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lunes, 21 de julio de 2025

Una aventura de Villón - R. L. Stevenson

Título: Una aventura de Villón                                                                                           Autor: R. L. Stevenson

Páginas: 80

Editorial: La Gaya Ciencia

Precio: 10,95 euros

Año de edición: 1979

Este libro es una rareza bibliográfica, una pequeña joya literaria, una delicatessen para conaisseurs, un relato muy poco conocido del gran Stevenson, sobre un tema peculiar y difícil de encontrar  Esta dedicado a la figura del autor francés François Villón (1431-1463), el enigmático autor de La balada de los ahorcadosel primer poeta maldito de la historia, un personaje oscuro, miembro de una sociedad secreta de criminales, La Coquille (la concha, la cáscara), muy del gusto del genio escocés.

Efectivamente, se trataba de un rufián muy poco de fiar, un tipo duro y difícil, involucrado en robos, reyertas y asesinatos, hasta que la horca puso punto final a su vida. Stevenson le presenta en su ambiente, en París, en 1456, refugiándose del frío de un crudo invierno en una cabaña, cerca de una chimenea y jugando a las cartas con un grupo de granujas y canallas, a cual peor. En una discusión uno de ellos despacha a un compañero y se ven obligados a dispersarse. Huyendo de la ronda y sin blanca, se cuela en el palacio de un viejo noble, que muy cortésmente, le invita a cenar. Entonces comienza la parte más interesante de este curioso relato, porque el noble y el bellaco patibulario mantienen una estupenda polémica en la que comparan sus vidas y departen sinceramente sobre el honor, la virtud, la suerte y la vida en general. Un diálogo casi filosófico muy atractivo, en el que queda retratado el poeta. Muy interesante.

Se trata de uno de los primeros cuentos escritos por el genio escocés, escrito en 1877, cuando contaba 27 años y es también uno de los primeros cuentos modernos, por su penetración psicológica y el desarrollo de los caracteres. Un relato de poco más de 50 páginas, seductor, bien ambientado, con garra, diálogos muy creíbles y un inesperado final. Una obra muy meritoria y la mar de curiosa, Muy recomendable.

Esta edición incluye una pequeña semblanza del protagonista, François Villón, y un poema suyo, titulado Epístola a mis amigos. Está además convenientemente ilustrada con escenas de la vida cotidiana de la Edad Media. Es un libro difícil de conseguir, pero de verdad que vale mucho la pena.

Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850-1894) novelista, poeta y ensayista escocés, es uno de los mejores autores de aventuras que se conocen. Nació en una familia en la que había siete ingenieros constructores de faros. Poseía una constitución enfermiza y proclive a enfermar de los pulmones, lo que le llevó a recorrer las islas del PacíficoSu frágil salud no le dejó estudiar de manera continuada; tuvo bronquitis, catarros y finalmente una tuberculosis que le acompañaría toda la vida y que le mataría. 
 
Consiguió acabar Derecho, empezó a escribir y se casó con una americana muy bien situada. Viajó al lejano Oeste y conoció a Mark Twain, pero la tuberculosis le obligó a visitar varios archipiélagos de la Polinesia, hasta que se instaló en SamoaLos aborígenes le llamaban Tusitala, «el que cuenta historias». Era aficionado al alcohol, lo cual no era nada beneficios para su quebradiza salud. Un año antes de morir llegó a escribir: «Durante catorce años no he conocido un solo día efectivo de salud. He escrito con hemorragias, estando muy enfermo, entre estertores de tos, con la cabeza dando tumbos». Está enterrado en el monte Vaea, en su querida Samoa, en una sencilla tumba.
        
Vivió sólo 44 años, pero nos dejó una maravillosa colección de novelas y relatos de aventuras y de terror. No conozco a otro autor que dominase con tanta maestría esos dos géneros. Curiosamente, era tío abuelo de Graham Greene. De casta le viene al galgo.

Robert Louis Stevenson

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Tartarín en los Alpes - Alphonse Daudet


Título: Tartarín en los Alpes                                                                                               Autor: Alphonse Daudet

Páginas: 213

Editorial: Desnivel

Precio: 16,50 euros

Año de edición: 2003

De la trilogía que forma el ciclo de Tartarín Tartarín de Tarascón», «Tartarín en los Alpes» y «Port Tarascón»), la crítica tiene a esta segunda entrega como la mejor y creo que tiene razón. Publicado en 1885, es a la vez un libro de aventuras, una novela de humor, una crítica desternillante y amena que no deja títere con cabeza, y un ejercicio de estilo brillante, que parece más del siglo XX que del XIX.

