Título: Cuentos reunidos Autora: Amparo Dávila
Páginas: 312 pág.
Editorial: Fonde de Cultura Económica y Páginas de Espuma
Precio: 25 euros
Año de edición: 2022
Es de agradecer la iniciativa del
Fondo de Cultura Económica y la editorial Páginas de Espuma de publicar este
tomo que es una recopilación de todos los cuentos escritos por la escritora
mexicana Amparo Dávila fallecida en 2020. Se reúnen por tanto todos los relatos
que aparecieron en los libros publicados por la autora, a saber, Música
concreta, Tiempo destrozado y Árbol petrificado. Además, han
añadido una colección inédita, Con los ojos abiertos.
Como bien titulaba Mercedes Cebrián en su reseña de Babelia en El País con la
frase: «Nuestros
fantasmas de cada día, todos estos relatos tienen en común ambientes y
situaciones terroríficas, pero que surgen de la cotidianidad, no de monstruos u
otros elementos del género». Por ello precisamente es un terror más de «andar
por casa»
y que , por lo menos a mí, me genera más intranquilidad que si recurriera a los
tópicos habituales.
Todos ellos o casi todos se desarrollan en casas burguesas que tienen algo que ocultar o en las que, tras una apariencia relativamente normal, se ocultan presencias amenazantes para sus moradores. Pero son presencias relacionadas con los pensamientos o rencillas que puede haber entre ellos, en definitiva, el terror surge del interior de los personajes no de existencias extrañas o extraterrestres.
Es difícil hacer una reseña relativamente corta de este libro pues los cuentos son muchos y todos muy buenos. Me limitaré a destacar aquellos que más me han llegado o impresionado.
- En
«La
casa nueva»,
la desaparición la figura paterna en una familia, produce una sensación de
desvalimiento en la mujer y las hijas, y esta sensación da lugar a la aparición
de un elemento fantasmal que solo perciben las mujeres de la familia.
- En «Música concreta» también nos encontramos con una familia pero en este caso hay una presencia de la cual sólo conocemos que se encierra en una habitación de la casa y solo sale por la noche. Precisamente el hecho de que el lector no sepa la naturaleza de esa presencia produce una sensación más inquietante. Finalmente, la solución al problema pasa por una acción radical como ocurre en bastantes de los cuentos que aparecen el libro.
- «El Hotel Chelsea» tiene un cierto aire autobiográfico, pues nos cuenta la noche que pasa una escritora mexicana que llega a Nueva York y decide alojarse en ese hotel famoso por haber recibido a muchos escritores y artistas a lo largo de la historia, pero lo que encuentra es una habitación sórdida en un día siniestro de Halloween.
- Y dejo para el final el relato que más me ha fascinado, «Radio Imer Opus 94.5» en el que una mujer se enamora apasionadamente de la voz de un locutor de un programa de música clásica y trata de encontrarle para conocerle personalmente, el final es uno de los más tristes que he leído en un cuento corto.
En definitiva, quien vaya buscando un conjunto de relatos de terror, como me ha pasado a mí, se verá agradablemente sorprendido al encontrar una gran variedad de registros narrativos que van mucho más allá que las presencias fantasmales esperadas. Una mezcla interesante de Poe, Lovecraft y Cortázar.
Amparo Dávila nació en Pinos, un pueblo minero de Zacatecas, México, en 1928. Fue una niña rebelde y valiente que pasaba horas aislada en el campo con tan solo cinco años. Estudió en el colegio de religiosas en San Luís Potosí. En 1950 publicó Salmos bajo la luna, al que siguieron Meditaciones a la orilla del sueño y Perfil de soledades. Se trasladó a Ciudad de México para cursar estudios universitarios, allí se convirtió en la secretaria de Alfonso Reyes. Amparo Dávila se casó con el pintor Pedro Coronel, con quien tuvo dos hijas.
En 1959 apareció su libro de cuentos Tiempo destrozado y en 1964, Música concreta. En 1966, obtuvo una beca del Centro Mexicano de Escritores. Su siguiente obra, Árboles petrificados, fue fruto de esa experiencia y en 1977 le valió el premio Xavier Villaurrutia. Perteneciente a la que algunos han llamado la Generación de medio siglo, Dávila es una de las pocas cuentistas mexicanas cuya literatura parece rebasar la realidad sin entregarse a la fantasía, motivo por el que resultaría impreciso categorizar su obra como literatura fantástica, que impresionó vivamente al mismo Cortázar, con el que le unió una gran amistad.
En septiembre de 2013, fue homenajeada por el noveno encuentro de escritores, Literatura en el Bravo. En 2020 fue designada ganadora del Tercer Premio Jorge Ibargüengoitia de Literatura que otorga la Universidad de Guanajuato (UG), por su trayectoria destacada dentro del género del cuento. Murió el 18 de abril de 2020.
Publicado por Ana Domingo.
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