ocasión un CD que contenía esta canción, la del vídeo de más arriba, cantada por la Gata Varela (Adriana Varela, Avellaneda, 1952), que tiene una letra realmente muy buena. Claro, que es de Joaquín Sabina (Úbeda, 1949). En este enlace está la letra completa por si queréis leerla, aunque cantada tiene mucha más gracia.

El otro ejemplo es este vídeo publicado en Zinc que cuenta la historia de Muruga, un inventor indio. 


La menstruación es un tabú en la sociedad india. Mi misión es convertir a la India en un país en el que el 100 % de las mujeres usen compresas. Ahora, sólo un 5 % de las mujeres las usa.
                
Un día ví que mi mujer llevaba algo detrás y le pregunté ¿Qué es eso? Me contestó dándome un bofetón y diciendo: no es asunto tuyo. Encontré algo de ropa sucia manchada de sangre y entonces comprendí que se trataba de un problema de poder adquisitivo. ¿Por qué no tratar de producir una compresa asequible para mi mujer, Santi?

Después de que mi mujer se negase a probar mi prototipo, decidí coger el toro por los cuernos. Hice un útero artificial con una vegija de caucho, la llené de sangre de animal, me la até a las caderas y me sujeté una compresa con un par de panties. Mientras andaba y montaba en bici, iba apretando de vez en cuando para que unas gotas de sangre cayeran en la compresa.

Mis experimentos hicieron que mi familia y mi comunidad me condenasen al ostracismo. Mi mujer se divorció. Después de invertir cuatro años y medio en maquinaria, tardé ocho años en idear un equipo completo que permite a las comunidades pobres fabricar compresas baratas. Ahora, cualquiera puede fabricar compresas de bajo coste con una máquina que cuesta unos pocos miles de dólares. Mientras que una compresa comercial cuesta 0,15 $, las mías cuestan 0,03 $. En la India, nadie puede ni siquiera pensar en abrir una fábrica de compresas o tampones. Se necesitarían millones de dólares. Lo que he conseguido con mi invento es convertir el proceso en micro y descentralizado. 

El material se consigue en planchas, se corta en trozos pequeños, se cuece y se produce un desfibración. Luego se troquela y se empaqueta en compresas. Mi invento está cambiando la vida de las mujeres pobres. Ahora, estoy planeando llevarlo a 106 países por todo el mundo. Las  compresas juegan un papel vital para empoderar a las mujeres. Ahora, con una máquina sencilla, pueden producirlas localmente. De esa manera se reducen la mayoría de los gastos. Ahora se trata de lanzar un modelo de emprendimiento social para cambiar el mundo. El primer hombre que pisó la Luna fué Neil Amstrong y el primer hombre en usar compresas fuí yo, Arunachalam Muruga.

(La traducción y laadaptacíón son mías). 

Pues eso, que la literatura están en todas partes.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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