Estamos en 1880 y en Europa, las clases alta y media se está iniciando en la práctica del turismo que, en muy pocos años, revolucionaría los conceptos de ocio y viaje. Thomas Cook ha inventado la agencia de viajes y han aparecido las primeras guías de viaje modernas, las Baedeker. Los Alpes empiezan a ser populares en el imaginario colectivo, se han abierto los primeros hoteles para el gran público y vez más personas ven que hay una aventura real y fascinante al alcance de la mano: escalar una gran montaña.

Tartarín es el presidente del club de montañeros de su pueblo natal, el muy provenzal y entrañable Tarascón, y para no perder esa presidencia decide lanzarse a la conquista de las más altas cimas alpinas, equipado con mochila, piolet, crampones, pasamontañas y una cuerda especial de su propia invención. Pero su intrépida aventura no comienza en riscos elevados ni en peligrosos glaciares, sino en un gran hotel infestado de turistas de todas las nacionalidades, en el que su primer reto será mantener su dignidad, su fama y bailar con damas atractivas.

Así empieza esta jovial y jocosa novela, muy divertida, extraordinariamente bien escrita, ligera, ágil, entretenida e hilarante, en la que el famoso cazador de leones africanos se meterá en más de un apuro, acometerá con entusiasmo las más chocantes peripecias y hará gala de su proverbial propensión a hacer el ridículo. Después de varios batacazos sinbólicos y alguno real, conseguirá sus objetivos por casualidad y volverá a su pueblo nimbado de gloria y con su fama acrecentada.

La acción se divide en 13 capítulos y un epílogo, titulados con un resumen casi telegráfico de su contenido en forma de sucesión de palabras y expresiones clave. Todo el texto está empapado del toque Daudet, que lo convierte todo en amable mientras realiza una perspicaz crítica, llena de ironía. Abundan las frases para recordar («La estúpida altivez anglosajona, que da en la actualidad tono a todos los ambientes viajeros del mundo», «El águila no caza moscas», «¡Ah, sí, Suiza! En primer lugar, Suiza no existe», «Desconfía del que sonríe antes de hablar»).

Tiene su gracia ver al orondo antihéroe francés, que funde en un solo personaje a Don Quijote y Sancho, debatirse en las más disparatadas aventuras, sufrir el silencio de los suizos, emplear continuamente el «¡Ostras!» como exclamación, atarse en una cordada con un suicida suizo que, para colmo, lee a Schopenhauer, rodar por la grieta de un glaciar, perderse, coronar el Jungfrau de chiripa... en fin, una sucesión de episodios hilarantes que harán las delicias de todo tipo de lectores. Como suele decirse, este libro es recomendable de los 9 a los 90 años. Magnífico.

Esta edición viene acompañada de una selección de estupendas ilustraciones de la primera edición francesa, un interesante prólogo del catedrático de Geografía, escritor y alpinista Eduardo Martínez de Pisón, y la traducción del francés es de José Luis Serrano Sánchez.

Alphonse Daudet (Nimes, 1840-1897) nació en una familia muy católica. Pasó su niñez en Bezouce, un pequeño pueblo del Languedoc. Empezó estudios secundarios en Lyon, pero tuvo que interrumpirlos cuando su padre, comerciante de sedas, se arruinó. 

Fue jefe de estudios en un colegio y luego secretario del Duque de Morny, cuya súbita muerte cambió completamente su vida. Se vio obligado a dedicarse por entero a escribir artículos para «Le Figaro», relatos, novelas y memorias. Fue miembro de la Academia Goncourt durante seis años.

Alphonse Daudet

Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

lunes, 28 de junio de 2021

Los jinetes - Joseph Kessel


Título: Los jinetes                                                                                                              Autor: Joseph Kessel

Páginas: 483
 
Editorial: Destino
 
Precio: 10,95 euros 

Año de edición: 2001

Cuatro elementos clave determinan el estilo de esta magnífica novela:

1) Lo descriptivo de un paisaje que, al ser extremadamente árido, pudiera pensarse que no da para mucho. Sin embargo, las mil y una maneras de hacerlo, no repetirse y no aburrir al lector, constituyen un arte que no todos los escritores alcanzan.

Con seguridad, el autor disfrutó recorriendo y describiendo Afganistán, lugar donde se desarrolla la novela, pues es lo que nos transmite. La fuerza de la aridez y el relajo de los oasis; la dureza de las escarpadas montañas y la inmensidad de las estepas; los contrastes de temperatura; la magnificencia de la luz; los colores; el polvo rojizo que inunda el ambiente de las caravanas y los pequeños y míseros edificios a lo largo de las rutas comerciales en donde paran para descanso de animales y personas. Todo ello da un ambiente muy diferente al que conocemos, y lo disfrutamos.

