miércoles, 6 de enero de 2021

Hombres desnudos - Alicia Giménez Bartlett

  

Título: Hombres desnudos                                                                                                    Autora: Alicia Giménez Bartlett

Páginas: 480
 
Editorial: Planeta
 
Precio: 21,90 euros  

Año de edición: 2015

Con frecuencia, me olvido de otras cuestiones y me dedico a leer novelas galardonadas con el Premio Planeta. Alicia Giménez Bartlett (Almansa, 1951) es una de sus flamantes ganadoras y una autora a la que, antes o después, iba a tener que darle otra oportunidad, después de sufrir algún fracaso lector con obras suyas. 

«Hombres desnudos» le ha hecho aparcar el femicrime y creo que le ha sentado genial. Nos sumerge en una novela con cierto componente urbano pero que, principalmente, antes que «contarnos una ciudad», nos cuenta unos personajes. Son cuatro y cada uno tiene su historia. Pronto nos pone en antecedentes y aprovecha esos cuatro perfiles, muy apropiados, para hablarnos de un tema poco tratado en la novela española: la prostitución masculina. 

La autora despliega, además de una temática novedosa, una técnica narrativa que, si no llega a ser el de una novela coral, sí que tiene un cierto aire colectivo. El texto no se divide en capítulos, como es habitual en ese tipo de obras, sino que, en cada bloque, tras un primer diálogo, añade párrafos de narrativa narrados por el personaje que finaliza la conversación.

Más allá de los inusuales tratos laborales que aparecen en esta novela, se borda de una manera muy especial la descripción de las relaciones rotas –como la de Javier e Irene, protagonistas junto a Iván y Genoveva–, y otras cuestiones, como el dinero fácil y la devaluación del esfuerzo realizado. 

Alicia Giménez Bartlett nos introduce en una historia en cuyo transcurso sus personajes tendrán que seguir un guión obligado –con muy pocas opciones para elegir–, y que acabará con algo tan extraño como tener que pagar y cobrar por sexo, cuando la transferencia económica es de mujer al hombre. 
 
Algún tiempo, a una autora con tanto renombre como Rosa Montero se le volvió a ocurrir tratar el en su obra «La carne» (2016), y es posible que no sea el último caso que veamos. Me parece a mí que está dando buen resultado invertir el oficio más antiguo del mundo.

Alicia Giménez Bartlett

Publicado por Jesús Rojas.

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