Título: La venganza de la geografía
Autor: Robert D. Kaplan
Páginas: 478
Editorial: RBA
Precio: 22,80 euros
Año de edición: 2013
Hace ya bastantes años que Hegel dijo que el testigo de la nación más poderosa se iba pasando aproximadamente de Este a Oeste, empezando por Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma... hasta llegar a Japón y China. La geopolítica es una disciplina fascinante y este inteligente libro desarrolla una tesis que parece olvidada demasiado a menudo: la Geografía es el prefacio de la Historia, en el sentido de que su influencia es mucho más poderosa de lo que solemos pensar y admitir.
Por ejemplo, las montañas, como principal accidente que altera la superficie terrestre, influyen poderosamente en sus pobladores. Tal y como dice James C. Scott, los pueblos de las montañas se entienden mejor si se ven como comunidades que han acogido durante miles de años a los rebeldes que huían de la opresión ejercida por la autoridad que intentaba crear Estados en los valles.
Es curiosa también la influencia de la antigua Cartago, en Túnez; durante siglos el grado de civilización de los pueblos del norte de África ha sido inversamente proporcional a la distancia a ese epicentro. Los ejemplos se multiplican: la atrasada Rumanía encerrada entre montañas; un país como Alemania, poderoso y sin fronteras naturales, siempre se siente amenazado y tiende a la expansión; la gran importancia de China, debida entre otras cosas a que tiene salida a dos mares, controla grandes rutas comerciales, tiene un clima templado y llega hasta el petrolífero Oriente Medio; la pobre África, un continente sin buenos puertos naturales, sin ríos navegables, con un desierto enorme que la ocupa y divide en dos, y una gran superficie en la zona tropical, con un clima malsano y terribles enfermedades.
También las condiciones favorables de Estados Unidos son obvias, salida a dos mares, una gran extensión en la zona templada y riqueza en bosques y recursos minerales. Algo parecido le ocurre a Europa, que tiene además una costa muy recortada, con muchos puertos naturales, y grandes ríos navegables. Es evidente, pero no deja de ser curioso que los países más pobres no tienen salida al mar y muchos son tropicales. También es cierto que Eurasia y América del Norte tienen una gran extensión en dirección Este-Oeste, en la zona templada, y son más influyentes y ricas que África y América del Sur, que corren de Norte a Sur y tiene mucha superficie en zona tropical.
Todas estas ideas y otras muchos factores se exponen con agilidad en esta interesante obra de geopolítica, que repasa la situación en Europa, Rusia, China, India, Irán, el antiguo Imperio Otomano, Estados Unidos y México.
Kaplan no cree que la Geografía determine completamente la historia de los pueblos, pero sostiene que su influencia sobre los acontecimientos es innegable y siempre debería ser tenida en cuenta junto con otros factores. Eso no debe ser utilizado en descargo de la responsabilidad de las grandes potencias, sino muy tenido en cuenta para navegar en cada momento según sople la notable influencia de la geografía. La mejor manera de equivocarse en política es no mirar jamás un mapa.
Un libro ameno, inteligente y muy claro en la exposición, que nos hace pensar de otra manera en el mundo que nos rodea, un mundo ininteligible si no se tienen en cuenta el peso de la geografía, la historia, la cultura y las características étnicas.
Rober D. Kaplan (Nueva York, 1952) es un periodista, analista político y escritor estadounidense que ha publicado una docena de libros, escribe habitualmente en varios periódicos de su país, como The Washington Post, The New York Times y The Wall Street Journal, y es uno de los principales asesores del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Su padre le inoculó la pasión por la Historia. Después de licenciarse en filología inglesa en la Universidad de Connecticut, comenzó a trabajar en un pequeño periódico local en Vermont. Viajó a Túnez y luego se instaló durante cierto tiempo en Israel, Portugal, Atenas, lo que le permitió publicar varios reportajes y textos sobre cada país. Finalmente estuvo en Irak para cubrir la guerra Irán-Irak y ha seguido viajando durante veinte años como corresponsal de la revista The Atlantic, hasta conocer un centenar de países.
Se ha hecho famos por defender opiniones un tanto polémicas e iconoclastas, pero parece que muy bien argumentadas, como las siguientes: una guerra entre China y EE. UU. es inevitable; la democracia sólo es apropiada para países con una clase media numerosa, para los países no desarrollados lo mejor es una autocracia moderada e inteligente; las democracias europeas son temporales y acabarán siendo sustituidas por democracias aparentes regidas por multinacionales, grupos de presión y empresas de comunicación, como ya ocurre según él, en EE. UU. y Japón.
Robert D. Kaplan
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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