2) La acción conducida por la obsesión del personaje principal, Ouroz, narrada como si de una hazaña épica se tratara. Es un jinete tchopendoz de un tipo ancestral de carreras de caballos de una violencia extrema buzkachi―, en las que se premia la habilidad de los jinetes en comunicación total con sus caballos, que tienen que ser también excepcionales. El premio es poder llevarse al pueblo el estandarte que concede el rey que la convoca una vez al año. La gloria y el honor son el tema de fondo, el nudo que explica al jinete y su inflexible determinación.

3) Los personajes, que están profundamente trabajados. De entre ellos destaca, además del protagonista, su padre y no será hasta el final habilidad del escritor cuando comprendamos mucho de la forma de ser intransigente del hijo porque se nos desvelará la esencia paterna, que creíamos diferente. Se trata de un padre que tuvo la gloria de ser el mejor jinete y que desde que dejó la competición y pasó a ser el responsable de las caballerizas del rey donde prepara a los mejores caballos del reino. Y el mejor caballo será para su hijo y su gran carrera.

Aparece un personaje peculiar y maravilloso, «el Abuelo de todos» le llaman, que funciona como antagonista del brutal carácter del protagonista, con quien se encuentra en realidad al que busca y encuentra en su desesperado y tremendo viaje de vuelta a su ciudad. Es una persona venerable y venerada por todos, a quienes trata de la misma manera en una sociedad muy jerarquizada y machista con independencia de su clase y condición, y que da sabios consejos.

Hay otros personajes secundarios muy interesantes porque encarnan valores como la lealtad o desviaciones como la envidia y la traición. Entre todos dibujan un amplio abanico de personalidades y caracteres que, junto con las consideraciones del anciano, tocan temas importantes que dan para la reflexión

4) El estilo narrativo. Por una parte, hay una lectura pausada que nos hace ver, sentir y entender de forma palpable paisajes, gentes, costumbres y personas que, a pesar de desarrollarse a mitad de siglo pasado, más bien parecen pertenecer a épocas pretéritas. Por otra, a la tensión del desarrollo de la acción principal, el autor añade multitud de pequeñas historias que, a manera de cuentos, va desgranando en torno a vasos hirvientes de té en los descansos de las caravanas o en cualquier otra situación propicia. Es otra habilidad de la estructura narrativa que da dinamismo y diversidad al eje de la novela.

En realidad, la fecha de ocurrencia de la acción es lo que menos importancia tiene. Kessel nos habla de una sociedad estancada en las tradiciones, sin visos de evolución. Una sociedad en la que los valores máximos son el honor, la dignidad, la conciencia de clase, el valor y la gallardía. Valores que hay que mantener a cualquier precio, incluidos todo tipo de excesos que dan paso a un orgullo que lleva al protagonista a no aceptar la derrota y a la imposición de la superación del dolor para cumplir su objetivo, que no puede ser otro que la venganza.

Novelón de aventuras al más puro estilo clásico con el que disfrutar mucho. Estupenda lectura veraniega.


Joseph Kessel (Argentina, 1898-1979), hijo de padres exiliados rusos, estudió literatura clásica en La Sorbona, así como arte dramático, y ejerció como actor en el famoso teatro Odeón.

Fue un hombre inquieto y muy activo: periodista y escritor prolífico como avalan sus más de 70 novelas, además de cuentos y multitud de artículos de prensa. Algunas de sus libros fueron llevadas al cine, entre ellos «Belle de jour» o la que se reseña, «Los jinetes», protagonizada por el mítico Omar Sharif y cuyo título fue «Orgullo de estirpe».

Participó como enfermero y piloto en la I Guerra Mundial, fue miembro de la resistencia en Francia y estuvo como corresponsal en la Guerra Civil española. «La guerra está aquí al lado», editado en 2011, deja constancia de su estancia en España. Se le consideró como uno de los iniciadores de un nuevo género: «corresponsal literario». Tuvo gran éxito y fue reconocido como uno de los más grandes narradores franceses del s. XX. Fue miembro de la Academia francesa. Viajó por todo el mundo y fruto de ello fueron muchos de sus libros, como el que se reseña, considerado como uno de los mejores de su extensa obra y que escribió tras su estancia en Afganistán.

Joseph Kessel

Publicado por Paloma Martínez.