Título: Los hombres invisibles Autor: Mario Mendoza
Páginas: 304 pág.
Editorial: Seix Barral
Precio: 18,50 euros
Año de edición: 2007
El título de esta bella y metafísica novela está tomado del nombre familiar dado a los Nukak Makú, los hombres invisibles, unos indígenas nómadas que viven en la selva húmeda de la Amazonía colombiana como cazadores recolectores, manteniendo una cultura que parece que no ha sufrido la influencia del mundo occidental.
Esa idea, la del buen salvaje casi imposible de encontrar, que conserva cierta pureza, funciona en este relato como una metáfora del padre del protagonista, de otras figuras paternales que admira y probablemente de su propia esencia, que busca incansablemente a lo largo de su vida y nunca encuentra. Porque este libro es la historia de un personaje algo fracasado, con la sensación permanente de estar por debajo del nivel de su mejor versión, y la presecución continua de ese algo que nunca encuentra, y que contiene la felicidad y la plenitud emocional. Una búsqueda que simboliza la de todo hombre —especialmente la de los hombres, porque las mujeres son otra historia—.
Esa creo que es la esencia de esta obra, contada a través, primero del profundo y amargo fracaso del protagonista con la mujer que ama, que acaba yéndose con otro porque quiere tener hijos y él no se encuentra preparado. Segundo, mediante la relación con su padre, difícil, fría y tortuosa, hasta que ya muy mayor, el hombre fallece y en el último minuto hay un momento de entendimiento mágico entre los dos. Y, en tercer lugar, mediante una larga pesquisa, que es toda una aventura llena de peripecias, en busca de los famosos hombres invisibles del Amazonas, que obsesionan al protagonista a través de la figura misteriosa de un profesor universitario, aparentemente fracasado en la universidad, cuyo rastro se perdió enigmáticamente en la jungla.
La mayor parte de la novela está ocupada por esa búsqueda infatigable y azarosa de los misteriosos indígenas y del profesor que partió en su busca, una aventura en la que el protagonista se perderá en la selva, será secuestrado por la guerrilla, conocerá una leprosería, se enamorará varias veces, sabremos al final por qué no estaba preparado para la maternidad, será espía doble, salvará su vida varias veces de pura carambola y... finalmente conocerá la mágica compañía de los hombres invisibles, a los que podemos perseguir, pero que solo se muestran cuando ellos quieren.
Un libro fascinante, contado maravillosamente bien en 40 capítulos y un epílogo, ameno, fácil de leer, profundo y muy sugerente. Una historia poliédrica, llena de facetas y pequeñas historias, muy bien armada y que se deja leer muy a gusto. Está llena de frases que llaman la atención:
«¿Cuándo empieza realmente una historia?», «... esa clase de personas que por defenderse de la pobreza andan el resto de su vida como pordioseros», «Me pregunto por qué los tiempos nunca encajan de manera correcta entre padres e hijos», «A veces pienso que es la falta de alcohol lo que me mantiene tan enfermo», «¿Qué extraños lazos unen la vida de un padre con la de un hijo?», «Lo que llamamos identidad no es más que nuestra torpeza para entender la multiplicidad que nos habita», «No hay belleza exquisita sin algo extraño en las proporciones», «Ahora que está enamorado, es más peligroso», «Somos animales insignificantes que desarrollamos una inteligencia perversa para subsanar tanta fragilidad», «De ahí que la naturaleza tropical americana no sea un espacio, sino un tiempo, un tiempo anterior a todos los tiempos».
En fin, una novela fascinante, escrita con muy buenas maneras y bello estilo, sobre la difícil búsqueda de la propia identidad y la felicidad de un hombre atormentado por su biografía. Muy recomendable.
Mario Mendoza Zambrano (Bogotá, 1964) es un escritor, periodista y catedrático colombiano. Hijo de un libanés cristiano que llegó a Colombia perseguido en su país, cambió su apellido original, Tebcheranny, Estudió Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana de la capital y realizó un máster sobre literatura latinoamericana.
Ha sido profesor de literatura en la universidad en la que estudió y en la Universidad James Madison de Virgina (Estados Unidos). Siempre ha estado muy unido a la cultura y la vida de Bogotá. Ha escrito un total de 16 novelas, más innumerables artículos y ha ganado prestigiosos premios como el Premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral (2002) y el Premio Nacional de Literatura (2011).
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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